Noa
Me desperté cuando sonó la alarma del móvil. Eran las ocho de la mañana.
-¿Puedes apagar esa cosa del demonio?
La voz con acento francés de Antoine surgió desde debajo de la almohada.
Apagué la alarma y me levanté.
-Arriba francés. Me dijiste que me llevarías a la universidad y que me dejarías ropa.
Se levantó con los ojos cerrados y dio un paso hacia delante. Se chocó contra la pared.
No pude evitar soltar una carcajada mientras él me miraba mal.Salió de la habitación y volvió con varias prendas de ropa, tanto exterior como interior.
-Es de mi hermana-dijo mientras las dejaba encima de la cama-. Coge lo que necesites.
Me acerqué a la ropa y observé lo que me había traído. Escogí un pantalón vaquero corto pero ninguna de las camisetas era de mi talla.
-No son de mi talla-dije con cierta timidez
-Toma.
Se acercó a su armario y me dio una de las suyas. Era una camiseta de la selección francesa con su nombre y número.
-Gracias.
Sonreí y él me devolvió la sonrisa.
-Baja a la cocina y coge lo que quieras para desayunar, bajo yo ahora.
Fue al baño y yo bajé las escaleras para ir a la cocina. Le hice caso y abrí la nevera para ver qué tenia.
Se me cayó el alma a los pies. El contenido de su nevera de reducía a un limón, una botella de agua, un par de latas de Coca-cola, un par de huevos y un cartón de leche.
Abrí el pequeño armario que tenía junto a la nevera. Allí solo había más latas de refrescos y un paquete de galletas príncipe vacío.
-¡Antoine Griezmann Lopes! ¡Baja aquí ahora mismo!
A los dos minutos se encontraba a mi lado.
-¿Cómo sabes mi segundo apellido? Juraría que no lo he dicho nunca...
-Siempre que sale algún articulo tuyo en algún periódico lo leo-sonreí inocente-. Pero a lo que iba, ¿cuánto hace que no vas a la compra?
-Una semana, ¿por?
-Porque en la nevera y en el armario no hay nada con lo que subsistir.
-Me has pillado-hizo una mueca de culpabilidad-. ¿Te invito a desayunar?
Miré el reloj, aún me sobraba tiempo. Eran las ocho y media y entraba a las diez.
-No voy a dejar que mi invites siempre que estemos juntos, yo te invito a desayunar que me quedé en tu casa y después de las clases me invitas tú al refresco.
Asintió sonriente.
-Y te acompaño a hacer la compra-dije y Sonreí -. Tengo que asegurarme de que compres para seguir viviendo.
Asintió de nuevo.
-Vámonos-dijo cogiendo las llaves de su coche
Salimos de la casa y subimos al coche. Eché la mano al asiento trasero, donde había dejado dos días atrás mi mochila.
Cogí la cartera en ella y comprobé que tenía suficiente dinero para pagar dos desayunos.
Antoine aparcó delante de una pequeña cafetería de aspecto rústico.
ESTÁS LEYENDO
Por Verte Sonreír #Wattys2016
FanfictionÉl es francés. Ella es española. Él está roto. Ella está rota. Ambos dejarán su pasado atrás para hacer sonreír al otro. Porque, a veces, las cosas comunes son mayores que las diferencias. Portada: @xTeamNaclemx #446 en fanfic 14/8/16 #871 en fanfi...