Capitulo 6

112 37 10
                                    

[Capítulo largo]

Habían pasado ya dos semanas desde que había llegado a este lugar y aun no había encontrado la manera de salir de aquí, este lugar era una prisión y por mas que buscara no encontraba la manera de escapar, aunque siendo sincera no había pensado mucho en eso, tal vez sea por que había estado muy distraída todo este tiempo, Carmen y yo platicabamos todas las noches y era algo extraño a decir verdad, cada una nos contábamos algo que nos gustaba hacer cuales eran nuestros sueños, y todas las cosas agradables que nos pasaban, yo no tenia mucho que contarle y la verdad tampoco tenia sueños, pero por el contrario Carmen me divertía mucho con todas las historias que me contaba cuando era joven. Todo el día me la pasaba ayudando a Carmen o viendo la mansión recorriendo el gran patio trasero lleno de arboles o ayudándole a Carmen con el jardín. Con Lía por extraño que parezca no había tenido mas enfrentamientos por lo menos no de gran importancia pero sabía que esto que tenia contra mi no se quedaría solo así.

Y por otro lado estaba Cárter a él casi no lo veía y después de aquella noche en el bosque no habíamos hablado más y para mi eso era mejor.

Estaba limpiando los pasillos de la mansión cuando escuche unos extraños ruidos que provenían de algún lugar de esta enorme casa, trate de encontrar de donde provenían eso extraños ruidos, pero no sabia bien de donde provenían, deje lo que hacia y seguí aquellos ruidos camine por los pasillos intentando no perderme, aunque llevaba ya dos semanas aquí aun me costaba un poco guiarme bien en este lugar, camine y ya había pasado todo los cuartos así que ahora solo estaban los pasillos que me guiaban a no se donde; no conocía toda la mansión en si, había recorrido casi toda la mansión excepto una sección de ella que se encontraba con menos luz y escasas ventanas, Carmen me había dicho que no me preocupara de entrar ahí que ella se encargaba de atender ese lugar de la mansión y que yo no me acercara ahí, no sabia por que pero tenia una ligera sospecha de saber por que no quería que nos acercaremos a este lugar. Seguí caminando hasta encontrar una puerta que se encontraba algo oculta y de ahí era donde provenían eso extraños ruidos que ahora que estaba cerca podía percibir mejor que eran esos ruidos y eran quejidos y llanto? Esto realmente era extraño. Me fui acercando mas a la puerta para abrirla pero justo cuando estaba a punto de girar el picaporte para abrirla alguien tomo mi muñeca girandome, sujetaron fuerte mi muñeca y me apartaron de la puerta. No subí mi vista para ver a la persona por qur tenía algo de miedo que fuera uno de esos hombres de Frank que me miraban con desprecio, como si en cualquier momento fuera a arrancarme la cabeza. Tal parecía que todo mundo me odiaba. Era despreciable.

-Oye...-le dije a la persona que me tenia sujeta de la muñeca.-sueltame.

Intente sacarme de su agarre pero éste me apretaba con fuerza, yo miraba el lugar donde me tenía sujeta pero no podía soltarme levante mi vista encontrándome con unos ojos azules, no podía apartar la vista de sus ojos que me miraban, no se por que pero no podía apartar la vista de él, tenia el cabello negro y desordenado era mucho mas alto que yo, tez blanca y vestía con una camisa negra y pantalones de mezclilla.

-¿quien eres tu, y que estas haciendo aquí?.- pregunto el chico con voz fria y aun me tenia sujeta y bueno dolía pero éste al parecer no tenia intenciones de soltarme.

-s-soy la nu-nueva empleada, llevo t-trabajando aquí hace dos semanas.- Maldecí internamente por a ver rartamudeado, estaba algo nerviosa por que me había atrapado al estar en un lugar que no debería y sabia por que, este era el lugar donde tenían a las chicas que vendían. Pero esto era extraño yo a él nunca lo había visto por aquí, lo recordaría si así fuera, era muy apuesto.

-No deberías estar aquí.

- y que me dices tu, ¿quien eres?, no te había visto antes por aquí.- dije sacandome de su agarre, sobe mi muñeca esta dolía por lo fuerte que había apretado el pelinegro, él lo noto y miro que sobaba mi muñeca, pero no dijo nada solo volvió a mirarme a los ojos.

Encerrada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora