Capítulo 40.

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___: ¿Y la torta qué tal?

Rubius: Tan buena que quiero llevarme un millón de ellas.

Al día siguiente fuimos a al aeropuerto, mis padres nos despedían, al igual que los de Jane e Isaac. No he visto a la madre de Itzel desde el funeral.

Subimos al avión, mi asiento estaba al lado de la ventanilla, Rubius a mi lado e Isaac en el pasillo.

Odio los aviones. Odio cuando tienen que elevarse. Odio cuando bajan de una manera salvaje al suelo.

Rubius notó que estaba nerviosa y tomó mi mano. Yo la apreté. Nos elevamos, me tranquilicé y le di un beso a Rubius en la mejilla.

Después de la escala en la capital, volvió a ocurrir lo mismo. Mi estómago de revolvió y creí que iba a vomitar. Pero no pasó nada. Pasaron unos pocos minutos y Rubén e Isaac ya estaban dormidos. Me recosté sobre el hombro de Rubius, y tomé su brazo como si fuera un oso de peluche.

No podía dormir, estaba pensando sobre la boda.

¿Estoy realmente lista para casarme? ¿Cómo será ese día? ¿Tendremos hijos? ¿Serán iguales a él o a mi? ¿Listos o retards?

Me reí hacia mis adentros por esa última pregunta. Casarme...nunca lo pensé, pero esta idea me encanta.

Me puse mis audifonos y comencé a reproducir en aleatorio, me relaje y me quede profundamente dormida.

[...]

Llegamos a Madrid, esta noche pasaría Rubius la noche en mi casa. Dejamos las maletas y comenzamos a lavar ropa y acomodar las cosas.

Mangel se fue directo a la habitación de Jane, al igual que Rubius a la mía. Me reí de su acto y entre a la habitación. Cerre la puerta detrás de mi, encontrandome a Rubén acostado con una pose "seductora"...para él.

Yo me reí de como estaba recostado.

Me senté sobre él, se mordió el labio y lo besé de una manera salvaje. El me siguió el beso seguido de tomar mi trasero. Se giró, me dejó abajo y él arriba, metió sus manos dentro de mi blusa y la sacó rápidamente. Miro mis pechos y los tomó, haciendo que gimiera.

El sonrió, y los apretó más fuerte. Le quité sus pantalones y su playera. La lancé a alguna parte de la habitación.

Él hizo lo mismo con la ropa que me faltaba. Cuando estuve completamente desnuda se detuvo para observarme.

Rubius: Estas hermosa, mi amor.

Me límite a besarle, tomé su pene y comencé a masturbarlo. Él gemía, yo lo besaba para callarlo.

Tomó mis pezones con su boca y jugó con ellos. Lamía cada parte de mi pecho, me tomaba fuerte de las manos, hizo que abriera mis piernas, yo obedecí y él introdujo su miembro en mi. Mordí fuerte mi labio, reprimiendo mi gemido. Rubius sonrió.

Aumentó la profundidad de su penetración, yo me movía y disfrutaba. Él soltaba gemidos al igual que yo. Cada vez lo hacía más rápido, yo lo abrazaba y el se descargaba en la cama para no dejar todo su peso en mi.

Entre tantos gemidos y besos, él se vino en mi. Nos besamos tiernamente, se acostó a mi lado y yo lo abracé.

Rubius: Pronto nos casaremos. Y serás mía por siempre.

___: Pero ya soy tuya, cariño.

Rubius: Aún así, podré confesarte todo lo que siento por ti en el altar. Frente a todos.

___: Seguramente estaría nerviosa.

Rubius: Imagínate yo, estaré viendo como se acerca la mujer más hermosa.

Me sonrojé y lo besé. Nos quedamos en silencio hasta quedarnos dormidos.



Salseo, everywhere.

7u7r

¿Amo a mi vecino? [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora