Inicio del Primer movimiento: El Trono Vacío.
"La venganza es un medio muy utilizado para calmar el alma, pero no suele ser una buena opción, al menos para la mayoría..."
En el momento en que vi la cara de Tarón, manchada de sangre real, agarrando del cuello a Jensen, el odio recorrió todo mi cuerpo, parecía que el mundo se parase de golpe, y lo único que quedaba era esa mirada seria, esa que se clavaba en lo más hondo de mi ser, traída por parte del demonio.
Tarón puso la punta de su espada en el vientre de Jensen, sin darse prisa. El ejecutor me puso una daga en la mano, se la lancé con todas mis fuerzas al demonio, y le di de pleno en el hombro, en el momento soltó el cuello de Jensen y retrocedió varios pasos.
Jensen empujó a Tarón, intentando tirarlo del palco, pero no sirvió, forcejearon, mientras yo agarraba la enorme hacha del ejecutor y salía corriendo entre la multitud de gente, que lo estaban pasando muy mal.
Entré en el palacio, había varios soldados muertos, busqué unas escaleras para subir al segundo piso, donde se encontraba el palco. Una piedra pequeña golpeó mi cara, pero se sintió como si me hubiesen golpeado con un menhir, de modo que salí disparado, cayendo al fondo de las escaleras de nuevo.
Un hombre con una daga saltó hacia mí, alzando el filo contra mi cuello, lo paré con el hacha, y estuvimos cara a cara un momento, por esos ojos sin iris, debía ser hechicero.
No me iba a parar mucho tiempo con él, estaba claro que venía de parte de Tarón. Me lo quité de encima de un empujón, me echó un líquido rojo de un botellín, pero lo esquivé, en cuanto el líquido cayó al suelo, este se fundió.
Hice que retrocediera hasta que se dio contra una pared, ahí le asesté mi golpe con el hacha, en horizontal y usando toda mi fuerza, le clavé gran parte del filo en el pecho, que manaba mucha sangre, y el resto del filo se clavó en la pared y se quedó enganchado, aunque rápidamente lo quité.
Subí las escaleras al segundo piso, seguía sin haber nadie vivo, podía ver una puerta abierta que daba al palco, y vi cruzarse un momento los cuerpos de Tarón y Jensen, luchando entre ellos.
Pegué un sprint hasta el palco, y en cuanto salí, Tarón tenía a Jensen contra las cuerdas - ¡Tarón!- grité - ¡Es contra mí con quien debes luchar! ¡Deja a ese hombre!- Tarón se quedó un momento pensando, sin soltar a Jensen, entonces hizo un movimiento extraño con la espada y le barrió las piernas a Jensen, que quedó tirado en el suelo, con el filo de la espada del demonio rozando su cuello - Te voy a explicar una cosa, chico- se dirigió a mí el demonio - Dentro de poco, esta ciudad quedará reducida a cenizas, mis hermanos llegarán, y arrasarán con toda la vida que haya en la ciudad.
- ¿Acaso sois tantos demonios en tu estirpe, como para destrozar una ciudad tan grande como esta?
- El ejercito que vendrá, no os dejará ver el suelo que pisan, cubrirán de las montañas que rodean el lago, y a la mañana siguiente solo quedarán ruinas en Tarrandela- Tarón volvió a mirar a Jensen, y antes de que hiciera nada, le dediqué un golpe horizontal con el hacha del ejecutor, rápidamente lo paró con la espada, pero salió disparado contra la pared, golpeándose la espalda y la nuca.
Lo mantuve entre el hacha y la pared mientras Jensen se levantaba y le apuntaba con su espada, le dediqué unas palabras al ser - Bueno, tras tanto tiempo, al fin me podré vengar de ti- Jensen y yo intercambiamos puestos, mientras el demonio reía descontroladamente, agarré la empuñadura de la espada, y Jensen sujetó el hacha, y en un momento el demonio se puso serio y me atravesó con la mirada, mientras pronunciaba unas palabras - Lo siento mucho, Mile, pero no moriré hoy- fruncí el ceño, y de repente el demonio se desvaneció sin más, yo me quedé boquiabierto y grité - ¡No! ¡No puede ser! ¡Ya lo tenía!
- Tranquilízate...- intentó calmarme Jensen, pero le interrumpí - ¡No me puedo tranquilizar! ¡Mi vida se ha ido a la mierda por su culpa!- Jensen me calló de una bofetada, y habló - He dicho que te tranquilices, si se ha escapado, se ha escapado y punto, lo único que tienes que hacer es volver a buscarlo ¿Vale?- me relajé un poco, y le devolví la espada a Jensen.
La gente se levantó, algunos con sabor a vómito en la boca, otros aún mareados, y algún otro fingiendo que se encontraba perfectamente. Todos empezaron a correr aterrorizados, de un lado a otro, y unos pocos intentaban razonar qué acababa de pasar. Carter y Anne también se levantaron y sacaron las armas, Mika se levantó aturdido - ¿Qué acaba de pasar?- preguntó, completamente desorientado, señalé el cuerpo sin vida de Aloys, se llevó las manos a la cabeza, y me miró aterrorizado, Anne habló - Tranquilo, no ha sido él.
- ¿Y entonces quién?
- ¿De verdad no te has enterado de nada?- le pregunté, Mika frunció el ceño y me respondió - De verdad, simplemente me desmayé después de que Jensen matara a Brandeur.
- Mikael es muy sensible, y el demonio estaba demasiado cerca, no pudo evitar desmayarse- entró Carter en la conversación, con un tono serio, Mika se asustó - ¿Qué demonio? ¿De qué habláis?
- Tarón apareció y asesinó al rey- le contestó Jensen, formalmente, sin pestañear - Pero ahora debemos informar de lo que va a pasar- Jensen se dirigió al borde del palco y gritó - ¡Silencio!- la gente seguía descontrolada - ¡Debéis atenderme!- no le hacían ni caso, Mika apareció con un cuerno de guerra, y lo sopló sin avisar.
El ruido del cuerno envolvió toda la plaza, había muchos soldados calmando a la plebe, y al escuchar el sonido, todo el mundo se calló y nos atendió - Muchas gracias, Mikael- le dijo Jensen, luego dirigió la voz a la plaza - ¡Esto es importante! No sabemos cuándo exactamente, ni cómo, pero un ejército de demonios pretende invadir la ciudad- los cuchicheos entre la muchedumbre aumentaron, hubo algún grito, y algún llanto - La ciudad debe ser evacuada cuanto antes, y los soldados deberían prepararse para lo peor, gracias por su atención.
Entre nosotros había un incómodo silencio, pero en la plaza la gente gritaba y corría, mientras los soldados se movilizaban. Al poco, llegaron tres soldados al balcón en que nos encontrábamos, uno de ellos vestía de brillante armadura, este le dirigió la palabra a Jensen, dejándose ver muy cabreado - ¿En qué cojones estás pensando? ¡Lo único que has conseguido es asustar al pueblo!- Jensen le contestó bastante sereno - La plebe debe saber que hay, no es bueno mentirles.
- ¡Pero míralos joder! ¡Se van a matar unos a otros solo intentando salir de aquí!
- ¡Cállese! No le permito que me dirija la palabra así, sigo siendo su superior de modo que baje el tono y escuche, o lo ataré a un árbol hasta que los demonios lleguen.
- ¿Y va a creerse la palabra de un demonio ahora?
- Le diré un secreto... Tarón nunca miente.
La plaza casi se había vaciado durante la conversación, pero algo llamó mi atención, la gente estaba volviendo a entrar, con una cara de terror aún mayor que antes. La gente empezó a morir. "¿Es que no nos van a dar un segundo para respirar?" pensé...
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El último purgador
FantasíaMile es un mercenario que es encarcelado con la excusa de haber cometido un crimen que, en realidad, él no cometió, matar a lo que le quedaba de familia, el juez Brandeur le da una oportunidad de volver a la sociedad gracias a servicios prestados al...