Capítulo 22

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En muchas ocasiones actuamos sin pensar, y actuando por impulso creyendo que nada saldrá mal y las cosas estaban a nuestro favor. Pero en realidad no todo sale como uno lo planea e incluso puede causar mas daño y problemas de los que ya había. En otras ocasiones ser impulsivos nos ayuda a sobre salir y realizar las cosas con éxito por nuestro instinto y capacidades, por desgracia ese no era mi caso y todo lo había arruinado.

Después del escándalo que había armado la noche anterior no pude conciliar en sueño me sentía terrible por Nora y Anna. Tenia miedo de que les hicieran daño por causar todo el problema de anoche o peor que las hubieran... asesinado.

A la mañana siguiente todo estaba tan tenso el ambiente era sofocante y solo quería salir corriendo lo mas lejos posible hasta que no pudiera hacerlo mas. Salí de la cocina a realizar mis deberes diarios hasta que choque con un cuerpo, levante la vista y pude ver sus ojos azules que al instante me atraparon. Adam siempre tenía ese efecto en mi, y me sentía nerviosa cada vez que me miraba a los ojos, con sus bellos ojos azules.

—Lo siento.-Murmuré.

Quite mi vista de él y sus ojos hipnotizantes y me dispuse a seguir mi camino.

—Hally espera.-la voz de Adam me interrumpió y voltee a verlo. —necesitamos hablar.

Hice una mueca de desconcierto ¿de que quería hablar? ¿de lo que paso ayer? O peor aún, lo mas probable era que quería hablar del alboroto que había ocurrido anoche. Rayos! Claro lo de la noche anterior ellos habían hablado con Frank y no sabia que habían hablado. Tal vez me diría que ya me ejecutarían.

Asentí.

Se me quedo mirando por unos segundos y una sonrisa divertida se fue formando en sus labios, ¿pero a este que le pasaba? ¿Qué sera tan gracioso? ¿por qué se reía? ¿por que me miraba extraño? ¿tendría algo en el rostro? Lleve mis manos a la cara pero no tenía nada entonces ¿por que sonreía?

—¿Por qué sonríes?—pregunte confundida.

No era el momento de reírse ni mucho menos de estar con miradas extrañas, yo moriría, ayer había cavado mi tumba. ¿eso era lo gracioso? Que estaba frita, y nada ni nadie podía sacarme de esa. Si eso era genial perfecto para que se riera de mi.

—De ti.-dijo con una sonrisa aun mas grande.

¿Pero qué? Ven cuando les decía que todos son unos idiotas. Yo no le veía la gracia a que en unas horas estaría muerta y tres metros bajo tierra, lo se suena exagerado pero conociendo a Frank era lo menos que podía esperar de él, él me odiaba y no dudaría en matarme, por que lo mas seguro era que Adam venia a decirme que Frank me mataría. ¿Que no tenían ni un poco de vergüenza? Hice una mueca de indignación.

¿pero este que se cree?

—Oh si burlate de las desgracias de los demás.-dije molesta. ¿que no podía tener un poco de consideración?.

—¿Qué? Yo me río de las graciosas muecas que haces, te ves adorable mono.-sonrió.

Por un lado, me sentí bien por su comentario fuera de lugar pero por lo menos se había olvidado de lo de ayer y esperaba que las cosas entre los dos mejorarán, aún así este chico idiota me saca de quicio. Yo no hacia muecas. Pff torpe. Bueno por lo menos no se reía de mi desgracia.

— Yo no hago muecas.

—Claro que si, las estas haciendo ahora.

—Como sea.-dije poniendo mis brazos cruzados debajo de mis pechos. No era el momento para hablar de esas cosas, necesitaba saber algo.-¿De que quieres hablar?

Su rostro cambio totalmente y su sonrisa había desaparecido, eso no era una buena señal. Cambio a un semblante serio y pude ver como se tensaba, me imagine lo peor. Sentí un vacío en el estomago y mis piernas flaquear, pero como pude me mantuve en píe.

Encerrada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora