Desperté con la idea de que todo hubiese sido un sueño, pero me di cuenta que no fue así.
Era nuestro último día en Europa, volveríamos a Buenos Aires y... Tendríamos 6 meses de descanso, ¿cómo era eso posible?. Las cosas estaban mal y si no hacía nada para detener esto, terminarían peor.
No vi a Ruggero en todo el día, ni siquiera en el almuerzo. Mi madre pregunto por el un par de veces, y le dije no sabia. Me hubiese gustado contarle lo que había sucedido.
Pase la tarde viendo películas con Nicolás, pedimos comida y hablamos un rato. Me pidió perdón unas quinientas veces, pero sabía que esto no era su culpa.
Las cosas en la vida pasan por algo.
Tomaríamos el vuelo a las 6:00AM del siguiente día, y para despedirme de Europa decidí salir a pensar un rato, mirar el cielo y recordar la historia que estaba viviendo.
Sonaba un poco loco, lo sé. Cerré la puerta de la habitación y coloque la música de mis auriculares a todo volumen, ya estaba atardeciendo y los colores de la ciudad eran increíbles.
La mezcla del cielo era una maravilla, quizás siempre lo sería.
Me senté en una banca y comencé a escuchar 'Closer', me dolía saber que las cosas estaban mal. Muy mal.
Cuanto hubiese deseado que el estuviera ahí para mi.Recuerdo aquella vez que me perdí, y el simplemente me encontró; me salvó.
Me hizo sentir segura y confiada de mi misma.
Se que rompí su corazón, sé que fui una estúpida.
Quite los auriculares para escuchar el leve sonido de los árboles, y pequeñas estrellas comenzaron a adornar la noche.
Una melodía peculiar captó mi atención, provenía de una guitarra, no estaba muy lejos de el lugar en el que me encontraba.
Y allí estaba, Ruggero sentado, con su guitarra en la mano, en el mismo parque en el que estaba yo.
Las casualidades existen, y eramos como almas gemelas.
Me acerqué lentamente y me senté cerca de él, no impidió que lo hiciera, ni siquiera me alejo, simplemente se mantuvo allí tocando la dulce melodía de la guitarra, mientras juntos mirábamos hacia arriba.
Nuestros cuerpos estaban tan cerca, pero a la vez tan lejos. Como Diciembre y Enero. Éramos como el Sol y la Luna. Estábamos a centímetros, con la necesidad de tocarnos, pero sin siquiera hacerlo. Y era una sensación confortable, no me sentía mal por hacerlo. Hasta que se detuvo, dejó de tocar esos pequeños acordes y sin querer nuestras manos se rozaron.
Sentí un escalofrío en mi cuerpo y el quito su mano rápidamente.
Las personas solemos mirar al cielo y contemplamos las estrellas; buscando en ellas lo que no encontramos en las personas. Una luz que siga brillando junto a nosotros a pesar de nuestra propia oscuridad.
Por eso Ruggero era considerado mi estrella, porque iluminaba mi vida, y me hacía sentir en el cielo.
Durante el tiempo que había pasado, no nos habíamos dirigido la palabra. Simplemente nos centramos en observar el cielo, las estrellas adornaban cada vez más el hermoso paisaje.
—Es una linda noche, ¿no crees?—Dijo Ruggero sin mirarme.
—Es la mejor manera de despedirnos de Europa.
—Y de nosotros también. —Fue como una espada directo al corazón, esas palabras me habían dolido lo suficiente.
—¿No crees qué estás siendo un poco exagerado?—Lo mire pero el no conectaba su mirada con la mía.
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Our Last Song. «RUGGAROL»
FanficLas historias no siempre tienen un final feliz. Prohibida la copia y/o adaptación sin autorización. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Primera parte de Our first song.