Capítulo 30: ¿Qué pasa contigo?

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Regresamos a Seúl y todo estaba normal, como si lo que paso entre Suho y yo hubiese sido sólo producto de mi imaginación, él no mencionó nada al respecto después y yo tampoco planeaba hacerlo.

-Estás muy distraída.

-Ah, ¿qué?- la voz de Sung Joo me sacó de mis pensamientos.

-¿Estás bien?, ya todos tus compañeros se fueron.

-Ah... No es nada, sólo me siento cansada.

-¿Quieres qué te lleve a casa?.

-No es necesario, puedo irme sola, pero gracias de todas maneras- me levanté de mi butaca y metí mis cuadernos en mi bolso.

-__(Tn)...

-¿Sí?

-Sabes que puedes confiar en mi, no estás bien, te noto ajena a todo, ¿qué sucede?.

-Tonterías, sólo tuve una situación complicada con Suho.

-¿Sigues viviendo con él?.

-Sí.

-No tienes que seguir con él, si un día cambias de opinión no dudes en buscarme, puedo ayudarte a encontrar un nuevo lugar para quedarte o... O puedes quedarte conmigo.

-Lo tendré en cuenta, ahora me tengo que ir a casa, quiero dormir- colgué mi bolso en mi hombro, quería salir pitando de ahí.

-Te llev...

-No- lo interrumpí- gracias pero ahora mismo salir contigo o con alguien más me metería en líos.

-¿Líos?, ¿No me digas que...?- vi horror en su rostro.

-¡No!, Suho jamás me haría daño. Los líos son conmigo misma, nada de que alarmarse. Te veo mañana- me despedí y salí de la universidad, Alexis hoy salía mas tarde así que tuve que regresar sola a casa.

Un espacio vacío y silencioso era lo que me esperaba cuando llegue a casa, empiezo a detestar esto, cuando me topo con Suho todo se reduce a responder con monosílabos y eso si es que tenemos que hablar, evita mirarme a los ojos y ha mantenido su distancia los últimos días.

Mi mente estaba divagando entre las razones de la actitud inmadura de Jun Myeon y para tratar de dejar de hacerlo me puse a estudiar, los exámenes estaban cada vez mas cerca, no es como que un libro de economía fuera algo divertido o entretenido, pero era mejor que estar pensando cosas absurdas cuando es más que claro que el agua que Suho se arrepiente de lo que paso... Corrijo, de lo que estuvo apunto de pasar.

Escuche a Suho cuando llego a casa y lo vi entrar a la sala quitándose su corbata, me puse de pie con mi libro en las manos, si lo que quiere es evitarme se lo voy a dejar más fácil. Me dirigí a las escaleras, estaba por poner mi pie en el primer escalón cuando Suho me tomo del brazo, me giré para verlo desconcertada.

-¿Pasa algo?- le dije como pude, tanto días sin su contacto y de repente...

-A la mierda con todo- me arrebató mi libro de las manos y lo lanzó lejos, tomo mi cara entre sus grandes y cálidas manos y me besó como llevaba esperando que lo hiciera desde hace una semana. Enredé mis manos alrededor de su cuello y lo atraje más a mi, el calor de su cuerpo y la suavidad de sus labios hacían que mis rodillas se doblaran como si fueran un par de gelatinas, nos separamos cuando el oxigeno nos empezó a faltar, Suho recargó su frente en la mía y poso sus manos en mis caderas- me estoy muriendo por hacerte el amor.

-¿Y por qué no lo haces?- susurré muy cerca de sus labios.

Suho regresó sus labios a los míos y sus manos descendieron a mis muslos y me levantó como si en lugar de cargar a una mujer embarazada estuviese cargando un costal lleno de plumas, aferré mis piernas alrededor de su cadera y comenzó a subir las escaleras mientras saqueaba mi boca con la suya, al llegar a la cama me depositó en ella con suma delicadeza, se colocó sobre mi y sus labios bajaron a mi cuello haciendo reaccionar a mis neuronas, mis hormonas y todo lo que incluye en mi sistema nervioso pero simplemente se detuvo.

-¿Qué sucede?- le pregunte mientras nos mirábamos a los ojos.

-Quiero saber si tú también quieres esto, esta vez nadie vendrá a interrumpir y si tú no me dices nada yo no planeo detenerme esta vez.

-Entonces no te detengas. Hazlo- ¿qué pasará después?, no lo sé, sólo sé que quiero esto.

-Si te lastimo o te sientes incomoda sólo dilo, ¿de acuerdo?.

-De acuerdo.

Sus labios descendieron hacia los míos nuevamente mientras sus manos me regalaban suaves caricias, mis manos cobraron vida propia acariciando el cabello de Suho, ¿la ropa?, la ropa simplemente desapareció, sentir el pecho desnudo de Suho pegado al mío despertaba algo dentro de mi, sus labios, sus brazos, su espalda y abdomen bien trabajados ... sus manos viajando por todo mi cuerpo.

-Voy a entrar, lo haré despacio. ¿Lista?.

-¡Sólo hazlo ya!

-Creo que alguien tiene prisa- me sonrió coqueto.

-¡Suho!- me aferré a sus brazos con más fuerza de la necesaria.

-De acuerdo- separó mis piernas con su rodilla y se posicionó entre ellas- SaEun, tapate los oídos, mami y yo estamos haciendo cosas malas y tú no debes saber nada de lo que estamos haciendo hasta que tengas por lo menos 30.

-Vamos papá oso, no seas tan celoso, si no morirá virgen.

-Mejor para mi- bajo sus labios a mis pechos y mordió mi pezón mientras se deslizaba en mi interior, aferré mis brazos alrededor de su espalda... Esto se sentía tan jodidamente bien.

-Suho, por favor muévete.

-¿Y si te lastimo?, ¿o a la bebé?.

-Me vas a matar, pero de frustración si no atiendes rápido a mis locas hormonas de embarazada- dije apretando mis piernas alrededor de él.

-¡Joder!, ¡No hagas eso!, o no respondo de lo que soy capaz de hacerte, quiero ser delicado y tú me provocas mujer.

Suho comenzó a moverse dentro de mi, lo hacia lento pero no significaba que menos placentero, esto no era sólo sexo, al menos no para mi, había sentimiento en lo que estamos haciendo. Estábamos haciendo el amor.

-Suho- susurré su nombre cuando me sentí al borde del éxtasis pero él se detuvo... de nuevo- No te detengas por favor- imploré.

-Primero prométeme una cosa. Prométeme que dejaras de ver a ese Sung Joo.

-Suho, no creo que sea momento...

-¡Promételo!- si mirada buscaba la mía pero yo simplemente no podía concentrarme.

-Lo prometo- contesté sin pensarlo, mi cuerpo exigía desesperado una liberación.

-Escúchame bien, a partir de ahora tú eres sólo mía- dijo comenzando a moverse de nuevo lenta y torturosamente en mi interior- dilo, dime que eres mía, necesito escucharlo de tus labios, por favor __(Tn), dilo.

No podía pensar coherentemente en este momento, justo cuando estoy al borde del orgasmo.

-Vamos, dilo.

-¡Soy tuya Suho!- grité cuando la liberación llegó a mi haciéndome estallar, mi cuerpo estaba relajado y mi razón estaba de vacaciones en algún lado.

Cuando pude respirar correctamente y mi corazón estaba más tranquilo me acomodé en el pecho de Suho con sus brazos rodeándome- Te quiero Suho- fue lo último que dije antes de caer rendida en un profundo sueño.

DESTINADO A QUERERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora