Llevaba horas en un coche militar camino a la base de Arizona en donde habían experimentado conmigo meses antes.
Estaba realmente asustada y aquel cuervo había dicho algo de Montez, ¿seguía vivo? Creía haberle matado la vez que rescaté a Donovan pero supongo que había sido demasiado blanda con él. Además, ¿que hacía un chico-cuervo siguiendo las órdenes de Montez? No podía creerme que hubiese gente de su lado.
Las esposas que me habían puesto empezaban a apretarme y uno de los soldados permanecía mirándome.
-No me voy a ir a ningún lado, ¿ves?-le dije condescendiente mientras le enseñaba las esposas.
-A callar-dijo el chico-cuervo desde el asiento del copiloto.
-¿Tampoco puedo hablar? Este tío no deja de mirarme.
-Eres una prisionera, ¿recuerdas?
-Y tú un cobarde, si no fuese por vuestras armas os habría ganado a todos en una pelea.
El hombre que estaba a mi lado se rió y aquello me enfadó más.
-Mis amigos vendrán a buscarme, ellos saben que nunca les abandonaría.
-Los mataremos a todos, esas son las órdenes.
-¿Qué?
-Ya nos hemos encargado de ellos, dinamita y ¡pam! Salidas cerradas, sin aire, sin nada. Se morirán poco a poco.
-No os será tan fácil, hay más salidas.
-Tranquila, las descubriremos todas, pero por lo menos eso les mantendrá ocupados y no vendrán a por ti.
-¿Por qué estás de su parte?
-Siempre elijo el bando ganador.••• •••
Me sacaron del coche a rastras y a pesar de que intenté apearme de ellos no lo logré. Dos hombres me sujetaron con fuerza por los brazos y me llevaron hasta la base que se alzaba en medio de un desierto asolador. Tragué saliva antes de entrar en aquel lugar y eché la vista atrás dándome cuenta de que mi aventura se acababa allí, ha no había más salida.
La puerta de metal se abrió haciendo un gran ruido y bajamos por las escaleras hasta el sótano en donde se encontraba el laboratorio. La corriente de aire frío comenzó a notarse y pronto me metieron en una jaula a golpes, sin embargo volvía a estar sola.
Unos pasos se escucharon al otro extremo de la sala y Alia apareció con unas muletas sonriente.
-¿Te gusta lo que te hice en la pierna?-pregunté irónica.
-Veo que has cambiado bastante desde que te escapaste de aquí-dijo Alia sonriendo.
-Y volveré a escaparme.
-Eso lo dudo mucho, antes tendrás que matarme-la mirada de Alia realmente desprendía odio y seguridad, lo que hizo que yo no dijese nada más y me sentase sobre el suelo frío de metal de la jaula.
-Alia, ¿ya está aquí?-preguntó la voz de Montez desde un pasillo.
-Sí, Christopher.
Montez entró con una aguja llena de morfina azul y me asusté, pegué mi espalda contra los barrotes y empecé a temblar.
-Veo que te acuerdas de lo que es esto-dijo Montez.
-No voy a volver a pasar por ese calvario, no permitiré que...
-Silencio, pequeña niña,-dijo Montez-a partir de ahora obedecerás y como no lo has hecho por las buenas, será por las malas.••• •••
Todo se quedó a oscuras y un sonido atronador irrumpió entre el murmullo de la gente. Nadie sabía lo que acababa de pasar, así que Ian y Logan corrieron hacia la entrada de la cueva, pero el polvo y la oscuridad lo habían ocupado todo.
Logan se acercó al suelo, olía diferente, aquello no había sido un derrumbamiento natural.
-Es dinamita-dijo Logan mientras se ponía de pie.
-¿Dónde está Kara?-preguntó Ian.
El chico cogió su comunicador a toda prisa.
-¡Kara! ¿Puedes oírme?
Pero nadie respondió al otro lado.
-Kara, la entrada a la cueva se ha derrumbado, respóndeme.
-Señor, los vigilantes que estaban en el bosque...-dijo una voz a sus espaldas.
-¿Qué les pasa?
-Alguien los ha matado a todos-dijo un chico con la cabeza gacha y la vista clavada en el suelo.
-¿Cómo pudo ser posible?-preguntó Ian.
-No creo que haya sido Regina, es decir, tenemos a Érica todavía.
-Tienes razón, seguro que ha sido...-Ian dudó un instante y miró a Logan-Reúne una patrulla de rescate.
-¿Qué pasa?-pregungó Logan desconcertado.
-Han venido a por Kara.••• •••
El líquido azul ya estaba en mi cuerpo, sentí aquella sensación tormentosa de nuevo, esas ganas de gritar y de necesitar más de aquella sustancia pero a la vez sabía que no podía. Empecé sudar y sentí mi cuerpo extraño, Alia entró en la sala y sonrió al verme tan indefensa.
