Capítulo 28

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Antoine

Era el último día de vacaciones y Noa y yo estábamos viendo la televisión mientras Mía dormida, Erika me la había traído el día anterior para que la cuidara durante esa semana pues ella se iba de vacaciones con su novio.

Habíamos visto esa película trescientas veces durante las vacaciones ya que la habían repetido en la tele todas ellas.

Me aburría, así que comencé a besar su cuello mientras ella reía.

-Anto para...

-¿Quieres que pare?-susurré en su oreja

-No...

Seguí besándola y ella se dejó llevar.

(...)

-Chao John-escuché a Noa hablar por teléfono mientras yo cambiaba a Mía.

Dejé a Mía en su parque de juegos y pasé mis brazos alrededor de la cintura de Noa. Apoyé mi cabeza en su hombro y besé su cuello.

-¿Qué piensas pequeña?

-En nada.

Se dio la vuelta y rodeó mi cuello con sus brazos para besarme.

-Je t'aime

-Yo también te quiero.

Nos besamos de nuevo hasta que sonó el timbre.

Mientras maldecía en francés fui a abrir.

-Francés salido, los he visto más rápidos.

-¿Vas a llamarme Antoine algún día?-pregunté sonriendo a Amil

-Espera que lo piense... No.

Entraron y, tras ellos, iban Caro y Krane.

-¿Ha venido alguien más?-pregunté antes de cerrar la puerta

-Isa y Koke vendrán después con Cris y Yannick-dijo Caro sonriente antes de darme dos besos

-¿Y los demás?

-Ni idea.

Nos sentamos en el sofá. Mía iba de una brazos a otros riendo, encantada por recibir tanta atención

-Me la vais a consentir-dije riendo mientras Krane la levantaba en el aire

-Vete a abrir la puerta y calla-dijo Noa cuando sonó el timbre

-Voy.

Me levanté y fui hacia la puerta. Cuando la abrí y vi a todos los demás allí de pie.

-¡Por fin! Ya creí que no veníais...

Entraron y Mía le echó los brazos a Koke que la cogió encantado.

-Soy su favorito-dijo echándole la lengua a los demás

Nos echamos a reír y pasamos la tarde entre risas. Éramos una gran familia.

(...)

Llegó el 21 de marzo. Noa y yo nos estábamos arreglando para la boda.

-Ponte esa corbata-señaló la corbata azul

-¿Me la atas?

Se acercó y comenzó a hacer el nudo.

-¿No tienes nada que decirme?-pregunté, eran las cinco de la tarde y todavía no me había felicitado.

-Eh... Que yo sepa no. Todo está en orden.

Besó cortamente mis labios y salió de la habitación buscando mis zapatos.

Por Verte Sonreír #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora