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La noche había sido fantástica. Ryeowook se removió entre las sabanas buscando a su esposo, cubrió con esta su cuerpo desnudo mientras abría los ojos y se acostumbraba a la luz del sol. Quería que su vida siguiera así, despertar con la única preocupación de ser feliz y esperar a sus hijos de una manera más calmada. Pero claro él no podía olvidarse de los encuentros que tuvo con aquel hombre, estaba lejos y aunque eso debería ser suficiente para que se sintiera aliviado sabía que en algún momento ambos tenían que regresar para enfrentar los problemas.

Acarició su vientre abultado, cada día estaba más grande y no le sorprendía porque eran dos bebes, llegaría un momento que hasta caminar lo cansara, eso no le incomodaría, Ryeowook estaba feliz de tener una familia y lo que más deseaba era que sus hijos tuviesen todo lo que a él alguna vez se le había negado.

- Buenos días-Jong Woon susurro sacándolo de sus pensamientos, llevaba una sudadera de seda y en sus manos traía el desayuno

- No debiste molestarte-recibió la mesa portátil con una sonrisa mientras lo besaba en los labios

- Debes estar hambriento, no comimos nada anoche y el doctor recomendó que subieras de peso

- Pero no es necesario que me des tanta comida

- Tienes que comer por tres

- Voy a engordar y ya no vas a quererme-Jong Woon solo le sonrió, el doctor le había advertido que el segundo trimestre no sería nada fácil, esa era una de las razones que tomo para casarse con su pequeño lo antes posible, si era el caso lo único que pretendía era que Ryeowook se relajara un poco, no quería volver experimentar el mismo susto de hace algunos días cuando colapsó en su trabajo. Afortunadamente la chica había renunciado a su cargo, eso quería decir que no tendría más problemas con Ryeowook sobre esa mujer, esperaba que así fuese, con Baek y el padre del pequeño tenían suficientes razones para preocuparse

- Te querré todos los días más y más, no me importa tu físico Wook

- Lo sé, me aceptaste con mis defectos desde aquella noche

- Quién lo diría-tomó el tenedor con una fruta y se la dio al castaño-que en un año nuestras vidas iban a ser tan diferentes

- Bueno, tú tienes parte de culpa en que todo se haya salido de control

- Es cierto, nunca olvidare el momento en el que me dejaste

- Woonie

- Pero me lo merecía, era lo justo después de todo lo que te había hecho

- Eso ya no importa, me haces muy feliz

- El sentimiento es mutuo, ya no sé qué sería de mi si no te tengo en mi vida Ryeowook

Wook sonrió, dejo a un lado el desayuno y enredó sus brazos en el cuello de Jong Woon

- Nosotros tampoco sabemos que hacer sin ti, así que tendrás que resignarte a estar conmigo y estos bebes para siempre

- No me desagrada la idea mi pequeño

Cerró la distancia que los separaba, tomando los labios dulces que había poseído desde aquella vez. Se preguntaba qué tan diferente seria su vida sino tuviese a Ryeowook a su lado, era como si nunca se sintiera completo, Ryeowook era esa alma gemela de la que tanto hablan las personas, cuando la encuentras es imposible dejarla ir. Sin Ryeowook su mundo seguiría siendo uno donde el odio por lo que le sucedió a su madre viviera y primara en su día a día, la sed de venganza, de cobrar la vida que perdió aquella mujer indefensa esa terrible noche.

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