Capítulo 37: FINAL

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NARRA SUHO
El llanto de SaEun me hizo saber que ya estaba despierta y que tenia hambre, así que le prepare su biberón y subí a su habitación, me acerqué a su cuna y la tome en mis brazos.

-Ya princesa, papá está aquí- besé su pequeña cabecita- eres una comelona, me dejaras en la ruina si sigues comiendo así- me senté en la silla mecedora que había puesto en su habitación y la acomodé entre mis brazos para darle su biberón, comenzó a comer desesperada- tranquila campeona, nadie te quitará tu leche- acaricié su cabecita con mi mano libre- eres perfecta mi pequeña- me encantaba mirarla, podía pasar horas admirándola, su piel tan suavecita como terciopelo, sus manos tan pequeñitas que no alcanzan a sostener mi pulgar, sus mejillas sonrosadas y esos ojos hermosos iguales a los de su madre, a decir verdad SaEun es el vivo retrato de __(Tn).

Hace seis semanas que traje a SaEun conmigo a casa y apenas hace tres que me he hecho cargo de ella completamente yo solo, tuve que aprender a cambiar pañales, preparar biberones, lavar su ropita, aprender a bañarla y cambiarla, a cargarla y todas las cosas básicas, hacer esto sin __(Tn) me ha sido difícil, sobre todo los primeros días que me imaginaba a __(Tn) riéndose de mi por mis inexpertos brazos cargando a nuestra pequeña, echaba de menos sus ojos, sus labios, su risa, su voz, todo se sentía tan vacío sin ella, pero tuve que ser fuerte por nosotros y por nuestra bebé. Sigo siendo un desastre en esto de ser amo de casa, papá y empresario, varias veces SaEun ha visitado mi oficina y volvía locos a todos ahí, la mayoría del tiempo estaba en brazos de las secretarias y de otros empleados, después de todo no estaba tan mal llevar a mi hija recién nacida conmigo al trabajo.

Cuando terminó su leche la acomodé sobre mi pecho y le di suaves golpecitos en su espalda para que sacará el aire, se quedó dormida de nuevo y la acomodé en su cuna, saqué su pañalera y comencé a meter cambios de ropa, pañales, toallitas y demás cosas que necesitaríamos para salir, baje por unos biberones limpios y en eso alguien llamó a la puerta.

-¡Voy!- grité dejando los biberones sobre la mesa, abrí la puerta y del otro lado estaba Chen y Alexis, no se llevan muy bien, pero cuando se trata de ayudarme con la bebé pueden convivir sin problemas.

-¿Estás listo?- me preguntó Chen.

-Sí, sólo subo por SaEun y la pañalera, pasen- me hice a un lado y los deje entrar, tome los biberones- ahora regreso- subí y terminé de acomodar la pañalera, la tome y la colgué en mi hombro, saqué a SaEun de su cuna, la acomodé en mis brazos y la tapé con una cobijita, ya listos baje de nuevo a la sala- Ya estamos listos.

-Dios, la ausencia de una mujer aquí es notoria- dijo Alexis moviendo una caja de pizza que estaba en la mesa- ¿cuántos días tiene esto aquí?- dijo cuando sacó unos envases de ramen instantáneo- ¿dónde quedó el Suho pulcro y ordenado?

-Lo siento, no me alcanza el día con SaEun.

-No te preocupes, me ocuparé de este desastre. Ahora váyanse que llegarán tarde a la cita.

-Gracias Alexis- le sonreí- no tardamos.

Salimos de la casa y acomodé a Saeun en su portabebés en el asiento trasero de la camioneta, deje a un lado su pañalera y después me subí al asiento del copiloto.

-Maneja despacio- le dije a Chen en cuanto estuvo detrás del volante.

-Cuidado con el papá sobreprotector- se burló

-Cuando seas papá me entenderás- le dije y sus rostro se torno serio.

-Por tu culpa estoy quemando mi cartucho de playboy, desde hace seis semanas que no me acuesto con nadie.

-Wow, me impacta tanta abstinencia- le dije con sarcasmo-saliendo de la cita con la pediara podras ir de caza o quizás te gusta la pediatra.

-Por ahora la única chica que me interesa está calva, babea y duerme todo el día.

DESTINADO A QUERERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora