The dying boy ⏩MUKE

f i f t e e n

La sala era un completo desorden. Gente gritando, otros murmurando, los profesores corrían de un lado a otro, y yo solo observaba. Observaba como sostenían el cuerpo inconsciente de la persona más importante en mi vida.

Hizo falta pestañar unas mil veces para reaccionar, rebolear mi guitarra, y correr hacia el teñido. Fue en ese momento en el cual sentí como mis oídos se destapaban, y mi mente despertaba. Las voces se hicieron más fuerte, y mi pulso se perdía cada vez mas.

- ¡Hey, hey, tu!- me hablo alguien pero lo ignore. Solo quería quedarme sentado junto a Michael hasta que despertara y ver por mi mismo que todo estaba bien.- Hemmings, ven, ven aquí.- hablo ahora mi profesora de literatura, con voz tranquila para no alterarme. Aun asi no iba a hacerlo, solo negué repetidamente con mi cabeza.

- Por favor, toma distancia, deja que los médicos se encarguen.- fue ahora el director quien me tomaba por los hombros y empujaba levemente de ellos para que me alejara y dejara a los médicos a cargo. No me resistí, tampoco sentía la fuerza necesaria para hacerlo, asi que solo me quede sentado en el suelo, lejos de mi teñido.

No separe la vista de el, veía como le tomaban la presión, y levantaban sus piernas para que la sangre llegara a su cerebro. No quería preocuparme, era solo un desmayo ¿verdad?.

No me había percatado de los profesores que me rodeaban y me hablaban, yo solo estaba pendiente de Michael. Sus voces se escuchaban tan lejanas, que solo podía ver sus bocas en movimiento.

- ¿Qué?- apenas murmure. La profesora me miro con pena.

- Lo llevaran al hospital, no está reaccionando.- no respondi.- Luke ¿necesitas ayuda?- repitió.

- No,no, yo...yo solo iré c-con el.- hable levantándome del suelo y acercándome a los demás médicos.

Subieron a Michael en una camilla y lo sacaron rápidamente del lugar. El salón estaba vacío, estaba tan concentrado en Michael que no había notado la ausencia de todos. Corrí detrás de los médicos al notar que ya iban lejos, y los perseguí hasta la salida del instituto, donde una ambulancia esperaba por Michael.

- No puedes subir.- me dijo un médico cuando intentaba entrar a la parte trasera del vehículo.

- ¿Cómo? ¡el es mi amigo!- hable desesperado.

- el paciente ya tiene compañía, lo siento.- explico señalando a la persona junto a Michael. Karen.

- ¡Karen!- le grite a la madre de mi amigo, esta me miro con preocupación pero justo antes de que dijera algo, las puertas del transporte se cerraron y en menos de un segundo se fue a toda velocidad.

Me había quedado solo, en el medio de la calle, sin saber cómo estaba Michael. Mi Michael.

Y fue entonces cuando las voces volvieron a atormentándome.

No quiero que se vaya. No quiero que se vaya...no hasta que yo me haya ido primero.