ADRIA
—¿En qué momento pasó tan rápido el tiempo? Esto se entrega mañana a primera hora. Justo en el primer período de clase y dije que lo terminaría el martes. ¿Y mañana ya es viernes? —Marisol está acostada en mi alfombra frente a mi cama con sus extremidades estiradas, justo forma una estrella, su mirada fija al techo—. Al menos dime que ya terminaste las tareas para mañana —silencio aun—. ¿Algo interesante en el techo? ¿Una nueva gotera? —ella parece no escucharme. Regresamos de cenar hace mucho y vino directamente a mi habitación—. Tierra llamando a Marisol.
—¿Mmm?
—¿Tienes listas las tareas para mañana?
—Nop —se sienta y mira hacia mí—, pero sabes que soy de las que hacen todo a última hora. En momentos de adrenalina es donde me surge la inspiración.
Me río. —¿Por qué estás tan distraída? —dejo a un lado el libro en el que estoy trabajando—. ¿Problemas con Santi tal vez?
—Nada de eso.
—¿Entonces?
—Entoooonceesss, culpemos a Andrés. Sabes como me pongo en estos días.
Uh.
—Correcto. ¿Y este humor se mantiene así desde el lunes porque...?
—Digamos que mi cerebro tiene una sobrecarga de información —mueve sus manos dibujando círculos—. Es mucha información aquí —se da unos golpecitos en la frente—. Mucho de todo.
Lo dice enojada y eso solo me confunde más. Entre nosotras nunca han existido secretos, hago a un lado la vocecita que grita que yo mantengo unos cuantos guardados para mí que ella no conoce, pero mi silencio tiene justificación. —¿Te está dando problemas algún curso? Sé que no voy a tu ritmo pero...
—No. No —menea la cabeza de un lado a otro—. Solo necesito un par de días para procesar todo, ¿sabes?
Está bien. Esto definitivamente ya me está asustando. —Hablando en serio. ¿Estás bien?
—Ajá —me mira fijamente como decidiendo si hablar o no. Al final no hace nada más que mirarme—. Sip. Te dejaré sola. Necesito ir a despejar mi mente haciendo un ensayo de quince páginas en mi habitación —ella se levanta y estira sus brazos por arriba de su cabeza. Sus rizos se balancean de un lado a otro.
—Marisol...
—Te quiero —la puerta se cierra detrás de ella y me deja con la palabra en la boca.
Si algo está molestando a Marisol ella me lo dirá con el tiempo. No es de aquellas personas que guardan secretos eternamente, siempre me cuenta lo que sucede aunque sea un año después. —Solo me queda esperar entonces.
Retomo de nuevo mi tarea.
Dos horas después, justo cuando termino con mi trabajo mi celular suena.
Adria de mi corazón, ¿te paso a recoger mañana?
Parpadeo un par de veces hacia el mensaje antes de contestar.
Claro. Marisol seguro se nos pega también.
Hasta mañana entonces. Feliz noche baby.
Feliz noche Gabriel.
Dejo todo listo para mañana y es cuando me cubro con mis sabanas lista para caer dormida en el momento en el que mi cabeza toque la almohada que mi celular vuelve a sonar.
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Una última vez (Reescribiendo)❌
Teen Fiction"No estoy ciego y desde el primer día cuando mis ojos dieron con ella en ese salón lleno de gente noté que ella era especial. No lo digo por el puro significado platónico, algo en esa chica es verdaderamente especial. Prometí que me mantendría aleja...