Capítulo 31

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ADRIA

—No puedes estar hablando en serio —doy unos cuantos pasos hacia atrás—. No puedes hacerme esto.

—Adria, yo...

—¡No! —grito—. Es imposible, ¡imposible! Sus padres murieron en un...

—En un accidente de carro —su rostro refleja compasión—. Al menos esa parte de la historia era verdadera.

—No puedo creerlo —estoy llorando a toda regla—. Ella no tiene ni idea de todo esto. Ella piensa que... —hago una mueca.

—Nunca hubiese mirado en dirección a Marisol, pero la duda llegó un día y no fue fácil el conseguir un cabello de ella. Pero lo hice y... dio positivo. Ella es mi hermana —las piernas me flaquean y me siento en la manta, Elliot se acerca pero no hace el intento por tocarme—. Ese día, el mismo día que descubrí el resultado de esa prueba eras la primera persona a la que quería contárselo. No pensé en mis padres, no podía, lo único que cruzaba mi mente era que tú deberías saberlo. Y luego esto pasó, todo esto. Marisol te mostró la carta que era para mis padres y todo se salió de control. Asumieron...

—Asumimos que Gabriel era tu hermano —interrumpo—. ¿Cómo fui tan tonta?

—Fue mi culpa. Tenía que contarles la verdad desde el inicio, debía de contarles porqué vine a este lugar y porque la insistencia en quedarme —siento su mano rozar mi rodilla pero nada más—. No puedo saber exactamente como te sientes ahora pero te pido perdón. Perdón por no ser valiente y guardarme esto. Perdón por utilizarte como herramienta para encontrar a Marisol —veo sus ojos brillantes entre la poca iluminación—. Y aunque me duela esto, que me veas como lo haces ahora mismo; no me arrepiento de todo lo que descubrí en el camino. No lo hago. Ahora mis padres podrán ver el rostro al que le han llorado por años, y aunque Marisol no los quiera conocer; ellos tendrán ahora un rostro el cual adorar. En cuanto a Gabriel... él solo está erróneamente metido en todo este lío. No tienen absolutamente ninguna relación con todo esto.

No sé que sentir. Estoy agobiada. Estoy hecha un lío. Quiero abrazarlo, quiero decirle que todo estará bien, que comprendo el porqué hizo lo que hizo. Que no podía arriesgarse a que yo arruinara sus planes. No tengo porqué sentirme herida ahora, porque la situación no me afecta a mí directamente, soy simplemente un daño colateral. El que me haya utilizado al inicio para conseguir información suena hasta razonable a este punto porque, ¿quién soy yo para juzgar su dolor y posición? Yo era una oportunidad con un límite de riesgo, pero que aun así valía la pena exportar. Me hace sentir infantil ahora. Infantil de haber dudado que él. Me siento infantil por todas las veces que por mi mente pasó que Marisol y Elliot tenían una conexión, y la tienen ahora, pero no el tipo de conexión que me tenía preocupada de ver.

Sé, en el fondo sé, que los sentimientos que me mueven ahora son puramente egoístas. Egoístas porque Marisol enloquecerá, pero sé, estoy completamente segura, que encontrará la manera de perdonar a su madre biológica y seguirá adelante haciendo que los padres de Elliot avancen con ella. Y Elliot ahora encontró a la hermana que su alma clamaba. Ahora tendrá la familia completa. Y no tiene nada más que lo sujete aquí.

—Yo... —limpio mi cara y siento el calor abrasador que desprende mi piel. Decido ser sincera—. Siento que me estoy ahogando con tantos sentimientos. Perdonarte es tan fácil porque comprendo porque hiciste todo y la historia detrás. Y es fácil culparte y señalarte y es aun más fácil el perdonarte porque tus intenciones no eran otras más que encontrar a tu hermana —su mano se poza por completo en mi rodilla y mi cuerpo se inclina hacia delante hasta que mi frente está sobre su corazón y siento como su respiración golpea mi coronilla—. Ahora tengo esa horrible sensación que todo estuve frente a mí y ahora encaja. Todos encajan de cierta forma en la historia y yo... yo...

Una última vez (Reescribiendo)❌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora