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Narrador: Alessia

Era un día horrible. Estaba tan soleado que mi piel ardía de tan sólo pararme bajo la luz del Sol. Los pájaros hacían un ruido horroroso ya que, al contrario del resto, los pájaros que frecuentaban mi barrio eran totalmente escandalosos. Esas estúpidas criaturas cantaban, o más bien chillaban a todo pulmón cada minuto de cada día. En verdad los detestaba. Además de eso, mis padres habían llegado repentinamente de su viaje de negocios en Asia, y yo tenía un koala en mi armario. Era un día nada más y nada menos que horrible.

Subía la escalera, con intención de dirigirme hacia mi habitación, cuando una enorme mano me tomó del hombro desprevenida, haciendo que me girara a ver quién era. Ashton me sonrió con pena.

-Ho-hola Alessia -sip, había vuelto el Ashton tartamudo -. Lamento haber reaccionado así el otro día. Es... es que siempre me gustaste y al verte con Calum d-de esa manera yo... simplemente lo siento. N-no sabía lo que hacía.

-No tienes que disculparte, Ash. Tienes toda la razón de enojarte. Debí haberlo parado -me sentía como mierda al hablarle. Si bien había estado ebria, recordaba todo lo que había dicho y... hecho la noche anterior. En serio quería a Ashton, él había sido mi primera vez en todos los sentidos. Primer novio, beso y bueno, con él perdí mi virginidad. Era muy importante para mí y odiaba el hecho de haberlo engañado -. De todos modos no puedo hablar ahora, mis padres han llegado y...

-¿En serio? ¿Puedo conocerlos?

-¿Conocerlos? ¿Qué... ? Ahm... no tengo tiempo ahora, Ashton. Tengo algo que hacer. Quizá más tarde o mañana... o nunca -susurré esto último.

-Oh, está bien -se veía desconsolado -mañana será, supongo.

-Si, mejor mañana. Entonces... te veo al rato, ¿está bien?

-Claro, adiós.

Estaba a punto de irse cuando lo llamé nuevamente.

-¿Qué pasa?

-Ashton... ¿quién te dejó entrar si no fueron mis padres?

-Pues no lo sé, no lo conozco. Fue un chico rubio, como de nuestra edad, supongo.

-Fredd -pensé en alto.

-¿Quién?

-Nadie, es mi -me corté a mi misma. No sabía qué decirle -mi primo, Fredd.

-Oh, ya veo. No sabía que tenías tíos.

-Sí, es del lado paterno -mentí.

-Bueno, saludalo de mi parte.

-Sí, claro -reí incómoda.

-Adiós.

Se despidió con su mano izquierda para luego abrir la puerta (la cual estaba abierta, por alguna razón) e irse.

-Uhg, ¿qué hace él aquí? -dije para mí misma.

-¿Qué hace quién aquí?

Me sorprendí al oír la voz de Calum. Llevaba el torso desnudo y comía un pan integral de lo más casual.

-¿Qué haces?

-Me alimento -dijo sarcástico.

-Me refiero a qué haces aquí, en mi casa y sin camisa.

-Oh, dormí aquí.

-Oh.

-Oh -me imitó y rió, dirigiéndose de nuevo a la cocina, de donde había venido.

-¿Y Fredd?

-En la piscina.

-¿Tenía traje de baño? -pregunté confundida. No lo había detallado muy bien la noche anterior, pero estaba segura de que no llevaba uno.

De Alessia Para Hood ❀ cthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora