Salí al exterior convertida en un leopardo de las nieves, la zona estaba completamente despejada y había comenzado a llover, sin embargo aquello no me molestaba, al contrario, así podría aclarar mis ideas y pensarlo todo en frío.
El aire puro entraba en mis pulmones y los llenaba de fulgor, hacía días que ningún ejército merodeaba por aquella zona y si lo hacían los aniquilábamos al instante gracias a nuestros vigilantes y valientes soldados.
Eché a correr entre los árboles de aquel bosque y no paré de correr hasta que mis patas no pudieron más, pero cuando esto ocurrió me encontraba al borde de un pequeño acantilado que daba al mismo bosque, me asomé a él y sentí la húmeda tierra bajo mis garras y me alejé de allí. El sol se filtraba tras las nubes y un pequeño arcoíris se dibujó en la lejanía, sin embargo una humareda negra se dibujó a lo lejos encima de los árboles del bosque, pero no provenía de éste, sino de algún pueblo o ciudad. Regresé a la cueva, estaba empapada y convertida todavía en animal, sin embargo debía encontrar a Ian.
-Ian,-dije al verle en unos de los pasillos de la cueva-convoca una partida aérea, ahora mismo.
-Pero está lloviendo, es imposible que...
-¡Mierda!-dije mientras volvía a mi forma humana.
-¿Qué has visto fuera?
-Humo, muy lejos de aquí pero podría ser un incendio, tropas enemigas podrían estar de camino hacia aquí.
-Enviaré a unos cuantos chicos a que inspeccionen la zona.
-Iré con ellos, mándame tres.
-Está bien-dijo desapareciendo entre la gente.
Corrí hacia mi habitación y cogí algunas armas que puse en un cinturón a mi alrededor, recogí mi pelo en una coleta y salí de allí con rapidez. Tres chicos me esperaban fuera listos para salir con armas.
-Bien, ¿qué animales sois?-pregunté.
-Tigre de bengala-dijo un chico rubio.
-Águila real.
-Ian me ha dicho que con la lluvia...
-Es por si acaso-dijo el chico moreno.
-Está bien, ¿y tú?
-Anaconda-dijo el tercero que parecía algo mayor que yo.
-Bien, vámonos-les dije mientras empezaba a caminar.
Los cuatro salimos al exterior y empezamos a correr hasta que llegamos al lugar en el que había visto el humo. El suelo estaba resbaladizo y se hundía a medida que avanzábamos. La lluvia no cesaba, pero aquello no podía esperar.
-¿Qué creéis que será?-pregunté una vez llegamos al acantilado.
-Parece que es una ciudad en llamas, ¿no?-preguntó el chico rubio.
-Nuestros vigilantes no han captado movimientos sospechosos,-dijo el chico moreno-no creo que sea el ejército.
-Tampoco creo que sean amigos-dije caminando en dirección contraria al acantilado.
-Parece que la lluvia amaina...-susurró el chico que se transformaba en tigre.
-Pues, a ver, tú, chico, ¿cómo te llamas?-le pregunté al que se transformaba en águila.
-Liam, Capitana.
-Bien, Liam, ¿crees que puedes volar hasta allí sin ser visto?
-Creo que sí, no debería ser difícil.
-Bien, intenta fijarte en qué ha causado esa torre de humo.
-Sí, Capitana-dijo el chico transformándose con rapidez y echando a volar.
-Iré a echarle un vistazo a esta zona,-dijo el chico que se convertía en anaconda.
-Esperad, ¿cómo os llamáis?
-Thomas-dijo el chico moreno.
-James-dijo el otro.
-Bien, James, puedes irte.
El chico asintió y desapareció mientras su cuerpo se transformaba en una anaconda.
-Capitana.
-¿Sí, Thomas?
-¿Qué cree que hay allí?-preguntó preocupado.
-Espero que sólo sea un simple incendio, tengo miedo que se aproxime algún ejército ahora que he enviado a dos patrullas a buscar medicinas y a despejar la zona.
-¿Qué es el virus del este?
-¿Quién te ha hablado de él?-pregunté enfadada.
-Es lo que se comenta por ahí, señora.
-No me llames señora, creo que soy más joven-dije sonriendo.
-Bueno, pues Capitana.
-No sé qué es el virus del este pero estoy enviando a allí equipos médicos y medicinas, soldado.
-Yo trabajé para Regina...-dijo bajando el tono de voz-Ella se limitaba a dar refugio, que estuviésemos bien no era prioridad.
-Lo hizo lo mejor que supo, estoy segura...
-Será mejor que tenga cuidado con ella, es peligrosa.
-¿Qué quieres decir?
-Su padre creó la colonia de los Walnes Dorados, cuando murió no hubo una reunión para decidir quién gobernaría todo, ella asumió el bando y destruyó a todo el que se opuso a ella.
-Thomas, dime, ¿qué clase de animal es Regina Price?
-Regina Price no es un animal, con todos mis respetos, Capitana, Regina Price es un monstruo.
Miré a Thomas desconcertada y seguidamente escuché cómo James volvía.
-¿Y bien?-pregunté mientras se transformaba en humano.
-No hay nadie por aquí, los vigilantes lo corroboran-dijo limpiando la tierra de su ropa.
-Está bien, esperaremos a Liam...
Un disparó irrumpió en el silencio y los tres nos miramos asustados.
-¿No dijiste que no había nadie en la zona?-pregunté mirando enfadada a James.
-Y no lo hay.
-¿Y entonces qué cojones ha sido eso, James?-pregunté mirando hacia el humo alarmada-Debemos encontrar a Liam, rápido-dije mientras me transformaba.
Los tres salimos corriendo de allí y bajamos hasta la otra parte del bosque con rapidez, Thomas me seguía transformado en tigre y James iba a pie pero era increíblemente veloz. Sorteamos los árboles y con gran dificultad llegamos a una zona peligrosa pues estaba muy cerca del humo.
-Nada de separarse de mí-les ordené.
Los chicos no dijeron nada y caminamos con lentitud atravesando el bosque prestando atención a todos lados, sin bajar la guardia ni un solo instante.
-Creo que he oído algo...-dijo Thomas mirando a su izquierda.
-Iré delante...-dije caminando hacia donde Thomas había señalado.
Unas voces sonaron tras unos árboles, hablaban esperanto al igual que yo, así que supuse que serían americanos o europeos, pues el esperanto no había llegado a Asia como lengua vehicular.
-Mierda, Érica, Regina nos matará si descubren que hemos estado aquí...-dijo una voz.
Me convertí en humana y saqué una pistola con rapidez apuntando a las dos chicas que estaban hablando entre sí.
-Identificaos-grité sobresaltándolas.
-Te lo dije, sabía que no teníamos que habernos ofrecido voluntarias-dijo una de las chicas levantando las manos.
-Identificaos-repetí.
-Ahora tendremos que matarla a ella también...-dijo la otra sin mirarme.
-Contaré hasta tres, empezaré a disparar si no me decís quiénes sois y qué hacéis aquí.
Ambas sacaron una pistola en el tiempo que dura un pestañeo, afortunadamente Thomas y James habían ido por detrás de ellas y ahora pegaban sus pistolas a sus nucas.
-Tirad las armas,-ordené-ahora.
Las dos chicas obedecieron y se miraron enfadadas, sus pistolas cayeron en la tierra y los chicos las recogieron con cautela.
-Se acabaron los juegos, ¿quiénes sois?-pregunté enfadada pero tratando de mantener la calma.
-Soldados-dijo una de las chicas.
-¿Trabajáis para Regina?-pregunté bajando el arma.
Ambas asintieron y se miraron, cada vez tenían más miedo.
-¿Y qué hacen aquí unas norteñas?
-Queríamos llevarle información...-susurró una.
-¿Quieres callarte?-le preguntó su compañera enfadada.
-¿Dónde está Liam?-pregunté finalmente.
-¿El chico águila? Cayó del cielo en cuanto le disparamos.
-Thomas, James, llevad a estas chicas a la base y encerradlas, decidle a Ian que las interrogue, iré a buscar a Liam.
-Sí, Capitana-dijeron los dos chicos al unísono.
Thomas y James esposaron a las dos chicas y le las llevaron de allí mientras yo seguía caminando por aquellos bosques intentando averiguar el paradero de Liam rezando para que no estuviese muerto.
Escuché unos jadeos provenientes de unos arbustos y corrí hacia ellos. Liam estaba allí tendido con un brazo ensangrentado, tenía los ojos en blanco y no dejaba de temblar. Corrí hacia él y le hice un torniquete con mi chaqueta en el brazo.
-Tranquilo, ya estoy aquí, vamos a casa-le dije mientras intentaba ponerle en pie.
Saqué un comunicador arcaico de mi bolsillo y llamé a Logan.
-Leopardo blanco a lagarto australiano, ¿me recibes?
-¿Kara? ¿Ha pasado algo?-dijo una voz tras el comunicador.
-Tengo a un chico herido, no puedo cargarlo yo sola hasta la colonia y si no hago nada seguirá perdiendo sangre.
-Mandaré a dos caballos enseguida, iré yo también, no dejes de hablarme, ¿sigues en peligro?
-No sé si hay más gente por aquí.
-Dime tu ubicación.
-Estoy cerca de la ciudad en llamas, no sé exactamente en dónde estoy.
-Está bien, Ian irá ahora mismo a buscarte, está preocupado.
-Dile que se ponga.
-¿Kara?-dijo Ian al otro lado del comunicador-Voy ahora mismo hacia allí, ¿qué ha pasado?
-Chico herido por dos soldados de Regina Price.
-¿Regina? Salgo ahora de la base, quédate ahí.
Algo se movió entre los árboles, algo que no era humano. Me entró el pánico y apoyé a Liam en un tronco mientras yo sacaba mi arma. Me preparé para disparar cuando un feroz animal salió de entre los arbustos dispuesto a abalanzarse sobre mí. El animal me tumbó pero al verme retrocedió con rapidez y seguí apuntándole.
Era una pantera negra, ya había visto una así con Donovan, pero no podía ser él.
-¿Trabajas para Regina Price?-pregunté mientras mis temblorosas manos apuntaban con la pistola al animal.
El animal se transformó en humano y yo dejé caer mi arma por inercia, sorprendida llevé mis manos a mi boca y empecé a temblar.
-Donovan...-susurré.
-Kara-dijo corriendo a abrazarme.
-Has vuelto, creía que...
-No estoy aquí en calidad de amigo, Kara, pero ya que te he encontrado debo decírtelo. Regina sabe lo que estás haciendo y no soporta no ser la que manda, dice que la guerra contra los humanos es suya y que todo aquel que sea sólo humano debe ser destruido, se ha enterado de que también ayudas a personas no animales y no le gusta nada.
-Donovan, vuelve conmigo, mi colonia es un lugar seguro, Regina no podrá hacerte nada allí.
-No puedo, amenazó con matarte si volvía a tu lado.
-No te veo desde hace semanas y cuando por fin te encuentro resulta que eres mi enemigo.
-Kara, no sabes de lo que Regina es capaz, deberías rendirte.
-No, Donovan, no lo haré, aunque tú ya lo hayas hecho.
-Tu guerra no es contra Regina, es contra los humanos.
-No todos son malos.
-Lo son por naturaleza.
Ian aterrizó convirtiéndose en humano y se puso delante mía.
-¿Qué haces aquí? ¿Esto ha sido cosa tuya?-preguntó refiriéndose a Liam.
-No, claro que no-dijo Donovan.
-Ya no es de los nuestros Ian, aun así deja que se vaya.
-Yo no decidí esto, Kara y tú lo sabes-dijo Donovan intentando acercarse a mí, sin embargo Ian le cortó el paso.
-Pero no volviste y eso fue decisión tuya-dijo Ian enfadado.
-Hice lo que debía hacer para protegeros, a todos vosotros-dijo incluyendo a Ian.
-Ya no eres bienvenido aquí,-dije finalmente-será mejor que te vayas y le digas a tu hermana que tenemos a dos de sus soldados.
-Eso la cabreará-dijo Donovan.
-Que no hubiesen venido...-dijo Ian-¿Ese incendio es también cosa vuestra?
-No, ha sido una bomba, fue cosa de los eurasiáticos,-dijo lamentándose-tened cuidado...
Donovan se transformó en pantera y desapareció entre los arbustos mientras llegaban los refuerzos para llevarse a Liam de allí. Dos caballos llegaron y subimos a Liam a uno de ellos, Ian subió en el otro y cinco soldados armados aparecieron para protegernos, dudé en si subir con Ian o no, realmente tenía ganas de buscar a Donovan.
-Ian, id vosotros-dije finalmente mientras me transformaba.
-Ya has oído a Donovan, los eurasiáticos están aquí.
-Es una orden, Ian, iros.
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•Moonrise•
Science FictionEn un futuro distópico, el mundo se ve sumido en una guerra de la que difícilmente se va a librar. La ciencia (con un fin bélico) intentará crear humanos que entiendan a los animales, pero algo sale mal y son los humanos los que se convierten en fer...