Capítulo 8: El dulce instante...

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Había pasado un mes y medio desde los acontecimientos ocurridos en Cabo Lima, pasaba los días cabalgando o dando caza a criminales menores, un día tuvimos que capturar una cobra que se había escapado, ese día casi le pica a Carter. También los tuve que salvar a todos un par de veces, aunque no era nada realmente grave...

Nevaba en la sierra Gáltara*[1], cerca de la ciudad de Pétrida*[2], al norte del reino. Estábamos a tres de Bica de Tarín*[3], según el calendario Adegíno*[4], había pocos animales, ya que la mayoría estaban hibernando y los árboles, principalmente pinos, estaban cubiertos del blanco de la nieve. Iba vestido con una camisa de saco blanca, de manga larga, y un chaleco de cuero marrón bajo una capa de piel de oso, que abrigaba de maravilla, yo estaba colocado tras un árbol, agarrando un extremo de cuerda, al otro lado de la cuerda, también detrás de un árbol, estaba Anne, que llevaba una camisa gris bajo una zamarra marrón sin mangas, y de la espalda le colgaba una capa negra de lana.

La cuerda salvaba un espacio de unos cinco o seis metros y pasaba por debajo de la nieve amontonada, estábamos esperando a que Carter y Mika atrajeran a nuestra presa, un bandido que acechaba estas zonas desde hacía semanas, y daban cinco mil monedas de plata por él vivo.

Escuchamos unos pasos a lo lejos, y me asomé un poco, y ví a la presa, con una capucha negra, corriendo hacia nosotros, huyendo de Mika y Carter, en cuanto estuvo lo suficientemente cerca, le dí la señal a Anne para que tirara de la cuerda, tiramos, el bandido se estampó contra ella y cayó al suelo de espaldas, haciendo que la nieve del suelo saltara por los aires. De repente, antes de que el bandido pudiera reaccionar, Mika saltó sobre él y le golpeó en algún punto de la nuca, entonces el bandido dejó de moverse, Anne y yo nos acercamos, y Carter apareció de entre los árboles, entonces Mika habló - ya está, se despertará dentro de dos o tres horas.

Cabalgaba a lomos de Claricie entre los bosques blancos de la ladera de sierra Gáltara, el aire me daba en la cara y los musculos de la yegua se movían rítmicamente, haciéndome dar pequeños saltitos.

Íbamos dejando un surco de huellas en la nieve a nuestro paso, salimos del bosque, y nos encontramos con un acantilado, desde el que se podía ver todo el reino, desde la costa al este, hasta los limites del oeste, que daban paso a un río que dividía nuestro reino de Tarcia del reino vecino Grata.

Pasaron otras tres semanas, estabamos en descansando unos días en un pueblo pequeño, ya que los últimos dos meses, habían sido agotadores.

Todas las casas eran de un piso, mayormente de madera, la excepción de altura era la única posada y taberna, y una iglesia, poco regentada, el resto, eran casas bajas y granjas.

El pueblo estaba situado sobre un acantilado muy fértil, desde el que se veía la costa a pocas millas, tras cruzar un vasto bosque.

Yo me encontraba en la cima del acantilado, acostado en la suave y densa hierba, y apoyando la cabeza en Claricie. Yo tenía los ojos cerrados, aunque de vez en cuando los abría. Había una suave brisa que chocaba en mi cara, se notaba que la primavera estaba por llegar, pues no hacía calor, pero se estaba bien.

Decidí cerrar los ojos por un largo rato, y me puse a pensar en como había cambiado mi vida en los últimos meses. Antes, era un mercenario, bastante famoso, que aceptaba los trabajos que mejor le parecían y viajaba con total libertad y libre de ataduras, además, nunca me habían cogido cometiendo ningún crimen, aunque es verdad que alguno sí que cometí, y ahora, estoy bajo la vigilancia de tres personas que no conozco de nada... bueno, miento, creo que puedo decír que ya los conozco bastante bien, pero el tema, es que no lo estoy pasando bien, y todo por un crimen injustamente juzgado.

Últimamente se habían cambiado las tornas en cuanto a mi relación con el resto del grupo, Carter estaba mucho más seco conmigo de lo normal, y me llevaba muy bien con Mika, que por cierto, ahora todos le llaman así, y luego, Anne estuvo rara estos dos meses, no es que no me hablara, pero se comportaba de forma diferente, digamos, que parecía estar esperando algo por mi parte, pero decidí mantener las cosas como estaban, y los tres últimos días, estaba muy pensativa.

En el momento en que mis labios se juntaron con los suyos supe que era ella, y, aunque no me hubiera dado cuenta, realmente la amaba tras haber pasado estos dos meses junto a ella, y, es que ese beso que Anne me robó cuando descansaba en la cima de aquel acantilado, es de esos que nunca olvidaré.

Eran suaves y dulces, y los sentía calientes también, y daba la sensación de que nos hubiéramos estado besando estos dos meses, y, a veces pienso que sí nos dijimos lo que sentíamos, pero sin palabras, únicamente con pequeños gestos y miradas. Tras disfrutar de su cálido beso, ella separó sus labios de los míos, y los dos abrimos los ojos para quedarnos mirando un momento...

Definiciones: [1] Sierra Gáltara: Sierra situada al norte del reino de Tarcia, en ella está el pico más alto del reino, el Túmulo Sangriento, que recibe este nombre por una leyenda que dice que un dios llamado Árthago derrotó a un gran demonio clavandolo con una lanza en la cima, repleta de rocas rojas, dicen que si subes allí, puedes encontrar la lanza clavada sobre un esqueleto. [2] Pétrida: La tercera ciudad más grande del reino, la mayor parte de sus habitantes se dedican a la minería y el comercio de los minerales que de allí se extraen.

[3] Bica de Tarín: Época del año que empieza en lo que sería el 1 de Marzo del calendario real, y acabaría a mediados de Abril según el calendario Adeguíno. [4] Calendario Adeguíno: Es el calendario impuesto por la religión dominante en el mundo del libro, llamada "Seguidores de Ádego". Se divide en Bica de Tarín (1 de Marzo a mediados de Abril), Cantaberín (mediados de Abril a final de Mayo), Minuico (1 de Junio a mediados de Julio), Calé de Bástia (mediados de Julio a final de Agosto), Tranderan (1 de Septiembre a mediados de Octubre), Cástino (mediados de Octubre a final de Noviembre), Yanderben (1 de Diciembre a mediados de Enero) y Tardín de Nazca (mediados de Enero a final de Febrero), noche en la que se cambia de año. El calendario Adeguíno conserva las cuatro estaciones como en la realidad.

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