Capítulo 19

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ADRIA

—Esto es muy incómodo —Marisol hace una seña para hacerme saber que está escuchando—. ¿Marisol? No puedo estar hablándole a tu nuca todo el tiempo.

—Es que míralas —hace señas hacia el otro extremo de la cafetería—. Dan risa. Tacha eso, dan pena.

—¿Qué da pena? —Gabriel deja frente a nosotros unos cafés y se inclina para escuchar mejor la conversación sin sentarse—. ¿Qué me he perdido? ¿Qué pasa?

—Nada.

—¡Todo! —Marisol señala con la cabeza hacia el grupo de chicas en la esquina de la cafetería—. Parece que ya causaste impacto y ni siquiera hemos entrado al primer período de clases. Ya tienes tu club de fans oficial por allá. Y la presidente es nadie más y nada menos que la tarada de Karla Fernández. Pobre de ti. Ya me dio un poquito de lástima.

—¿Quién es Karla?

—Una harpía con rinoplastia —Marisol sigue con un dedo índica su nariz—. ¿No le notas la nariz demasiado perfecta?

—¿No la puedes culpar, no? —Gabriel ve hacia las chicas en cuestión y sonríe—. ¿De verdad se operó la nariz?

—Ya las alborotaste —me quejo cuando veo un par de chicas algo sonrojadas.

—¿Te molesta? —él me mira de cerca

—Claro que no. Te molestará a ti cuando no te dejen en paz.

—No sé por qué, pero dudo que eso sea cierto —Marisol toma la camisa de Gabriel y lo empuja hasta sentarlo—. No alborotes el hormiguero. Tengo clases con la hormiga reina, no me compliques la existencia aún más.

Gabriel ve hacia las chicas en cuestión de nuevo. —No son tan guapas.

Bufo. —Mentiroso.

—La rinoplastia la funcionó a Karla —Marisol toma un sorbo de su café—. Eso aunque me duela aceptarlo, es cierto.

—¿Por qué siento que "rinoplastia" es una palabra clave para algo aquí? —Gabriel aparta su mirada del grupo—. No son tan guapas como ustedes —sus ojos van a los míos—, como tú.

Marisol se atraganta con su café. —Lo siento —tose un poco—. Está muy caliente.

Gabriel se ríe, pero toma su bolsón y se despide con rapidez. —Me encantaría quedarme aquí y platicar sobre la vida y eso —ve hacia el reloj en su muñeca—, pero tengo que ir a secretaría a recoger mis horarios. ¿Nos vemos luego?

—Estaremos aquí en el almuerzo —asiento y él besa mi frente antes de despeinar a una ofendida Marisol—. Te queda mejor así. Y déjame decirte que tu nariz es mejor que la de ella.

Ella se queda en silencio por unos segundos. —Creo que eso es lo mejor que me han dicho en mi corta existencia —ambas lo vemos a alejarse y pasar por donde está el grupo de fans que cuchichean cuando lo ven andar. Y luego Marisol empieza—. ¿Ya pensaste en lo qué va a pasar hoy?

Veo hacia le mesa. —Ni me lo preguntes.

Suelta un silbido por lo bajo. —Esto va a estar crítico —ve de nuevo hacia donde está Karla—. Yo te lo advertí. Estar cerca del profesor buenote no era una buena idea.

—Ya pareces disco rayado.

—Pues tú no te aburres de escucharme. Porque eso es lo único que haces: escucharme. ¡No haces nada para evitar este desastre!

—¿Soy yo o defiendes mucho a Gabriel?

Ella comienza a enumerar con sus dedos. —Es educado. Es muy, muy, muy guapo. Es inteligente. Es un estudiante, no un profesor. Y... —mira sus uñas—. Es de tu edad. No veo por qué no le haces caso.

Una última vez (Reescribiendo)❌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora