Capítulo 3

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Noa

Los chicos eran muy agradables, el único que estuvo distante durante todo el tiempo que estuvimos allí fue Antoine. Parecía que, cada vez que uno de los chicos se me acercaba, él mandaba una mirada de desaprobación.

-Háblanos de tus amigas-pidió Yannick

Estábamos en el salón de la casa. Yo estaba sentada en el sofá entre Koke y Yannick. En el suelo a nuestro alrededor estaban Giménez, Vietto, Saúl, Oblak, Moyá, Lucas, Godin, Fernando, Gabi, Correa y Kranevitter. Parecían niños pequeños.
Antoine estaba de pie, apoyado contra la pared mirando hacia nosotros, sin decir nada.

-Bueno, no creo que ellas estén de acuerdo con lo que voy a decir pero... Están como cabras-al hablar de ellas Sonreí, ellas eran mi gran apoyo y no existían palabras que dijeran todo lo que quería decir de ellas-. Son simpáticas, guapas, increíbles...

-Vamos a lo importante-Lucas se puso de pie-¿Hay alguna a la que le guste mi cuerpo serrano?

Pasó sus manos por todo su cuerpo cual modelo luciendo... O provocando.

Saúl le dio una gran palmada en el culo y los demás comenzaron a reír.

-Ven aquí guapetón.

Lucas hizo amago de acercarse a Saúl con los labios en posición de morritos.

-Para eso os vais a la habitación-dijo Gabi separándolos muerto de risa-. Dejad hablar a la pobre chica, debe estar asustada con vuestro comportamiento

-Tranquilo estoy acostumbrada-sonreí-. Mis amigas son iguales. No voy a decir más, las vais a ver mañana.

-Está bien-Koke miró el reloj-. Ya es bastante tarde... ¡Todos fuera! ¡Quiero dormir!

Cogió a todos sus compañeros y los echó fuera a patadas, literalmente. A mi simplemente me pasó un brazo tras los hombros y me acompañó a la puerta.

-Nos vemos mañana-besó mi mejilla y, antes de cerrar la puerta habló-. Dile a tu amiga que lleve mi camiseta, así no la tomaré por una fan loca cuando me estampe contra la pared... Y que tenga cuidado, a ver si la voy a empotrar contra ella

Me guiñó el ojo y cerró la puerta.

-¿Quieres que te lleve a casa?-se ofreció Gabi

-Ya la acompaño yo-Antoine apareció a mi lado y pasó su brazo por mi cadera en plan posesivo-. Gracias por ofrecerte.

Comenzó a caminar con su brazo todavía en mi cadera.

Cogí su brazo y lo quité de mi cadera, me mantuve el resto del camino en silencio.

-Gracias por acompañarme-dije cuando llegamos a la casa de Gusi

-Siento haber estado tan frío-dijo mientras se pasaba una mano por el pelo-. Me incomodó un poco que te apartaran de mi lado. Supongo que porque eras mi... Invitada.

Sonreí, un poco forzada, y besé su mejilla.

-No pasa nada. Nos vemos mañana.

Abrí la puerta con la llave que me había dejado Gusi y cerré a mis espaldas. Gusi estaba sentado en el sofá viendo la televisión.

-¿Aún despierto?

Me senté en su regazo como hice durante mucho tiempo mientras vivíamos en Vigo. Desde el principio, Gusi había sido un hermano para mi. Era el único chico con el que hablaba y Santi no se ponía celoso porque, al parecer, era mi "hermano" adoptivo y nunca saldría con él.

-Quería esperar para saber si Grizi te traía entera.

Sonreí y besé su mejilla.

-¿Te han caído bien los chicos?

Por Verte Sonreír #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora