Capítulo 31: Te encontré

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Desperté con Suho a mi lado, estaba dormido con la boca abierta y estaba babeando, tome el iPhone que me regalo por mi cumpleaños y le tome una foto, le dará un infarto cuando la vea.

Mi otro celular comenzó a sonar, lo que me recordaba que debía ir a dar de alta mi antiguo número en el iPhone, lo tome y vi en la pantalla un número desconocido. Contesté.

-¿Bueno?

-¿__(Tn)?- dijeron al otro lado de la línea.

-Sí, soy yo. ¿Quién habla?.

-Soy Sulli- ¿Sulli?, ¿esa Sulli?, ¿ahora esta que quiere?- perdona por hablarte tan temprano, Suho me dio tu número, espero que no te moleste, pero es que es un asunto urgente y necesito de tu ayuda.

-¿A mi?, ¿qué sucede?- me levanté de la cama envuelta en la sabana y me fui al baño para hablar tranquila y no despertar a Suho.

-Sonará extraño y sé que casi no nos conocemos pero de verdad, en serio necesito de tu apoyo. Mi novio Minho y yo nos comprometimos ayer y quiero que tú seas mi dama de honor, ¿qué dices?, ¡anda, di que sí!, por favor, en nombre de la gran amistad que planeo tener contigo, Suho es mi mejor amigo y tú tienes que ser mi mejor amiga. ¿Si?.

¿Amigas?, ¿en serio?, ¿puedo yo llegar a ser amiga de esa mujer?, ¿se va a casar con otro?, espera, entonces...

-¿__(Tn)?, ¿Sigues ahí?

-Sí, sí, aquí estoy. De acuerdo, lo haré- nota mental: debo aprender a decir 'No'

-¡GENIAL!, paso por ti a las 2:00 pm, tienes que ayudarme a elegir un vestido. Bye.

-Ciao- colgué- ¡Soy una estúpida!.

Me senté sobre la tapa del retrete, Suho ayer se acostó conmigo por despecho, ella se va a casar, claro, y como siempre la estúpida de __(Tn) le sirve de premio de consolación, creí que había estado conmigo porque me quería, no porque se sintiera herido por otra mujer y necesitara consuelo. Otra vez.

Las lagrimas no tardaron en llegar pero las limpié rápidamente, no voy a llorar por él, no lo merece, él fue un maldito, pero no sabe que yo puedo llegar a ser peor.

**
-¡Buenos días!- dijo Suho abrazándome por detrás mientras yo preparaba el desayuno, depositó un beso en mi cuello y yo me aparté.

-Buenos días- contesté fríamente.

-¿Sucede algo?- me preguntó extrañado, su rostro parecía dolido, si no supiera lo maldito que es quizás hubiera creído que se sentía decepcionado.

-Nada, ¿debería de pasar algo?.

-Lo que paso ayer...

-Fue un error, lo sé muy bien Suho. Los dos nos dejamos llevar por el momento, no volverá a pasar, no puedo volver a serle infiel a Sung Joo.

-¿Sung Joo?, ¿estás con él?- me miro dolido, o eso es lo que parecía, casi, sólo casi le creí.

-Sí, nos mudaremos juntos, planeaba decírtelo antes pero como no te dignabas en hablarme- me crecerá la nariz como a Pinocho por decir tantas mentiras.

-No te puedes ir de aquí, no con él, __(Tn) yo creí que...

-No creas nada Suho, hay que dejarnos de hacer la vida miserable el uno al otro ¿no crees?.

-¿Miserable?, ¿así es cómo te sientes a mi lado?- la manera en que me miro hizo que me arrepintiera inmediatamente de lo que dije- perdóname por hacerte la vida miserable, fui un egoísta con conformarme con el hecho de yo ser feliz contigo aquí, nunca me pregunté si tú estabas cómoda conmigo, ahora sé que yo nunca signifiqué nada para ti, tú haz sido mi todo durante este tiempo, sólo espero poder dejar de quererte como lo hago- veía sinceridad en sus ojos, no parecía mentir.

-Suho, yo...- ¿ahora como arreglaba esto?, hice un alboroto en un ataque de ira.

-Voy a salir, cuando regrese te ayudaré a empacar tus cosas.

-Suho, escúchame- me dolía que no me viera a los ojos y me diera la espalda.

-Sólo... Ya no digas nada- abrió la puerta y salió dejándome parada como la estúpida que soy, ¿él me quiere', sí, él me quiere y yo lo acabo de lastimar de la peor manera, lo arruiné todo, él no me perdonará, ¿qué es lo que acabo de hacer?. Necesitaba ir tras él y decirle que yo también lo quiero. Tome mis celulares y un suéter y salí, al bajar al estacionamiento me di cuenta de que todos sus coches estaban aquí, así qué debió de ir caminando, me apresuré a la salida del edificio y opté por dirigirme a la derecha caminando lo mas rápido que me permitía mi vientre de casi 7 meses de embarazo.

¿Suho dónde estás?, seguí caminado con la esperanza de encontrarlo, pero nada. Alguien me tomo del brazo, por un instante creí que era él, pero era la persona que menos esperaba...

-¿Tía Amelia?- pase saliva con dificultad. Sentía terror, nunca me había sentido tan vulnerable como en ese momento.

-Creí que iba a ser difícil encontrarte, pero veo que viniste a mi. ¿Por qué insistes en recuperar lo que no te pertenece?- me apretó del brazo.

-Suéltame, no sé de que estás hablando- el miedo recorrió todo mi ser, ¿cómo me encontró?, ¿por qué ahora?- me estás lastimando.

-Sabes de que hablo y te diré algo, escúchame bien. Nadie y menos tú me quitará lo que es mío, si para eso tengo que llevarte conmigo o desaparecerte créeme que no tengo problemas con ello.

-¡Por favor no lo hagas!- instintivamente me lleve mi mano a mi vientre, mi pequeña SaEun, no dejaré que nadie te lastime.

-Vaya, veo que no perdiste el tiempo. No me sorprende, eres igual de ofrecida que tu madre.

-No te atrevas a hablar mal de mi mamá- apreté mis manos en puños para no pegarle en el rostro.

-Como quieras, de todas maneras tú me hiciste el favor de matarla.

-¡Cállate!, ¡Eso es mentira, yo no los mate!- la gente que pasaba a nuestro lado no nos prestaba ni la más mínima atención.

-Vienes conmigo, y más te vale no gritar- por un momento me trasporte al día del funeral, me hizo exactamente lo mismo que ahora- ni ratar de hacer algo estúpido porque las pagara esta chica, ¿cómo se llama?, ¿Alexis?, sería una lastima que algo le pasara ¿no crees?, siendo tan joven...

-Con ella no te metas, esto es entre tú y yo.

-Ya niña, no comiences de melodramática y camina- me llevaba sujeta del brazo y me empujaba para que siguiera avanzando, levante mi pie y le di una patada el la espinilla con todas mis fuerzas y cuando me soltó corrí en dirección opuesta.

-¡Niña estúpida!- gritó y yo seguí corriendo sin detenerme, la adrenalina encendió todos mis sentidos poniéndome alerta, me dolía el cuerpo y mis pulmones gritaban pidiendo más oxigeno pero no me importo, seguí corriendo hasta que algo duro impacto en mi nuca con brutalidad para después sentí mis rodillas chocar contra el frio asfalto y todo comenzó a volverse negro.

-Te lo advertí- fue lo ultimo que escuché.

DESTINADO A QUERERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora