Capítulo 36.

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Por fin ha pasado, el día que todos hemos estado esperando. 

___ consiguió trabajo.

Lo sé, ni yo me lo imagino pero vaya que lo conseguí. Soy de esas tipas que despachan los precios en el supermercado. Podría conseguir algo que tenga que ver con mi carrera pero esto es temporal en lo que publican algo en los periódicos.

Ya me encontraba marcando precios y cobrando a la gente, no había demasiada así que no era tan difícil. Un chico como de 16 años era el que ponía las cosas en la bolsa y esas cosas, creo que gana mejor que yo con las propinas de la gente. Es muy divertido este chico, se llama Max, y de los pocos días que llevo trabajando aquí hemos entablado una agradable amistad.

Max: Bueno, hoy no es un día tan ocupado como otros.

___: La verdad es que no, pero no te emociones, sabes que en pocos minutos es cuando llega la mayoría de las personas.

Max: Sí, eso creo- dijo recargándose en el mueble que tenía detrás suyo- sólo falta pocas horas.

___: Jajaja, eres un perezoso, sólo llevamos aquí tres horas.

Max: ¡Exacto! De las cuales hubiera aprovechado en otras cosas más interesantes. 

___: ¿Cómo qué?

Max: Chicas, sabes que soy un galán; videojuegos, sabes que soy un adicto.

___: Ese ego tan grande que tienes nadie lo puede bajar, ¿cierto?

Max: La verdad es que no.

Reí negando con la cabeza, una señora se acercaba con- creo yo- su hija, de unos 14 o 15 años. En cuanto llegaron, ella observó a Max, el cual no se había percatado de que había llegado. Puso sus productos y los pase uno por uno por el lector de barras.

La chica no dejaba de ver a mi pequeño compañero, yo sólo me burlaba por lo bajo sin que se diera cuenta.

Señora: Estos chicos de ahora, se enamoran de cualquier persona que vean, ¿no crees?

___: -reí un poco- sí eso creo.- Max puso mas atención ya que estaba metiendo los productos a su bolsa.

Señora: Pueden que sean cambios hormonales temporales.-dijo mientras colocaba un paquete de toallas femeninas en la banda en movimiento.

Chica: ¡Mamá! 

Señora: No me grites en frente de la señorita...-la chica guardó silencio derrotada por su madre- o del jóvensito- Max solo sonrió, lo cuál hizo que la chica se sonrojara más de lo normal.

___: Serían diez euros, por favor.

Señora: -me tendió la mano con las monedas.-Muchas gracias, niña. Y ten, jovencito, un poco de propina.

Max: Gracias.-la señora se fue con su hija que iba cabizbaja.

___: Bueno, al parecer ya tienes pretendiente.

Max: Y no está nada fea.

___: Lo más seguro es que regrese, tienes esperanza todavía.- reímos y seguimos atendiendo a más gente hasta salir del trabajo.

___: Bueno, Max, nos vemos mañana.

Max: Claro.

___: Mándame un mensaje en cuanto llegues a casa, sabes la rutina.

Max: Tú has lo mismo.

___: Ayioo, niño feo.-le di un abrazo que correspondió- cuídate.

Max: Igual.

¿Amo a mi vecino? [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora