-Resulta interesante... Una de las supervivientes, la número 11 de sangre azul. ¿Qué piensas cuando te dicen eso?
-Nada, simplemente a veces no termino de creer que hablen de mí, yo no lo haría.
-¿Por qué piensas eso?
-Me torturaron durante muchos años, tantos que cada vez que olvido algo ahora siento que vuelvo allí, siento que han ganado, me lo han robado todo y yo no soy nada. Sólo he sido un experimento más, un sujeto más, mis cicatrices y mis malos recuerdos lo dicen todo de mí.
-No lo entiendo, eres de sangre azul, deberías saber que eres importante.
-Pero no sé qué significa eso...
Riven no dijo nada y anotó algo en su libreta de forma rápida, me miró confuso y desalentado, como si hablar conmigo no fuese a dar ningún resultado.
-Volvamos a lo de Montez-dijo al cabo de un par de minutos-, dijiste que le habías visto morir en la arena.
-Sí, cerca de la base, en Arizona.
-Seguimos en Arizona, deberías concretar más, Kara.
-Muy al sur, es todo lo que sé, ni siquiera sé cómo podría llegar hasta allí de nuevo por mi propia cuenta.
-Entiendo... Pero lo que soñaste... ¿Lo sentiste real? ¿Eras un espectador más?
-No, no estaba allí de cuerpo presente, pero sentía el calor y la arena bajo mis pies. Podía ver aquello desde cualquier ángulo y no podía cerrar los ojos, simplemente no podía despertarme, era como si tuviese que ver aquello. Hasta el olor a sangre era real.
-¿Cómo moría Montez?
-A manos de Alia... Gritó algo, sonaron disparos, me estremecí y... Desperté. Pero hay algo que no logro comprender... ¿por qué iba Alia querer matar a Montez?
-Sólo ha sido un sueño, Kara, los sueños pueden ser demasiado realistas a veces.
-¿Y si lo fue?-pregunté mientras me levantaba de la cama.
-Enviaré a alguien para que lo averigüe si así estás más tranquila.
-Quizás... Quizás esté olvidando para recordar y ver cosas nuevas, hasta hace poco no recordaba nada del orfanato, salvo por aquella foto.
-No lo veo posible, la gente normal no tiene visiones, ni ve cosas que no ha visto con anterioridad.
-La gente normal tampoco se transforma en animales-repuse.
Riven me lanzó una mirada fría y cerró su cuaderno, llevó una de sus manos a su sien y suspiró.
-Montez está muerto-seguí diciendo-, eso significa que mi lista de enemigos se reduce.
Riven alzó la mirada y volvió a interesarse en lo que decía.
-Si lo que dices es cierto y Montez es tu enemigo, ¿por qué Alia lo mató?
-Eso es lo que pienso averiguar.
Alguien llamó a la puerta, la cabeza de Lexa se asomó y yo desvié la mirada hacia otro lado.
-Capitana, tenemos compañía.
-Kara no se encuentra bien para liderar ninguna batalla-dijo Riven.
-Son los eurasiáticos, han matado a tres vigilantes.
-¿Qué?-pregunté confusa.
-Que se encarguen las fuerzas de seguridad-dijo Riven.
-Pero están rodeando la salida de la cueva, dicen que quieren ver a Kara.
-¿A mí?-pregunté confusa.
-Creo que quieren tregua.
-Kara, no-dijo Riven.
Caminé hacia Lexa y salí de la habitación para dirigirme a la salida de la cueva, la chica me siguió de cerca y ambas caminamos juntas.
-Yo la protejo...-dijo ella.
-Tutéame.
-Logan se pondrá bien,-dijo Lexa-pero Donovan, ¿qué haremos con él?
-No lo sé, pero ahora hablar con los euroasiáticos es prioritario.
Cogí dos pistolas y las coloqué en mi espalda, Lexa llevaba un rifle en sus manos y ambas salimos tras mirarnos. La claridad del día nos cegó un instante y vimos a todos aquellos soldados con armas apuntándonos.
-Bajad las armas-ordenó Lexa.
Un hombre se acercó a nosotras y los soldados bajaron las armas poco a poco, el hombre era mucho más alto que yo y su mirada parecía tener miedo, quizás sí me tenía miedo o simplemente sus ojos siempre habían estado así de vidriosos.
-¿Eres la capitana de los Walnes?
-La misma, ¿cómo es que hablas mi idioma?
-Todos saben hablar esperanto-dijo serio.
-Bien, ¿qué ocurre? Nosotros no os hemos molestado.
-Pero estamos en guerra.
-No es nuestra guerra, los americanos nos buscan.
-Lo sabemos, por eso he venido a hacer un trato.
-¿Qué clase de trato?
-Que os unáis a nosotros.
-Los Walnes huimos de la guerra.
-Sólo los que seáis soldados, protegeremos al resto de los vuestros.
-Ninguno era soldado antes,-repuse-¿por qué iba a confiar en vosotros? Habéis destruido nuestro país. Además, habéis matado a mis guardias.
-Y vosotros los nuestros, la guerra es así y sentimos los guardias, eran unas aves muy molestas.
-Ni siquiera sé porqué estáis en guerra.
-Podría explicártelo, a ti y a tu guardaespaldas-dijo hablando de Lexa.
La miré un segundo y supe lo que pensaba, no podía fiarme de aquella gente, pero la idea de que protegiesen al resto de los Walnes era tentadora.
-Venid a nuestra base en tres días, pensad la oferta.
-En realidad, hay más asuntos que debo arreglar, necesitaría más tiempo.
-He dicho tres días-repitió el hombre.
-Y yo he dicho que necesitaré más tiempo, hay asuntos en el este que debo tratar.
-¿Te refieres a esa extraña enfermedad que está acabando con todo?
-¿Cómo...?
-Mis tropas han sido retiradas de ahí, no hay cura, morirás si vas allí.
-No puedo dejar a mi gente a su suerte.
-Acabas de llegar, no te creas su salvadora, ya han sobrevivido sin ti, tú sólo has puesto algo de orden y les has dado esperanza. Tres días, Kara,-dijo el hombre subiendo a un vehículo-¡tres días!
Los soldados se retiraron y marcharon hacia su base siguiendo el todoterreno y perdiéndose entre el polvo y los árboles.
-¿De verdad piensas aceptarlo?
-Haré lo que sea, Lexa y lo sabes-dije caminando hacia la entrada de la cueva.
Lexa sujetó mi mano y me detuve, la miré un instante sin lograr entenderla y seguí caminando.
··· ···
-Ahora sí que no saldremos nunca de aquí, Donovan.
-Tal vez si estuvieses callada.
-No soy yo la que ha golpeado a la mano derecha de Kara.
-¿Quieres dejar de decir eso? Logan era mi amigo, yo le conocía mejor que nadie, me ha reemplazado por Kara y...
-Ella te ha reemplazado por él, ¿es lo que ibas a decir?
-No, son sólo amigos.
-Tal vez, sino Logan no lo habría hecho conmigo, es tan ingenuo.
-¿Qué?
-Sólo seguía órdenes, pero... No puedo negar que me hizo gracia verle confuso y dolido.
-Tú no estás bien, Érica-dijo Donovan acercándose a ella.
-No, tú eres el que no está bien. Yo sigo órdenes, ¿tú que excusa tienes para estar en esta situación?
··· ···
Caminé en círculos por mi habitación hasta que Haro y Elia entraron en la habitación con nuevos planos y detalles del plan Xego.
-Ha habido un cambio de planes, los eurasiáticos están aquí.
-No podemos ir más deprisa con el plan-dijo Haroded.
-El caso es que las cosas van a cambiar.
-Creo que entiendo lo que dices, Kara...-dijo Elia-Quieres que pongamos los dispositivos en la base de los eurasiáticos en vez de en los alrededores de la cueva.
-Exacto, sólo por si acaso, además, mataron a tres guardias. No voy a quedarme de brazos cruzados.
-Si vuelas su campamento...
-Sólo en caso de que piensen atacarnos, es mejor idea que volar el bosque por los aires. Daremos una lección al resto de los eurasiáticos y de los americanos, esa será la primera parte del plan. Seguiremos con el plan original cuando nos deshagamos de ellos y consigamos más pólvora, ¿ha quedado claro?
Los dos chicos se miraron y asintieron.
-Ahora volved al trabajo,-dije finalmente-necesito ver cómo está Logan.
Los tres salimos de la habitación sin decir nada, el sonido de los pasos de los chicos sonaban más fuerte que los míos y Haro me detuvo al llegar a la puerta mientras Elia seguía caminando sin reparar en que su amigo se había detenido.
-No me gusta esto, puede ser peligroso...-dijo.
-Os protegeré a toda costa, Haroded, que experimenten con nosotros no es vida.
-¿Y si sale mal y el incendio llega a la cueva?
-Vuestro trabajo es que salga bien, ¿algo más?
-No.
-Bien.
Logan permanecía dormido, me acerqué a él y sentándome a su lado cogí su mano entrelazando nuestros dedos. Poco a poco abrió los ojos y sonrió al verme.
-Pensaba que no vendrías...-dijo con la voz apagada.
-Estuve aquí desde el principio, sólo me he ausentado.
-La pelea la provoqué yo, no castigues a Donovan...
-No pienses ahora en eso...-susurré.
-Lo pienso porque no sé cómo hemos llegado a esto.
-Ni yo... Quisiera volver atrás, hasta el día en que Regina se llevó a Donovan. Fue mi culpa, no debí haber dejado que se lo llevase.
-Es su hermana, tú no podías hacer nada para evitarlo.
-Logan, quieren que nos unamos a la guerra y no del bando de los americanos.
-¿Qué harás?
-No puedo protegeros a todos, así que voy a aceptarlo. Llevaré a los mejores soldados y... Acabaremos con esto, vosotros estaréis aquí a salvo.
-¿Vosotros? ¿Piensas dejarme aquí?
-Necesito a alguien que cuide al resto.
-Kara, tú y yo y los que estamos aquí somos uno, somos tu clan. Puede que no de sangre, pero... lo somos. Al menos tú y yo lo somos.
-Quieren nuestra forma animal también, eres un lagarto-repuse.
-No soy solo un lagarto.
Logan miró nuestras manos y empecé a soltar la suya, sin embargo me agarró con fuerza y le miré a los ojos mientras el silencio llenaba la sala.
-Me han dicho que te darán pronto el alta.
-Lo siento.
-¿Qué?
-Sé que estabas enamorada de Donovan, siento que todo haya salido así pero no puedes cambiar nada.
Miré a Logan y me acosté a su lado mientras pasaba su brazo por mis hombros, sentí su respiración tranquila y su corazón latiendo lentamente en mi oreja. Acaricié su pecho y la imagen de Ian vino a mi mente una vez más, pero esta vez no me provocó un sentimiento amargo, sino dulce y es que por primera vez le había recordado sin tristeza alguna.
··· ···
Habían pasado tres días desde mi encuentro con el general de los eurasiáticos y la indecisión me comía por dentro. Todo en lo que creía parecía confuso y es que partes de mí seguían olvidando detalles sobre lo que había pasado en los últimos meses.
Logan permanecía sentado en mi cama, me miró intranquilo mientras Lexa seguía tras la puerta mirando el reloj.
-Debería irme ya... Las tropas están listas-susurré.
-¿Qué vas a decirles?
-Les diré que sí, espero que cumplan su promesa.
-Lexa, ¿puedes darnos un momento?-dijo Logan.
La chica asintió a pesar de que no estaba convencida y cerró la puerta. Logan se acercó a mí y me abrazó.
-Volveremos a vernos, ¿no?-susurró.
-Ocúpate de Donovan y del resto de los Walnes, por favor.
-No me has respondido...
-Porque no sé si volveremos a vernos...-dije tragando saliva.
-No me digas eso, volveremos a vernos...
-Cuida de todos y cuida de ti...-susurré.
Logan me miró con miedo y apartó un mechón de mi pelo de mi frente y lo ocultó detrás de mi oreja.
-Ojalá no fuera sólo un lagarto.
-Eh, vamos, no eres sólo eso.
-Pero no soy fuerte como tú.
En ese momento alguien llamó a la puerta con prisa.
-¿Sí?
-Kara.
-¿Riven?
-Tenemos que hablar antes de que te vayas.
-Claro, dame un minuto-dije mirando a Logan.
Riven cerró la puerta y volví a mirar al chico pelirrojo que seguía agarrando mis manos. Logan acarició mi mejilla y me besó en la frente.
-Sé fuerte-dije mientras me dirigía hacia la puerta.
-Que no te maten-dijo Logan tan pronto agarré el pomo.
-Eso intentaré...-susurré mientras salía de la habitación.
Lexa y Riven me miraron serios y supe que algo sucedía.
-¿Qué ocurre, Riven?
-Montez está muerto, Kara, tal y como tú dijiste.
-Pero... Dijiste que sólo era un sueño-repuse.
-Sí, quizás sólo sea una coincidencia.
-Kara, River debería ir contigo, por tu seguridad-dijo Lexa.
-¿Y qué hay de su seguridad?
-Te sorprendería lo fuerte que soy y sé combatir, así que iré contigo, no hemos terminado nuestras sesiones y me vendrá bien salir de esta cueva para variar.
-Supongo que entonces no puedo negarme, ¿no?
-No-dijeron Lexa y Riven al unísono.
Asentí y cogí la bolsa que había preparado.
-En marcha entonces, la guerra nos espera.
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•Moonrise•
خيال علميEn un futuro distópico, el mundo se ve sumido en una guerra de la que difícilmente se va a librar. La ciencia (con un fin bélico) intentará crear humanos que entiendan a los animales, pero algo sale mal y son los humanos los que se convierten en fer...