-¿Te ha comido la lengua el gato?-preguntó sonriente.
-¡Te mataré, Alia!-grité fuera de mí.
-No es la primera vez que lo dices, pero será la última que lo pienses-dijo apretando las cuerdas de cuero que me sujetaban a la camilla de metal.
Agité mis manos y mi cuerpo y mi vista comenzó a ponerse borrosa, aquello ya lo había vivido años antes, pero ahora aquella droga era mucho peor, sabía que no tardarían en borrar mi mente y mis deseos, así que intenté recordar todo lo que había vivido en aquel mes aunque fuese poca cosa. Cerré los ojos y mientras sentía mi cuerpo frenético pensé en aquella foto del orfanato, pero ese recuerdo no tardó en borrarse y la imagen de Donovan inundó mi mente.Llevaba horas allí o quizás serían sólo minutos... Miré mi piel, estaba realmente blanca, más blanca de lo normal. Cerré mis ojos y suspiré, sentí cómo me había subido la temperatura corporal, necesitaba esa morfina azul, necesitaba aquello. De verdad.
••• •••
-La entrada sur ha sido despejada, los hombres están listos-dijo Logan impaciente.
-Logan, tú te quedas, necesitamos a alguien al mando de todo esto.
-Quiero salvar a Kara, corre peligro.
-Y esta gente también. Te necesitan-dijo Ian apoyando su mano en el hombro de Logan.
-Está bien, tened cuidado...-susurró Logan mirando compasivo a Ian.
-Lo tendremos. Que no cunda el pánico, ¿de acuerdo? Volveremos en unos días.
Ian salió de la cueva acompañado de tres hombres y de dos mujeres equipados con armas. Los seis subieron hasta un vehículo viejo que hacía poco habían reparado y se dispusieron para irse, Ian le hizo un gesto a Logan con la mano y el motor comenzó a hacer ruido.
El vehículo despareció por un camino del bosque y Logan entró en la cueva de nuevo cuando tres disparos sonaron en el cielo, se giró y observó que iba a empezar a llover de nuevo y sin decir nada se metió en el refugio rezando para que todos volviesen con vida y con Kara.Logan entró en la celda de Érica y la soltó agarrando su muñeca a una cuerda que sujetó con fuerza.
-Kara no está, pero tampoco voy a dejar que te escapes-dijo terminando de atarle.
-¿Por qué eres tan bueno conmigo? Ni siquiera me conoces, podría haber sido peor que Regina.
-Pero no lo eres.
-No...-susurró Érica.
-Lo sé, vamos, te daré de comer.
Los dos chicos fueron hasta el comedor a pesar de que no había nadie allí, Logan cogió un par de frutas y sopa y ambos se dirigieron hasta la habitación de Logan.
-Aquí estarás a salvo...-susurró-Ten, come.
-¿Kalei volverá a por mí?-preguntó Érica con la voz a punto de romperse.
-Supongo...-dijo Logan sentándose a su lado.
-Regina nos ayudó cuando escapamos de la base militar de Ohio, por eso le debo serle fiel.
-Kara puede darte un techo y comida.
-Lo sé pero... También le temo a Regina. Tú no sabes de lo que es capaz.
-Bueno, no hablemos de Regina, háblame de ti.
-No hay demasiado que contar.
-Podrías decirme al menos qué animal eres.
-Te reirías, soy inútil.
-¿Inútil? No lo creo, yo soy un lagarto, no puede ser peor que eso.
-No podría transformarme aquí...
-Eres un animal acuático entonces.
-Sí.
-Da igual, era sólo curiosidad-dijo Logan sonriente.
Érica se quedó embobada mirando al chico pelirrojo y se acercó a él con rapidez buscando sus labios y le besó levemente retirándose con rapidez.
-¿A qué ha venido eso?-pregungó Logan empezando a sonrojarse.
-Creí que...
Logan agarró a Érica por la nuca y ambos empezaron a besarse con ternura, de vez en cuando a ambos se les escapaba una sonrisa inocente y sincera. Logan miró a Érica a los ojos y cogió sus manos, le soltó la muñeca de la cuerda y ambos comenzaron a besarse con más ganas y rapidez acabando así por sacarse la ropa con prisa, a tanta velocidad que Logan no se creía lo que estaba pasando, como si aquello fuese un mero sueño.
Logan admiró el cuerpo desnudo de Érica y apoyó su frente en la suya.
-Eres hermosa...-susurró Logan cogiendo a Érica por el mentón y en un beso ambas almas se fundieron.
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•Moonrise•
Science FictionEn un futuro distópico, el mundo se ve sumido en una guerra de la que difícilmente se va a librar. La ciencia (con un fin bélico) intentará crear humanos que entiendan a los animales, pero algo sale mal y son los humanos los que se convierten en fer...