-No- El alcalde respondió secante.
-La caja de la reliquia solo podrá ser abierta por el heredero, tan solo unas pocas personas en todo el reino conocen lo que hay dentro- añadió Jensen.
-Está bien- me resigné.
-Una cosa más, fuimos atacados por demonios en el bosque de Dáphora hoy, deberían trasladar ya a los refugiados- dijo Jensen al alcalde, y este meneó la cabeza en gesto negativo.
-No hemos conseguido tratar con el Rey de Valanta, los refugiados no podrán seguir adentrándose en el reino.- me quedé callado, con los ojos bien abiertos y miré a Jensen sin decir nada. Estaba todo dicho.
Sin embargo había que hablarlo. Nada más salir del ayuntamiento el lobo nos volvió a seguir, era ya de noche y estaba lloviendo. Hubo unos segundos de silencio mientras caminábamos, y al final tuve que decir yo algo -Toda esta gente va a morir ¿No es así?
-Así es.
-Diana se viene con nosotros entonces- mi superior se paró en seco, y yo me giré para escuchar lo que tenía que decir -No puede venir, solo nos retrasará el viaje.
-No voy a dejarla aquí esperando la muerte Jensen. Simplemente no puedo.
-Pues vas a tener que hacerlo.
Puse mi cabeza mirando al cielo y grité con los ojos cerrados -¡JO-DER!- estaba enfurecido, miré a Jensen con cara de odio y le dije -¿No decías que yo era tan necesario y tu hombre de confianza? Pues yo no pienso salir de este pueblo sin ella.
-¡Mile! ¡Cállate la puta boca!- no esperaba esa reacción en él -No se que te pasa por la cabeza, pero hay días que te la quieres quitar de encima para estar con Anne, y ahora parece que con la que quieres estar es con ella, me la suda si eres un puto niñato que no sabe decidirse entre una u otra chica, pero esta misión es mucho más grande que eso.- me quedé boquiabierto, pero lo peor es que tenía razón. Ya no le respondí a eso, simplemente me limité a caminar empapado.
Llegamos junto a Anne y Diana, también estaba Mika.
Había pasado una hora y algo ya desde que nos habíamos ido, ya que después de la conversación con el alcalde, me fui fuera y Jensen estuvo hablando con él un buen rato. Busqué en mi bolsa un cigarro, pero no lo encontré, se me habían acabado. Jen les dijo al resto que en veinte minutos, si la lluvia no paraba, fuéramos a la posada para esperar al resto, allí podría comprar tabaco. Al girarme Anne me tendió la mano con un cigarro.
Diana estaba tumbada sobre unas mantas en el suelo de la carpa, durmiendo, y Anne y yo acuclillados, refugiados de la lluvia bajo la lona de la carpa, al borde de donde la lluvia caía, fumando y hablando, aunque sin mucho entusiasmo.
-Te has encariñado con la chica- me dijo.
-Es una buena chica, y tiene un lado extraño, ya me lo dijo Jensen.
-Sí, tiene algo especial, no se lo notas en la voz, ni la forma de hablar o actuar, pero cuando estas cerca suya lo sabes, algo parecido a lo que pasa contigo- la ultima frase me llamó la atención.
-¿Qué es lo que pasa conmigo?
-Te haces querer, sin buscarlo ni actuar para conseguirlo, pero igualmente te haces querer, cuando alguien está cerca tuya lo nota, tu amiguita Alex lo hubiera llamado aura- Alex, casi me había olvidado de ella, tan pillado estuve de esa mujer y ahora, casi me olvido de ella -No se, es algo bueno en parte, pero creo que tienes algo oscuro, también los que te odian, te odian hasta el extremo, como Carter...- a la muchacha se le rompía el corazón solo de pensar en su padre. Puse mi brazo por encima de sus hombros y la acerqué a mí, haciendo que apoyara su cabeza en mi pecho. Se calló durante unos segundos, y luego creí entender un susurro suyo "Echaba esto de menos..." pero tampoco estaba seguro.
Terminamos nuestros cigarros, y permanecimos así hasta que Jensen nos avisó para que fuésemos a la taberna. Diana ya no estaba allí.
Llegamos a la taberna, entré y compré un bote de tabaco, cartones y papel, luego me senté en el porche y comencé a liar cigarros mientras el resto no llegaban. Me dio tiempo a hacer siete antes de que llegaran Travis y Lars, los saludé sin levantarme mientras guardaba los pitillos en una cajeta, no le di un trato a Travis diferente que el resto de veces, pero por mi cabeza pasó el pensamiento de que quizá el traidor pudiera ser él.
De repente veo salir a Diana, mirándome con una sonrisa sincera, y detrás Jensen -Diana se vendrá con nosotros- eso me alegró el día por completo -Milagrosamente, está recuperada al 100% y en condiciones de continuar el viaje.
-Gracias Jensen- le dije contento.
-Tampoco creas que me estoy ablandando, si da problemas, se queda en tierra ¿Conforme?
-Claro- le respondí sonriente y burlón -En el fondo eres buena persona Jen.
-Y no me llames Jen, por lo menos di mi nombre completo.
-Claro Jen, sin fallo.- llevó la vista al cielo en gesto de desesperación y se dirigió a su montura, miré a Diana, ambos estábamos alegres del resultado: -Vamos, hay que partir.
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El último purgador
FantasyMile es un mercenario que es encarcelado con la excusa de haber cometido un crimen que, en realidad, él no cometió, matar a lo que le quedaba de familia, el juez Brandeur le da una oportunidad de volver a la sociedad gracias a servicios prestados al...