Capítulo 2

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Antoine

Se hizo un moño y se cambió de ropa. Cambió sus vaqueros ajustados (que le hacían buen cuerpo) por unos pantalones cortos de deporte. También cambió la camisa que llevaba por una camiseta del Celta con el nombre de su exnovio a la espalda.

-¿No te duele llevarlo ahí?-pregunté señalando su camiseta

-Es buen jugador-se encogió de hombros-. Aunque escuece un poco.

Sonrió y abrió una pequena libreta. Cogió un boli y empezó a escribir.

Antes de preguntarle que escribía la observé. Era muy guapa, y también muy simpática. Mordisqueaba el boli, con el que escribía en su pequeña libreta.

-¿Qué escribes?-pregunté intentando echar un vistazo a la libreta

-Nada. Una historia. En un futuro próximo quiero dedicarme a la escritura.

-¿Y se te da bien?

-Supongo.

Le intenté arrebatar la libreta pero ella fue más rápida.

-¡Hooki!

Hooki, mi bulldog francés, apareció ladrando. Eso era señal de que venía alguien.

Sonó el timbre, fui a abrir y me encontré a Augusto en la puerta.

-Vengo a por Noa-sonrió

-¡Noa! ¡Coge tus cosas!-grité y bajé el tono- ¿Seguro de que va a venir mañana al entreno?

-Ella y sus amigas-Augusto cambió a su hija de brazo-. ¿Tantas ganas tienes de volver a verla?

-Es maja.

-Ya.

Noa apareció tirando de su maleta y sonrió a Augusto.

-Gusi...

Lo abrazó con cuidado y besó su mejilla.

-¿Gusi?-pregunté- Suena a gusiluz.

Noa se echó a reír y Augusto la acompañó.

-Bueno Anto-Augusto me dio la mano que tenía libre-, nos vemos mañana.

-Gracias por "acogerme" estas dos horas.

Noa me dio dos besos y caminó detrás de Augusto mientras hablaban.

Cerré la puerta y acaricié a Hooki.

-Hooki... ¿Vamos a dar un paseo?

Le puse rápidamente la correa y corrí detrás del argentino y de la viguesa. Quería pasar más tiempo con ella.

Puse la excusa de que iba a sacar a Hooki y le pregunté si quería acompañarme.

-Tengo que dejar las maletas-dijo-. Además, estoy muy cansada. ¿Te parece si vamos mañana?

-¿Me vas a acompañar mañana?-pregunté ilusionado

-Eso he dicho ¿no?

Sonreí y les dije adiós con la mano.

-Volvamos a casa Hooki-dije cuando los había perdido de vista

Caminamos de vuelta a casa con tranquilidad. Abrí la puerta y Hooki corrió al jardín. Yo me dejé caer en el sofá y encendí la televisión.

No había nada interesante así que subí al piso de arriba y observé la habitación que pertenecía a Mía.

Estábamos en pleno septiembre y, con suerte, en unos meses tendríamos la custodia compartida.

Por Verte Sonreír #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora