(Favor de leer la nota al final del capítulo, es importante. Capítulo sin editar. Disfruten. ;)
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—En verdad no tienen que hacer esto. Mucho menos tú, Harry.
—Tonterías, Lou —dijo Sara—. No puedo creer que dejaras pasar esto.
—Y la doctora dijo que podría seguir con mis actividades normales —prosiguió Harry—, así que cierre pico y dime dónde ponemos esto.
Sucedió después de que Harry fue dado de alta. Los tres habían subido al auto de Sara y la primera parada sería para dejar a Louis, pero cuándo Louis había abierto la puerta había tropezado con una de esas cajas que no había movido. Sara y Harry salieron del auto y Louis les había explicado todo, y ahora ambos lo ayudaban a guardar esas cosas viejas.
Louis resopló. —Está bien. Síganme, creo que hay espacio en el closet. —Louis tocó el sofá de la sala para guiarse y Sara y Harry lo siguieron.
En lo que Louis despejaba un poco el pequeño espacio del lugar, Harry vio por encima las cosas que tenía en su caja. Solo eran cables, algún teléfono viejo, periódicos, revistas y fotos incompletas, como si se hubieran quemado un poco.
Oh.
Tomó la única foto que, al no estar en lo más profundo de la caja, era la más visible.
—¿Este eres tú, Louis? —preguntó Harry con una sonrisa mientras miraba la vieja fotografía.
Pudo notar como Louis se tensó un poco, pero se calmó rápidamente. —Pues si es un niño pequeño, sí. No hay muchas fotos de mí desde que entré a la primaria hasta el día de hoy.
Sara se acercó a ver la foto e imitó la sonrisa de Harry. —¡Eras una ternurita, Louis! Debías de tener como 4 o 5 años, todo un rompe corazones desde esa edad.
Harry estuvo de acuerdo. El pequeño Louis de la foto tenía un balón en las manos y sonreía a la cámara, se veía tan adorable que hacía que Harry lo quisiera un poco más, si eso fuera posible.
Oh, cierto. ¿Lo del hospital?
Bueno, si de Harry dependiera él hubiera saltado y gritado de felicidad en cuanto Louis le dijo que lo quería. Pero el pobre aún estaba asustado y agitado cuando terminó su confesión.
Harry sólo secó sus lágrimas, lo acostó con él en esa pequeña cama de hospital y le besó la frente tantas veces como fueron necesarias.
No dijeron nada más, ni siquiera cuándo Sara entró y sólo los vio a ambos como por tres segundos antes de empezar a acomodar la ropa que el hospital les había regalado.
Las cosas se sintieron normales y en su lugar, y Harry no deseaba nada más.
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—¿Me acompañarías a un lugar?
Sara no prestaba atención al capítulo de Grey's Anatomy que pasaba en la televisión, a pesar de que era una de sus series favoritas. Desde que llegó a casa y vio a Jayden en ella, lo único que pasaba por su mente es si debía asistir o no al homenaje.
Y ahora, mientras estaba abrazando a Jayden en el sillón esperando su respuesta, había llegado a la conclusión de que tenía que ir. Aunque sea una vez. Pero no quería ir sola, y no podía pedírselo a Harry o a Louis, ya que ellos no tenían idea de lo que había pasado hace ya tantos años.
—Claro, ¿a dónde? —dijo Jayden—.
Sara suspiró. —Pasado mañana va a haber un homenaje por lo que... ya sabes, lo que pasó cuando Alba murió. —Pudo sentir como su novio le daba un beso en la sien y continuó—. Nunca he ido a uno, a pesar de que lo hacen cada año. Presiento que es tiempo de que asista, pero no quiero ir sola.
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El milagro eres tú. || Larry Stylinson.
Hayran KurguLouis es un joven que perdió muchas cosas en un accidente años atrás, una de ellas su vista. Lucha por tener una estable vida trabajando y viviendo en la rutina. Un día conoce a Harry, un fotógrafo con problemas para llegar a la cima de su carrera...