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Ryeowook entendía el punto de su esposo, pero le enojaba que nunca confiara en el para decirle las cosas más importantes, si, él estaba en embarazo y eso podía perjudicarlo y si tenía miedo de volverse a enfrentar con aquel hombre pero no podía huir de su problema toda la vida y Jong Woon debía entender eso, lo que más le molestaba era que no existiera confianza en su relación. Wook nunca le habría ocultado algo semejante a Jong Woon en caso de que lo supiera pero no, el mayor no podía ver más de las cosas que creía correctas y eso estaba completamente mal.

Ryeowook merecía dar su opinión sobre el asunto ¿podría alguien entender ese punto?, no, no importaba si otra persona lo entendía si al final su único apoyo siempre actuaba por su cuenta. Se dejó caer en la cama del hotel donde habían pedido quedarse esa noche Jong Woon se había ido dejándolo solo y él no se molestó en decirle que se quedara, estaba demasiado enojado y se sentía frustrado de que nada entre ellos cambiara, siempre que creía haber solucionado todo un nuevo problema se interponía entre ellos separándolos.

Las lágrimas de impotencia recorrieron su rostro y se acarició el abdomen abultado, como si sintiera el apoyo de sus hijos en la situación confusa.

No podría tener un hogar tranquilo hasta que los fantasmas del pasado desaparecieran, y a veces veía tan imposible que eso pasara, siempre habían estado escapando, escondiéndose y terminaban discutiendo, su pasado y el de Jong Woon interferían para impedir que fueran felices, era algo así como un karma.

— No hemos hecho nada malo salvo querernos—hablo a la nada con la mirada perdida, seco las lágrimas que se deslizaban por su rostro y se sintió solo, temeroso sin verlo allí

Wook siempre quiso demostrar que podría seguir adelante a pesar de todo lo que había pasado, porque era un niño fuerte que sin padres logro seguir con su vida, aun si su pasado había dejado marcas físicas y emocionales de forma permanente Ryeowook solo quería triunfar, demostrarle al mundo que cualquier persona podía salir de la miseria y ser exitosa, él no tenía ningún defecto cuando nació pero con el paso de los años las líneas rojizas comenzaron a ser una parte de su diario vivir y ese hombre se encargaba de causar que se aborreciera a sí mismo.

Todo eso hasta que llego Jong Woon, este hombre que había robado su corazón, sus besos y su primera vez, el único hombre del que se había enamorado hasta perder la cabeza.

Podía creerle todo lo que dijera y aun así se sentiría feliz con la sola idea de estar a su lado, no había nada de malo porque el mayor también lo amaba y se necesitaban el uno al otro para no caer. Sin embargo ¿Cómo podía pasar eso cuando él nunca le pedía apoyo? ¿Cómo podrían funcionar como una pareja casada si Jong Woon no confiaba en él?

Estaba comenzando a frustrarse, a rendirse ¿habría cometido algún error perdonándolo? ¿Habría sido mejor continuar con su vida sin haberle dado una segunda oportunidad?

El pequeño sabía que eso no era cierto, el mismo era incapaz de vivir y de poder luchar solo si no tenía a su esposo, ese que a pesar de lastimarlo se preocupaba por él, temía perderlo y aun así seguía equivocándose una y otra vez decepcionándolo como si todo se tratase de un ciclo.

Pero al final la única verdad era que lo amaba y en verdad deseaba un para siempre, juntos.

Sentía que cada vez que estaba felices algo malo siempre interrumpía causando que los muros volvieran a construirse causando que se distanciaran poco a poco hasta que los secretos nuevamente se convertían en el principal problema.

— Estoy tan cansado de que nada funcione

Se acostó de medio lado en la cama y mientras lloraba logro quedarse dormido.

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