Capítulo 10

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Antoine

Salí cabreado de la cafetería y arranqué el coche sin pensar en las consecuencias.

Conduje hasta casa y aparqué. Empecé a calmarme poco a poco y me di un golpe a mi mismo. ¿Por qué me había molestado tanto? Ella no era nada mío.

Arranqué de nuevo y volví a la cafetería. Noa ya no estaba.

La llamé pero no me cogió. Desconcertado, conduje hasta su universidad y la vi entrar con Valeria y Sonia. Delante de mi coche arrancó una moto y, el conductor, era el camarero de esa mañana.

Bufé cabreado y conduje rumbo a Majadahonda. Me tocaba entrenar.

Intenté darlo todo pero no me concentraba.

Miré a la grada, allí estaban Luna, Cris e Isa. Frunci el ceño, ¿no tenían clase?

Cuando acabó el entrenamiento nos acercamos a la grada. Koke besó a Isa, Yannick acarició la pierna de Cris y Saúl abrazó a Luna.

—¿Qué hora es?—le pregunté a Luna que tenía el reloj en la mano

—Doce menos veinte, ¿por?

—Me tengo que ir.

Corrí al vestuario y me di una ducha.

Después fui directo a mi coche y, tras parar con los aficionados, conduje hasta la universidad.

Llegué a las doce menos cinco así que aparqué y me acerqué a la puerta.

Cinco minutos más tarde comenzó a salir gente. Un grupo de chicos me reconoció y me hice unas fotos con ellos.

Después salieron Valeria, Sonia y Noa.

—¡Noa!—me acerqué corriendo y ellas siguieron caminando—¡Habíamos quedado para tomar un refresco! ¿Recuerdas?

Se dio la vuelta, parecía cabreada.

—¿Para qué? ¿Para que me vuelvas a dejar tirada si le sonrío a alguien? Paso. Adiós Antoine.

Se subió en el coche con Sonia y Valeria y se fueron.

—Mierda.

Volví a mi coche corriendo y decidí seguirlas. Necesitaba hablar con ella y que me perdonara.

De repente su coche paró en una acera y yo paré detrás. Noa bajó del coche y se acercó al mío. Bajé la ventanilla.

—¿Se puede saber por qué nos sigues? ¡Deja de hacerlo!

—Solo dejaré de seguiros si te subes al coche conmigo y me dejas explicarme.

—Pues entonces vas a tener que seguirnos mucho tiempo porque no quiero volver a saber nada de ti.

Se dio la vuelta y me bajé del coche. Corrí hasta alcanzarla y la agarré por el antebrazo.

—Escúchame, por favor.

—Te doy dos minutos, y luego me dejas en paz.

—Me puse celoso, eso es todo. Y me jode porque no somos nada. Pero me puse celoso y me molestó que ligaras con ese chico y que... te trajera en moto.

—¡Me trajo en moto porque me dejaste tirada! ¿Cómo sabes que me trajo en moto? ¿Me espías?

—Volvi a la cafetería y no estabas. Conduje hasta tu uni y lo vi en la moto esperando a que entraras.

—No vuelvas a hacer eso. No vuelvas a seguirme y...—Vi un par de lágrimas en sus ojos—No vuelvas a llamarme.

Se soltó de mi agarre y siguió caminando hacia el coche. La seguí y la volví a agarrar

Por Verte Sonreír #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora