Capítulo 24

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ADRIA

—¡Vamos chicas! —grita Elliot por encima del bullicio que hacen todos los alumnos alrededor del estacionamiento buscando sus respectivos buses para poder subir y después ponerse en marcha hacia la carretera—, ¡este es nuestro bus!

—Allá vamos —susurro jalando mi pesada bolsa en donde Marisol se lució empacando de todo un poco: linternas, comida e incluso creo que si busco más a fondo me ha guardado en la bolsa ropa para una semana de vacaciones.

—¡Quita esa cara! —me dice Marisol mientras mi lado. Sus rizos hoy están incontrolables así que no hizo esfuerzo ni siquiera para sujetarlos en una coleta.

—¿Qué cara? —pregunto

—Bueno, digamos que te miras como si quisieras vomitar.

—Bueno, creo que así es como me siento.

—¡No seas aguafiestas! —grita sobre las voces, me subo al bus bajo la mirada atenta de Elliot. ¿Mencioné que él irá en nuestro bus? La bruja de Castellanos y la mismísima directora estarán vigilándonos. Me siento hasta la parte final, mis compañeras ya están sentadas en pareja así que me resigno por el asiento al final solo para mí y luego Elliot aparece a mi lado y toma mi bolsa para colocarla arriba junto al resto de equipaje.

—¿Cómo estás? —pregunta él.

—Bien —digo viendo hacia adelante,  Castellanos y la directora parecen muy ocupadas platicando sobre algo.

—¿No me vas a preguntar como estoy?

Giro la vista hacia él. —Yo te miro bien —es difícil no sonreír como tonta—. ¿Por qué nos separaron para ir a la excursión? El año pasado solo subíamos a cualquier bus.

—Este año cambiaron las reglas —dice restando importancia al asunto—, todos los maestros votamos para que cada alumno estuviera con el grupo que le correspondía.

—¿Tú votaste a favor? —lo miro perpleja—. ¿Por qué?

—Ver como Gabriel y tú se toman de la mano no es algo que desee de ver —dice él.

Cállate estúpido corazón. Él no quiso decirlo en ese sentido. Está protegiéndome. Soy la hermana que el nunca tuvo. Cálmate.

Él se marcha y solo me queda tiempo para ponernos los audífonos y mirar por la ventana en todo el trayecto tratando de borrar sus palabras.

No sé cuanto tiempo pasa antes de que el bus se detenga, todo mundo empieza a bajar

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No sé cuanto tiempo pasa antes de que el bus se detenga, todo mundo empieza a bajar. Elliot se aleja con el resto de los profesores, pero puedo sentir sus ojos sobre mí. Estamos en un pequeño prado rodeado de valles verdes y flores de todos colores por doquier. Sé que si respiro profundo puedo sentir el olor a tierra húmeda y aire limpio. Un camino de piedra nos indica la dirección que tenemos que seguir. Los demás buses ya están en el estacionamiento del lugar, al parecer somos los últimos en llegar.

Una última vez (Reescribiendo)❌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora