Kuroko Tetsuya

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Al día siguiente, el ojos rojos a paso perezoso y aburrido caminaba hacia su adorado instituto... Hasta que paró abruptamente al ver a Kuroko hablando "amigablemente" con Akashi.

Pero al momento Kagami frunció el ceño al ver el rostro sonrojado de su sombra; ver a Kuroko de ésa forma no es nada normal. Seguro de sí, caminó hasta llegar al lado del peli celeste.

—Buen día—saludó Taiga sudando... ¿Pero por qué? Supongo que hablar con Aomine le afectó, pues para opinión de él, Akashi no...

¿Cómo explicarlo? Es como si supiera todo lo que piensas y escudriña toda tu alma, horroroso. Da miedo.

—Buen día, Kagami-kun—fue Kuroko quien respondió primero. Aunque, cuando llegó el momento de Seijuro, el ambiente cambió a uno tenso e incómodo.

—Akashi.

—Taiga.

Imaginen una escena donde los cabellos de éstas tres personas se movían al acompasar del viento, drama y miradas que asesinan; por Akashi quien miraba mal al más alto.

Kuroko se dió cuenta de aquello, pues inmediatamente decidió intervenir para no hacer un show en público.

—Akashi-kun... Ya es tarde, podemos hablar después—Kuroko tomó el brazo de Taiga para adentrarse a la preparatoria. Akashi fijó su vista en aquel gesto, sonrió y levantó la mirada de nuevo.

—Uhm, claro, hablamos luego Tetsuya. Adiós Kagami.

El chico de Rakuzan subió a su lujoso carro para perderse en el camino.

El dúo de la preparatoria Seirin entró a su aula, esperando un arduo día de trabajo y entrenamientos.

—¿Qué quería?—preguntó curioso el pelirrojo, ya que no es normal que un día llegue Akashi a saludarte.

—Akashi-kun quería saber si nos reuníamos con el resto para jugar—contestó muy muy emocionado. En cambio, Kagami frunció el ceño molesto.

¡Jamás le invitaban a un partido! Él también quiere divertirse y sentir la adrenalina de pasar un momento con la Generación Milagrosa.

¿Era mucho pedir?

—Pero dijo que estaba bien si nos acompañabas—le dijo extrañado.

—¡Eso es genial! Espera... ¿Qué? No es que no quiera ir,  ¿cuándo es?—dijo curioso.

—En tres días...—dijo suspirando al rato—. ¿Puedo preguntarte algo?

—¿Qué pasa, Kuroko?—habló preocupado.

Era el mismísimo déjà vu; la misma preocupación, confusión y ambiente misterioso estaba presente, el mismo que vivió cuando Aomine Daiki le habló de sus sentimientos hacia el emperador.

—A ti... ¿Te gusta Akashi-kun?

Unos puntos suspensivos se pintaron imaginariamente mientras el sentido auditivo de Kagami no creía lo que escuchaba.

—¿Qué? ¡No! Akashi no me gusta, ¿por qué lo preguntas?—dijo en un leve sonrojo.

Kagami no era capaz de enamorarse de la misma persona que un amigo, además, si él se "hubiese" dado cuenta, ya se lo habría contado a Kuroko. Es su sombra y amigo después de todo.

—Es que... Yo... Noté algo el día de hoy—respondió después de un tiempo de silencio.

Taiga frunció el ceño; ¿Kuroko sonrojado? Algo anda mal, muy mal. Kagami no es estúpido (no tanto) ya lo intuyó. Que barbaridad.

—Kuroko... Eres mi amigo, cuenta conmigo, siempre y cuando no me pidas dejarte—dijo preocupado.

—Kagami-kun... A mi me gusta alguien.

"Mierda"

—Akashi-kun me gusta.

Yo sólo estaba de másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora