Decisiones

22

"No se debe perder la esperanza"

Era una habitación oscura, Ryeowook sostenía a los gemelos con fuerza mientras estos lloraban ¿Cómo pudo ser tan tonto?, ya era muy tarde para arrepentirse y si algo les sucedía a los bebés él sería el único culpable. Todo porque siempre debía llevarle la contraria a su esposo, ahora estaba frente a autor de su oscuro pasado, quien sonreía como si acabase de ganarse la lotería cuando lo dejaba encerrado en aquella habitación con los pequeños. Wook pudo escuchar una cadena y luego el sonido de un candado cerrándose. Entre lágrimas acomodo a los niños sobre sus muslos mientras rogaba a todos los dioses porque Jong Woon fuera capaz de encontrarlos.

No estaban muy lejos del lugar donde el psicópata los había secuestrado, Ryeowook dedujo unos diez minutos en el paseo a coche aunque habían cubierto sus ojos con una bolsa de plástico oscura, tuvo que acceder a algunos toques en sus piernas con la condición de que no le hiciera daño a los niños. Recordó que aquella mañana había hecho el amor con su esposo antes de que este se fuese a trabajar, le había pedido que lo esperase en casa hasta que llegara para salir juntos y Wook solo quería salir para sentirse un poco más libre. Sungmin no le contesto. No vio lo arriesgado que sería salir solo con sus hijos sin ninguna seguridad.

Realmente todo lo que estaba pasando era su culpa.

Se sentía sucio y triste. Sabía muy bien que tenía que acceder a cualquier cosa loca que propusiera su padre y estaba tan asqueado de tan solo verlo que no sabía muy bien cuanto debía soportar hasta que Jong Woon los encontrase. Tranquilizo a Hyun Wook y le acaricio las mejillas con suavidad al pequeño Jong Woon, estos parecían estar calmándose al sentir el toque suave de las manos de su padre quien aunque estaba asustado debía demostrar ser valiente. Alejar los horribles recuerdos y luchar para que nada ni nadie hiriese a sus hijos.

― Lo siento—susurró—papá no va a dejar que nada les suceda ¿está bien?

― Ryeowook—escuchó la voz en un tono aniñado—¿vamos a jugar?—sintió un sudor frio recorrer su frente, las mismas palabras que solía usar cuando de niño lo llevaba hasta el sótano y lo amarraba con cadenas oxidadas mientras le quitaba los pantalones para luego marcarle la piel

― Papá volverá pronto—le dijo a los niños entre lágrimas cuando escucho el sonido de la puerta abriéndose

Dejó a los niños sobre un sofá viejo antes de acostarlos se quitó la chaqueta que llevaba para que no se ensuciaran con el polvo de aquel mueble. Estaba temblando, recordando todo su pasado y asustado de que por sus malas decisiones algo le sucediera a los gemelos.

Jong Woon nunca lo perdonaría.

Él ni siquiera merecía que el mayor se preocupara por salvarlo, todo era su culpa. Siempre haciendo las cosas sin pensar, siempre actuando como un niño cuando el mayor no quería cumplirle sus caprichos, siempre pensando que su esposo se preocupaba demasiado, llevándolo hasta el extremo de que accediera a lo que quería.

Wook era el egoísta.

― Quítate la ropa—ordenó el más viejo mientras se lamia el labio inferior.

― Haré todo lo que pidas pero no le hagas nada a los niños, por favor, déjalos ir

― ¿Por qué debería dejarlos ir?, puedo tener la satisfacción de marcarlos así como lo está su padre. Veo que pese a que eres un monstruo lograste hacer que otro se enamorara de ti, me da pesar con el pobre Jong Woon—se le acercó—debe estar muy ciego para haber caído tan bajo