El sudor se resbala por todo su cuello, espalda y rostro. Estaba sumamente acalorado y gracias a eso su sueño se despabiló, al menos ya no estaba en estado de extenuación.
—Diablos, ¿Qué hora es?—murmuró en total oscuridad y silencio en su habitación. Su dedo índice y de en medio se paseó por su ojo derecho bostezando mientras se dirigía a la cocina por algo de beber... Tal vez hasta sí tenga hambre, ya que desde hace tres días el chico no ha probado ni un bocado.
Rápidamente sin perder tanto tiempo, llenó un vaso de agua y se sentó en la barra, aún en oscuridad agradeció por la paz.
"Tal vez sólo necesitaba que mi sombra me consolara para dormir" se mofó al imaginarse a Kuroko preocupado por él. De nuevo, a sido salvado por ese pequeñín de poca presencia.
"¿Cómo estará Akashi?" se preguntó "¿Estará durmiendo?" rebatió esa idea, es obvio que alas tres treinta de la madrugada el chico fresa estaría dormido. El sonido de alguien tocando su puerta lo sobresaltó, ¿Quién carajo puede ser a esa hora?
«Tick Tack» el sonido del reloj de pared se escuchaba en toda la habitación, y Kagami no sabía sí estaba decepcionado porque no era Kuroko o aliviado de que no fuera al mismo tiempo, en dado caso...
— Kise, ¿Qué haces aquí? ¿A esta hora?—preguntó algo agresivo.
— Vine a verte, ¡Kurokocchi me contó que te mirabas algo mal!—explicó. Antes de que cualquier cosa pasara, Taiga le cerró la puerta en la cara.
— ¡Kagamicchi! ¡No seas cruel!
Kagami rechinó los dientes de indecisión, ¡Lo menos que quería hacer ahora era ver a alguien de la Generación de los Milagros! Pero no era tan malo como para dejar al rubio de ojos felinos afuera gritando, pero... "¡Pero es Kise!" avisó su mente preocupado.
— ¡No me dejes aquí!—escuchó.
"Dammit" exclamó ya abriendo su puerta. Kise calló y algo avergonzado pasó al lado de Kagami llegando al centro del salón. Ryota entrelazó sus dedos no sabiendo que querer decir, pues Kagami estaba esperando que dijera algo.
— Kagami, ¿En verdad no tienes nada malo, cierto?—preguntó serio.
"¿Kagami? ¿Y el Kagamicchi? Ay Dios que raro"
— En serio que no, agradezco tu preocupación. Sólo no eh podido dormir bien, es todo—aclaró.
— ¡Whaa! ¡Pensé que ibas a morir Kagamicchi!—gritó abrazándolo con todas sus ganas, Taiga tenía una poker face mientras era zarandeado de un lado a otro.
— Basta... ¿Por qué siempre exageras, eh Kise?—dijo acariciándole los cabellos como a un niño pequeño. — ¿Qué haces aquí tan temprano? Pudiste venir hoy en la mañana—agregó separándose del persuasivo muchacho.
— ¡Eso es lo de menos! ¿Tú qué haces levantado? No has comido y puedes enfermar—reprochó llevando a Taiga de vuelta a su habitación.
— ¿Quién te crees? ¿Mi madre? Kise, estoy bien... Tú deberías preocuparte por ti, es de madrugada y debes estar en tu casa—devolvió molesto, hizo una pausa y miró al chico. — Si vas a quedarte, usa la cama;yo me voy al sofá.
— Podemos compartirla—sugirió de los más campante.
Y por lo que se puede saber, Kagami no es fan de quedarse en ese cómodo sofá para sentarse, pero para dormir es otra causa. Tampoco lo pensó tanto, es decir, es Kagami;es Bakagami.
— Como quieras, chico teñido—le dijo y se acostó esperando a que el niño mimado lo imitara, y así fue. En la penumbra de la oscuridad, Taiga yacía con los ojos cerrados y Kise (aún despierto) formó un puchero.
ESTÁS LEYENDO
Yo sólo estaba de más
FanficUnirse en equipo es bueno cuando el propósito es bueno. Nunca se imaginó que La Generación Milagrosa, ¡incluso su sombra! Fueran capaces de semejante idea egoísta.