Después de sorprender a los cuatro chicos presentes y al quinto que se encontraba detrás de la puerta del comedor. Akane se retiró a su habitación, seguida de Shu.
—...dijo, ¿la cuarta esposa? -
Preguntó Ayato.—Parece que si -Respondió un poco sorprendido Reiji.
—Tendremos otro hermanito, ¿no te alegra Teddy? -Habló Kanato con su oso.
—Realmente ese hombre consideró que esta bien que esa mujer ande por aquí con ese aroma -Divagó Laito en su vasta imaginación.
—Aún no sabemos si realmente es eso, quizás ella nos esta engañando.
Ayato se dejó caer con molestia en la silla.—Si fuese así, Shu no estaría con ella— replicó Reiji. —tu lo has visto, en cuento ella se levantó, Shu la siguió. Hacer que él se mueva por la voluntad de otro es difícil.
A pesar de que ningún chico, ni el quinto que se encontraba golpeado lo primero que se cruzaraba por enfrente de él, estaban de acuerdo con la idea de Karl, tenían que aceptarlo, después de todo ninguno tenía el poder de contradecirlo.
(...)
—Oye Shu -Akane llamó al chico fuera de su habitación, y este tardó apenas un segundo en entrar.
—¿Qué? -Bostezó cansado.
Akane se sentó en la cama y lo observó riendo.
—¿No quieres ir a tu habitación a dormir? —preguntó con gracia—, dormir en una sillón individual no es cómodo.
Shu sonrió y se acercó a la puerta.
—El me ordenó cuidarte, tengo que vigilarte todo el tiempo —abrió la puerta y volteo—, mis hermanos no dejarán pasar ninguna oportunidad si bajo la guardia.
Akane lo observó salir y cerrar la puerta. Aunque tenía previsto que ellos serían lindos y se verían tan jóvenes, no esperaba sentir compasión por alguno de ellos. Pero una mujer en sus casí 21 años no difiere de una adulta, y tener compasión por los niños es natural.
—Shu -Volvió a llamarlo, y este volvió a entrar.
Akane lo pensó por un momento, preguntándose a si misma si era buena idea lo que estaba a punto de hacer, pero desistió.
Además, no era culpa del muchacho que su padre lo obligara a cuidarla.—Ven aquí.
A paso lento y perezoso, el chico se acercó obedeciendo. Akane se movió al otro lado de la cama y señaló que se acostase dando pequeñas palmaditas en la cama.
Shu se sorprendió un poco y después río ligeramente.—¿No habías dicho que no permitirías que alguien te tocara?.
Akane gruñó.
—Te estoy dando permiso de vigilarme cómodamente —se cruzó de brazos—, no que vengas a manosearme.
Shu río de nuevo y se acomodó al lado de Akane.
—Puede que mi mano se deslice durante la noche sin poder evitarlo -Susurró gracioso, con los ojos cerrados.
—Pues tendré que arrancarla.
Río Akane, y se recostó también. Quedando profundamente dormida en pocos minutos.(...)
A la mañana siguiente, Akane fue quien despertó primero, no era muy sorprendente, por la condición de los chicos y por obvia razón, sus horarios son nocturnos. Akane se sintió culpable por arruinar el horario de su "protector", así que bajo de la cama tratando de no despertarlo.Tomó, con el menos ruido posible, una toalla y un pantalón azul, una camisa negra, un sacó de lana gris y sus botines café oscuro. Y se dirigió al cuarto de baño de la habitación.

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La Cuarta. [Diabolik Lovers].
FanfictionNovia tras novia, enviada a la mansión Sakamaki, sufría el mismo cruel destino: Ser devorada hasta el último aliento por los seis hijos de Karl; buscando incansablemente la Novia prometida, siempre buscando a Eva. Pero nunca imaginaron, que la nueva...