Capítulo 28; El ascensor.

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«Vamos Karol, respira» me decía a mi misma recostada en la pared del pequeño baño de avión, recién subimos al avión decidí entrar.

Mis manos no dejaban de temblar y mis ganas de golpear a Ruggero eran gigantes, vale, sabia que antes tenia novia, sabia que era un poco celosa y que ellos dos tuvieron una larga relación.

Pero también sabia que lo nuestro iba bien, pero bueno, no podía ponerme así por solo un simple mensaje que NO LEÍ.

Hasta ya parezco novia loca.

Lo mas pelotudo era que no era la novia.

Y mucho menos estaba loca.

Bueno, tal vez estaba loca pero no ese tipo de locura.

Mi locura era única... Era... Una locura única. Sí. Eso.

—Señorita, él avión va a despegar ¿o quiere seguir viendo su reflejo? —una azafata se asoma y me habla como si fuera tonta.

—Voy —suspiro y salgo de allí, mágicamente Ruggerito estaba en él asiento junto a mi, por lo general amaba sentarme en la ventana y esta vez no era excepción.

Me senté y abroché él cinturón.

—¿Estas bien? —él pregunta y le miro.

—Si —asiento «pero que mentirosa saliste karolsita»— Solo me ponen un poco nerviosa los aviones.

—Pero estas conmigo —y me sonrió para tomarme de la mano, le mire unos largos segundos, sus ojos me daban calma.

Pero fue de la nada cuando quite la mirada de él y mire la ventada, después mi mano dejo de tomar la suya y gire completamente.

Mejor era dormir un viaje extremadamente largo.

—Oye —Ruggero susurro en mi oído y pude sentir mi piel tener cierto escalofrío para girar y quedar tan cerca de sus labios que podía sentir su respiración chocar con la mía— Tengo unas ganas de besarte ahora mismo —susurro casi rozando mis labios.

—Si, y yo tengo hambre —me alejé de él— ¿Para que me despertaste?

Que perra te estas comportanto Karolita.

—Solo necesitaba compañía ¿Segura que estas bien?

—Perfectamente —le dije.

Él pareció entenderlo (o hacerse él pendejo) y asintió— Bien, ¿quieres escribir la canción?

—Prefiero dormir —le sonrei y gire a ver la ventana.

—Algo te pasa.

—Nada, dejame en paz Ruggero, quiero dormir.

—Karol.

Gire para verle— No me pasa nada, te juro, solo quiero dormir.

—Como quieras —Él dijo y creo que me sentí mal persona por un milisegundo.

Creo.

Literalmente en él viaje no compartimos ninguna otra palabra, él parecía ignorarme y yo hacia lo mismo, llegamos al hotel cerca de las doce de la noche (horario Italiano) y lo primero que hice fue caer rendida a la cómoda cama.

—Mi amor, despierta —Mamá me susurraba y abrí los ojos.

—Mami no, quiero dormir mas. —tome la almohada y la puse en mi cabeza.

—Por favor Karol, son las 10 de la mañana, hoy tienes él día libre y que mejor que disfrutarlo conmigo.

Mire la ventana, estaba lloviendo demasiado— ¿Vemos una película?

Our Last Song. «RUGGAROL»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora