Capítulo 18

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    El móvil sonó a su lado, sobre la mesilla de noche, a la vez que la pantalla se encendía con intensidad. Harry alargó una mano y lo cogió con curiosidad. Un pequeño sobre rojo parpadeaba en el centro de la pantalla blanca, avisándole de que había recibido un mensaje. El ojiverde rozó el icono con la yema de los dedos e, inmediatamente, se desplegó el contenido.

    “¿Dónde te has metido?”

    Harry sonrió al ver el mensaje de Zayn y envió otro como respuesta.

    “Estoy en la cama malo :( ¿me echas de menos?”

    Harry dejó el móvil sobre las sábanas y paseó la mirada por el dormitorio, aburrido. Todavía  era temprano por lo que la única fuente de la luz provenía de las farolas aún encendidas que alumbraban la calle.

    El rizado se recostó, buscando la postura más cómoda, y se giró hacia la ventana. Al otro lado del cristal, el cielo apenas comenzaba a clarear, poco más que una tenue franja azulada desgarrando la negrura de la noche. Un coro de sonidos acompañaba al temprano amanecer,  mezclando los bajos rugidos de los coches con las voces de despedida de las madres a sus hijos, llegada ya la hora de partir hacia el colegio.

    Su mirada descendió por el lateral de la cama hasta toparse con la Ruda. Un cerco de hojas secas rodeaba el nacimiento de su tallo, casi superando en número a las que aún se mantenían sobre las ramas. La pérdida de tantas hojas la había dejado raquítica, más parecida a un maltrecho esqueleto que al frondoso arbusto que era antes. A pesar de que parecía haber mejorado en los últimos días, la Ruda no se había recuperado del todo.

    Harry apartó la mirada de la planta y buscó su portátil en la penumbra de la habitación. La cubierta blanca parecía brillar en la oscuridad, reflejando toda la luz que recibía, como un foco asentado a los pies de la cama.

    Con algo de dificultad, el ojiverde se arrastró hasta el ordenador, lo agarró y volvió de nuevo a donde estaba antes. Apoyó el portátil sobre sus rodillas y esperó a que se encendiese. Un dolor agudo atravesó su abdomen y Harry cerró los ojos, esperando a que pasara. La pastilla que le había dado su madre aún no había eliminado por completo el dolor, pero había reducido el tormento que había sufrido durante la noche a unos fugaces ataques que desaparecían segundos después de empezar.

    Abrió los ojos y los clavó en la pantalla de su ordenador. Una foto de Niall, Liam, Zayn y él mismo en la playa, durante la fiesta de Brighton del año anterior, decoraba el fondo. Harry paseó la mirada por los sonrientes rostros y admiró una vez más el cambio que habían sufrido todos, en especial el rubio.

    El móvil volvió a sonar, avisándole de la llegada de un nuevo mensaje.

    “No, pero empezaba a pensar que me habías cambiado por Louis”

    El teléfono vibró al recibir un segundo mensaje, apenas cinco segundos después.

    “Por cierto, ponte bueno :P”

    Harry esperó por si llegaba un tercer mensaje pero, tras un minuto, escribió su respuesta.

    “¿Cómo me crees capaz de perderme seis horas de clases contigo para irme con otro? :O”

    El rizado volvió a abandonar el móvil sobre la cama y se concentró en su ordenador. Pulsó en la barra del buscador y tecleó una sola palabra, “Ruda”. Inmediatamente, la pantalla se llenó de información sobre la planta. Probó a entrar en unas cuantas pero ninguna contenía más que datos generales de la especie: tamaño, localización geográfica… De todas formas leyó con atención todos los primeros artículos para evitar saltarse información valiosa, en el improbable caso de que la hubiera.

Magic (Larry Stylinson) {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora