Capítulo 4; ¡Estrellas!.

10.6K 694 61
                                    


— Ho-hola, amor. —dijo Ruggero nervioso. La verdad me causo bastante gracia, nunca lo había visto así de nervioso. Además... El no estaba haciendo nada malo, así que no entendí el motivo de su reacción.

—Hola Cande —dije tratando de calmar un poco el momento tan tensó que se había causado—, es que olvide mi libreto, así que Rugge ha sido muy amable en prestarme el suyo, ¿verdad?

— Sí, sí, sí. Bueno mira chica Delivery, toma muy en serio el papel. —me guiñó el ojo y tomó de la mano a su novia y caminaron juntos hasta su asiento.

Observé por unos minutos el libreto, y vaya que habían escenas muy difíciles, pero nada podría derrotarme. Levanté la mirada y justo ahí se encontraban Rugge y Cande a unos metros de mi. Cande estaba molesta, mientras Rugge simplemente trataba de calmarla. Temía que estuviese pasando eso, ¿por mi culpa?.

¿Qué me pasaba? ¿Cómo podía ser mi culpa? Él se acercó a mi, además, simplemente es solo un compañero de trabajo. ¡Nada más! "Karol, cálmate" decía mi mente una y otra vez.

El vuelo se abordó justo a las 6:00AM en punto, con mis cálculos estaríamos llegando a México 12 horas después. El viaje fue tranquilo, leí el libreto y logré aprendérmelo, estaba ansiosa de comenzar a grabar. La verdad es que amaba hacer esto.

Llegamos y México nos recibió bastante caluroso. Nuestro destino era llegar a Cancún, así que en cuanto llegamos a el DF, tuvimos que tomar otro vuelo camino a las calurosas playas de Cancún.

Llegamos al rededor de las 6 de la tarde, y quería salir a distraerme un poco, sentarme en la arena y observar el atardecer.

— Mamá, ¿me dejas salir un rato a la playa? —le pregunté a mi madre la cual estaba demasiado concentrada en desempacar la maletas.

— ¿Sola? ¿no crees que sería un poco peligroso hija? —frunció el ceño.

—Te prometo que no me demoro, solo quiero ir a distraerme un poco —dije animada, y haciendo un pequeño puchero.

—Te espero en una hora Karol. Debes descansar, mañana comienzan las grabaciones —asentí como una niña de 5 años, con una sonrisa enorme.

La verdad es que el sonido de las olas me calmaba un poco, extrañaba tanto esto. Coloque mi playlist favorita, estaba sonando Thinking out loud de Ed Sheeran.

Cuando sentí la mano de una persona posarse en mi hombro, reaccione, y golpeé a la persona sin querer.

—¿QUÉ HACES CHICA DELIVERY? —grito Ruggero reaccionando a la golpiza que sin querer, le había dado.

—¡Por Dios, Ruggero! Me asustaste. Además, ¿qué haces aquí? —respondí enojada.

—Tu madre me pidió el favor de llamarte, vamos a salir a comer junto al elenco, pero —soltó un quejido—, sí que tenes bastante fuerza, Karol.

—Perdóname, chico Fresa —dije y juntos nos reímos— estoy nerviosa, y solo quería venir a distraerme un poco, ¿sabes?, me gusta inhalar amor y exhalar paz.

—Eso lo notó —volvimos a reír—, y que bueno que te tomes el libreto tan literal. Pero Karol, en los seis meses que llevo de conocerte, los últimos días andas extraña, ¿te pasa algo?

—La verdad... No quiero hablar de eso, más bien, centrémonos en lo hermoso que esta el cielo. ¿No te has puesto a pensar, qué cada estrella está tan separada una de otra, qué cada una se encuentra literal... Totalmente sola? —pregunté observando las estrellas que aparecían poco a poco.

—¿A qué te referis? —respondió Ruggero algo confundido.

—Mi abuela... Mi abuela decía que cada estrella era como una partícula de el universo, sin embargo, cada una era admirada por una persona en cualquier momento de la noche, existen tantas personas en el mundo con el corazón vacío, que el cielo y las estrellas, no son suficientes para que cada persona en el mundo, tenga la suya —dije desanimada.

—Qué poética que era tu abuela —Ruggero dijo riendo un poco.

—Sí que lo era —sin pensarlo una lágrima se deslizó por mi mejilla. Recordar a mi abuela me dolía tanto, quería que ella estuviera aquí, para darse cuenta de lo que juntas estábamos logrando.

—Yo... No quería hacerte llorar — Ruggero respondió algo tímido.

—No... No tranquilo, es solo que —suspiré—... la extraño mucho.

Sentí una calidez en mi mano y cuando observe, era la mano de Ruggero, que se movía lentamente de un lado al otro, tratando de darme un poco de tranquilidad, y eso una vez más, me hacía sentir segura.

— Soy como una estrella, Ruggero. Por más feliz que me encuentre, siento un inmenso vacío en mi. —respondí.

— Las estrellas son obras de arte, cada una tiene quien la observe y sonría, porque le brinda alegría y paz. Y yo quiero que seas mi estrella, quiero observarte y saber que estas triunfando como persona, Karol. Este es solo el comienzo, ¿sabes?. Grandes cosas vendrán para vos, y se que te conozco hace algunos meses, pero quiero ser tu amigo, quiero que creemos un gran vínculo, una gran amistad. —sonrió.

—¡Karol! ¡Ruggero! —escuché los gritos de alguien a lo lejos.

Creo que era mi madre...


...

¿último capitulo corregido de la noche? 

Our Last Song. «RUGGAROL»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora