XIV.

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—¿A donde dijiste que iremos?
Cuestionó la castaña, observando al pelirrojo confundida y algo disgustada.

Ayato dio un largo suspiro.

—A mi antiguo hogar, tengo un asunto pendiente allá— escucho como Lily resoplaba. Se giro molesto, cruzándose de brazos. —Sí no quieres ir, puedes quedarte.

La chica se tenso y dio un salto hacia Ayato, colgándose de el.

—¡NO! ¡Lo siento!— fijo sus ojos sobre los del pelinegro. —Lo siento mucho, así que no me dejes.

Ayato sonrió y acarició la cabeza de la chica.

—Entonces ve a tu habitación y empaca tus cosas.

Lily sonrió y se fue, dando pequeños saltitos, al igual que una pequeña niña.

...

El pelirrojo observaba por la ventana del tren, la castaña dormía a su lado, recostada en su regazo.

La chica dio un suspiro de disgusto, y cuando el mayor se percato, acarició su mejilla, intentando relajarla.

―...

«¿En que momento me acostumbre a ella?»
Pensó el plirrojo, peinando con sus dedos el largo del cabello de la chica.

Había pasado un mes desde que esa chica llegó a su casa exigiendo que fuera su compañero.

Para él, como vampiro que era, habría sido sencillo partir y llegar en menos de dos días, pero la castaña no podía pasar por climas hostiles, debido a su condición.

Pero no fue solo eso lo que atraso sus planes, sino la compañía que ella le brindaba, el poco tiempo que llevaban juntos, fue eso, corto y fugaz, pero los sentimientos de confianza, comodidad, aprecio y cariño, parecían haber sido eternidades.

Eso fue lo que llevó al pelirrojo a olvidar el paso del tiempo, su abrumadora grata compañía.

Y una cosa más, que los unió de una forma inquebrantable.

—Mn.

—¿Mm? ¿Qué pasa Lily?

Ella se reincorporó, quedando sobre sus rodillas en el sillón; rodeo el cuello el pelirrojo y apoyo su cabeza sobre su hombro, adormilada.

—Mm, tengo hambre.

Ayato dio un suspiro de resignación, seguido de una sonrisa.

Tomó a la castaña con delicadeza y la sentó sobre sus piernas. Mientras ella solo observaba como él desviaba la vista hacia la ventana de nuevo, dejando su cuello expuesto.

Lily sonrió y abrazo al mayor de nuevo, depósito un pequeño beso de agradecimiento en el lugar donde morderia, seguido de su cálida lengua, y después, una suave y cuidadosa mordida.

—Tch.
Se quejó el pelirrojo al sentir los pequeños colmillos de la castaña atravesar su piel.

Ayato era la primera sangre que Lily degustaba.

Cerró sus ojos, levantó su mano y acarició el cabello de la chica, brindándole confianza. Ella en respuesta cerró más su mandíbula, aumentando el flujo de su sangre que llegaba a su garganta.

El pelirrojo sonrió, preguntándose en que momento esa chiquilla se volvió alguien tan importante y vital para él, al punto en que se convirtió en su primera presa.
Y al mismo tiempo, desear ser el único.

...

―¡Wow!, ¿esto es Estados Unidos?
Preguntó emocionada, nunca había salido de su pequeño 'iglu' por lo que estaba fascinada por todo aquello nuevo para sus ojos.

La Cuarta. [Diabolik Lovers].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora