Habría sido más inteligente quedarse fuera de la mansión en un lugar donde ella no fuese vista, sin embargo ahí estaban, en su antigua habitación.
Y por lo que había escuchado, no eran los únicos en regresar después de un tiempo considerable.
Y parece que tampoco era el momento correcto, o más adecuado para haberlo hecho.—¿Así que aquí es donde creció Ayato?
Murmuró dudosa para si misma la castaña.El pelirrojo seguía recargado sobre la puerta de la habitación, centrando su atención en lo que sus hermanos mayores estaban discutiendo.
—Vete.
—...Shu-
—!Dije que te fueras!
La piel de Ayato se erizó al escuchar la tenebrosa voz con la que Shu había gritado, era horriblemente similar a las vibraciones que su padre ejercía en ellos cuando les ordenaba.
Al mismo tiempo escuchó una pared rompiéndose y el sonido de huesos crujir.
Tomó la perilla de la puerta decidido a detener a su hermano, no quería que hiciera algo de lo cual se arrepentiría después. Todos se odiaban de cierta forma, pero permanecía ese lazo de sangre que los hacía protegerse los unos a los otros.
La puerta se abrió unos centímetros, pero volvió a cerrase debido al choque del cuerpo del pelirrojo contra esta.
Lily estaba detrás de él, abrazándolo con fuerza, temblando, con su rostro pálido lleno de terror.
—N-no vayas, ese monstruo puede lastimarte.
—No lo hará —tomó la mano de la castaña, entrelazandola con la suya—, pero si no quieres, no iré.
Lily forzó una sonrisa, sintiéndose tonta. El rostro de Ayato lucia tranquilo, sin miedo.
El Pelirrojo sonrió y besó el pómulo de la castaña, haciendo desaparecer la única lágrima que la boca no logro contener. Se alejó de la puerta y jaló a Lily hacía la cama, se recostó y palmo el lugar vacío a su lado.
—Ven aquí, debes estar cansada, ven a dormir un poco.
La chica se sonrojó y con algo de pena se acomodó al lado del mayor, un poco lejos de él.
—No voy a morderte —murmuró burlón—, acércate más.
Lily frunció el seño molesta, pero aún así se acurrucó cerca del pelirrojo. Se aferró a él y escondió su rostro en su pecho.
—Promete que no saldrás hasta que despierte —exigió después de un minuto de silencio; Ayato se giró y la abrazó también, acomodando su mentón sobre la cabeza de la chica—, prometelo —volvió a decir.
—Si, si, lo prometo, así que ya duérmete. -Rió.
...
—¿Alguno me dirá que diablos sucedió? -Preguntó Ayato.
Reiji se acomodó las gafas, irritado. Tenía varios vendajes en los dedos y un algodón adherido a su mejilla con cinta medica, además de una bandita que cubría por la mitad de su ceja.
Sus heridas no estaban sanando.—Bueno, es tal y como lo vez —hablo el mencionado—, parece ser que Shu y Akane comparten el lazo de sangre.
Ayato cruzó los brazos y suspiró.
—Realmente no es sólo eso —agregó Laito, sonriendo—, por casualidad llegue a probar la sangre de Akane.
—¡¿Qué fue lo que hiciste?! -Gritó molesto Reiji, Kanato estaba de pie también, irritado. Subaru y Ayato lo observaba molestos igual.
—Tranquilos —levanto sus manos nervioso—, no fue nada de mi parte, fue solo casualidad, ella se hirió por accidente y por mera suerte un poco de su sangre llegó a mi rostro.
Ninguno de los presente se creía del todo esa historia, sonaba demasiado surreal como para ser vedad, además de que se trataba de Laito, probablemente el hermano más peligroso e impredecible.
—Bueno, me dejaran contarles lo que sé o seguirán planeando mi muerte —soltó una pequeña risa arrogante al ver los rostros coléricos de sus hermanos—. Bien, creería simplemente que el poder que desarrolló a sido por haber creado esa conexión —hizo una corta pausa, pensando cómo explicar lo que diría—. Cuando probé la sangre de Akane, no fue solo ese pequeño escalofrío común —esto era algo que todos comprendían, esa satisfactoria y extraña sensación al degustar la vitalidad humana, llenando de energía sus cuerpos—... fue un estallido de energía, algo aterrador.
Todos se encontraban confundidos, expectantes a saber que era eso exactamente. Ninguno lo comprendía, a excepcion del albino.
—Entonces es cierto —agregó Subaru—, lo que hablamos hace algunos meses atrás.
El mayor de los pelirrojos asintió.
—Me temo que si —dejó caer su cabeza sobre el respaldo del sillón—. Ella, cabe la posibilidad, de que sea descendiente de la última Eva, la mujer que le dió a nuestro padre el poder que posee.
...
Akane abrió con dificultad los ojos, se sentía cansada, demasiado cansada. Últimamente era cada vez más difícil mantenerse despierta.
Acarició su estómago, sonriendo preocupada.
—Tienes que ser un poco más amable bebé, estás lastimando a mamá.
Había sido un mero comentario, incluso sarcástico, pero parecía que lo había entendido, ya que se había movido suavemente, rozando la mano de Akane. Con delicadeza, la forma de su pequeña mano, por varios segundos.
—Ah... ¿puedes escucharme?
Esta vez no hubo nada.
—Bien, ahora me siento estúpida. -Rió.
—¿Akane? ¿Estas despierta?
Shu entró a la habitación, sorprendiendo un poco a Akane, no porque la tomara por sorpresa, sino porque se veía cansado, más pálido de lo normal.
—¿Te encuentras tú bien, Shu?
El rubio se quedó unos segundos observando a la mayor, después sonrió y recargo su hombro contra el marco de la cama, después su cabeza.
—Si, ¿porqué la pregunta?
—Te vez cansado —apretó sus labios y después sonrió intentando no parecer demasiado preocupada, o irónicamente terminaría preocupado al rubio—. Ven aquí —palmó la cama—, ven a dormir un poco conmigo, aún tengo sueño.
El rubio se quedó quieto por algunos segundo y después sonrió, preocupado aún más a Akane. No solo tenía un aspecto demacrado, también parecía estar reaccionando mal, como si su mente estuviese en otro lugar.
Shu caminó hasta la cama, sus pasos eran algo lentos y pesados, dejó caer con cuidado su peso sobre la cama. Akane sonrió, se acomodó más cerca de él y acercó la cabeza del rubio a su pecho.
—Duerme bien, Shu.
Susurró.—...Akane.
Susurró también.—¿Nh?
El rubio pasó su brazo sobre la pelinegra, acercándola más a él.
—...te amo —hundió su rostro en el pecho de la mayor—, por eso...no me dejes, nunca.
Akane sintió su corazón oprimirse, a pesar de que estaba pidiendole estar a su lado, sentía que era una despedida, una muy doloroso despedida, una que sería muy, muy pronto.
Se sentía como si todo estuviese a punto de tomar un mal camino, un camino el cual estará lleno de despedidas y desdichas. Del cual parece que no habría retorno, en el cual había comenzado a caminar mucho antes de haber conocido a los hermanos Sakamaki.
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No me maten, saben que me esfuerzo :'y
Bueno, quería decirles que no quedan muchos capítulos, este fic esta a punto de llegar al su recta final x∆x
Espero que les guste el capítulo :)
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La Cuarta. [Diabolik Lovers].
FanficNovia tras novia, enviada a la mansión Sakamaki, sufría el mismo cruel destino: Ser devorada hasta el último aliento por los seis hijos de Karl; buscando incansablemente la Novia prometida, siempre buscando a Eva. Pero nunca imaginaron, que la nueva...