Capítulo 22

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Antoine

Creía que ella era diferente. Creí que no buscaba solo la fama pero visto lo visto...

Pese a los intentos de Amil de intentar explicarme lo que pasaba me fui a casa entre lágrimas. Yo la quería. ¿Por qué me hacía eso?

Me quedé a dormir en casa de Fernando, pues no quería estar solo.

-¿Estás bien?-preguntó mientras acababa de colocarme las sábanas en el sofá

-¿Yo? Genial, no ves como salto de alegría.

-Oye, Grizi... A lo mejor necesitas escuchar a Amil y...

-No. No quiero saber nada. Ella misma me lo dejó claro. Buenas noches Fer.

Me dio una palmadita en la espalda y desapareció. Me Tumbé en el sofá y cogí el teléfono.

Le mandé un mensaje a Amil.

Siento lo de esta tarde, no quería poneme así. 😢😢 Puedes contarme lo que pasó? ✔✔

Tranquilo, no te culpo. Noa estaba levantando tres dedos lo que, en el idioma que teníamos de pequeñas, significaba busca ayuda

Entonces ella no está con Mario?✔✔

No. Creo que él la ha amenazado.

Mañana irá a clase??✔✔

No lo . Si va, hablaré con ella y te contaré

Gracias Amil 😘✔✔

De nada francés idiota 😘

Dejé el teléfono y me quedé dormido.

Me despertó Fernando para ir hasta la universidad a recoger a las chicas. Me levanté de un salto, quería hablar con Noa.

Rápidamente me vestí con ropa que me prestó Fernando y me subí a mi coche. Lo seguí por el trayecto hasta la universidad.
Cuando bajamos del coche Valeria se abalanzó sobre Fernando. Los demás chicos ya estaban allí y las chicas hablaban con ellos.

Busqué con la mirada a Noa, estaba caminando con la cabeza gacha sin mirar a sus amigas. Me acerqué corriendo.

-Tenemos que hablar.

-No tengo nada que hablar contigo.

-Si que lo tienes, Amil me lo ha contado.

Le flaquearon las rodillas y se soltó de mi agarre.

-Si hablo contigo podría hacerte daño. Tú tienes que seguir ahí, por tus fans. Yo doy lo mismo.

Siguió caminando pero se le cayó un papel. Me acerqué y lo recogí.

Sabía que vendrías, ven al pabellón de al lado de mi casa a las 18:30 y podremos hablar. ¡Me han cogido en un equipo!

Guardé el papel en uno de mis bolsillos y volví con los chicos. Fuimos a comer a un restaurante todos juntos. Con las tonterías, acabamos de comer a las seis.

-¿Lo solucionaste con Noa?-preguntó Lucas, que estaba sentado a mi lado

-He quedado con ella para hablar esta tarde. ¡mierda! ¡Tengo que irme!

Me levanté y salí corriendo para coger el coche. Tardé media hora en llegar al pabellón pues había mucho tráfico.

Cuando llegué entré y me senté en la grada, pues no veía a Noa por ningún sitio. Un poco después llegó ella, la vi salir de un coche que no era suyo y a Mario en él así que esperé a que se fuera para llamarla.

-Estoy aqui-dije para captar su atención

Subió las escaleras y se sentó a mi lado.

-¿Por qué las gafas de sol y la capucha?

Señalé la pista, un montón de niños de quince años entrenaban.

-Vine para hablar contigo, no para firmar autógrafos aunque cuando acaben seguro que me reconoce alguno.

-Bien. Pues empezaré desde el principio.

Me contó como en el parque Mario la había amenazado y obligado a irse con él

Después me contó que no dejaba que se relacionara con sus amigas.

-Me amenazó con matarte si no le hago caso. No faltó a clase porque si no sospecharían demasiado y... Él cree que entreno ahora y no a las siete. Vendrá antes pero le diré que se alargó el entrenamiento y ya. Yo solo... Necesitaba explicártelo para que... Bueno, para que no llames y no te pase nada.

-Te vienes conmigo-afirmé sin titubear

-No. No pueden verte conmigo. Nadie.

-¿Te ha...?-apartó la vista y cogí su mano-Dime cualquier cosa que te haga ese cabrón y te juro que voy y lo mato

-Escúchame cabezón-dijo mientras acariciaba mi mejilla-. No hay nada que hacer. Tú sigue adelante, yo me contentaré con verte por la televisión.

-¡NO QUIERO SEGUIR ADELANTE!-mi grito sobresaltó a los adolescentes y bajé la voz-Sabes que sólo quiero verte sonreír, no voy a dejar que ese capullo te haga nada. Me quedaré aquí hasta que acabes y llamaré a la policía para que espere aquí hasta que vuelva.

-Se escapó una vez, ¿creed que no lo hará otra?

-Tenemos que tenderle una emboscada. Y sé perfectamente como... El problema es que, tal vez, te ocasione daño.

-Puedo aguantar un poco más con tal de librarme de esta pesadilla.

-Bien. ¿Qué días entrenas?

-Vuelvo a entrenar mañana y el viernes.

-Bien. En una semana volveremos a vernos, y entonces dejarás de sufrir.

Acaricié su mejilla y la aproximé a mi. La besé, cosa que me encantaba hacer. Probar sus labios, que tanto me gustaban, era la segunda cosa que más me gustaba hacer. Por delante sólo iba el fútbol.

Me despedí con un abrazo y, tras contarle brevemente el plan, me fui corriendo. Tenía que perfilar todos los detalles.

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Nota de autora

Bueno, ya estoy un poco mejor del golpe de ayer (dejé un mensaje en mi perfil explicándoos por qué no podría actualizar)
He hablado conmigo misma y me he dado cuenta de que todo sucede por una razón y de que, tal vez, es para que pase página. El ciclo ha llegado a su fin.

En fin, que he conseguido escribir (me ha ayudado muchísimo a despejar la mente) pero sé que es un capítulo corto y lo siento muchísimo de verdad. Prometo que el de mañana será más largo y os dejaré sin intriga 😉 a no seeeer...

Gracias por leer, votar y comentar. Tal vez, sin vuestro apoyo, no me habría molestado en escribir y estaría peor.

¡Muchas gracias! ¡Os quiero!

Por Verte Sonreír #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora