La vista del Emperador

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Si colocásemos una pausa entre el ayer y el hoy; Kagami tal vez hubiera tenido una oportunidad de librarse de los problemas.

Pero como dicen que el "hubiera" no existe... Entonces, ¿por qué está dentro de nuestro vocabulario? ¿por qué lo usamos sin darnos cuenta? El hubiera es como un botón de reanudar partida; gracias a ésta palabra nos damos cuenta de nuestros errores decidiendo cambiar lo que aún posee solución.

Precisamente, ahora mismo... Kagami pensó "Ojalá y no hubiera venido, ojalá y no los hubiera escuchado" ¿Tiene solución el embrollo en el que se ha metido Kagami sin querer? A saber.

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Bueno, hace como dos semanas, El Emperador de Rakuzan si que andaba medio raro. La persona de su fiar (Reo Mibuchi) notó lo extraño que estaba su pequeño Sei-chan.

Aquel martes, Akashi había ido a visitar a Kuroko a Seirin... No le agradó la comunicación tan exacta entre el peliceleste y el tigre. En dado caso, sólo fue por él. De regreso cuando iba en su lujoso auto, no quiso dejarlos solos, pero es Akashi "La perfección en persona" no podía dejar la escuela botada por cualquier cosa, persona u objeto, sin embargo no era cualquier persona y no hubiera dudado en dejarla botada e irse de vuelta a Seirin.

Reo y Seijuro dirigían sus elegantes figuras a la cafetería, pues era el receso; Kotaro y Nebuya ya estaban sentados hartándose de comida... Por otro lado, Mayuzumi prefería estar en la azotea leyendo una buena novela ligera.

"Sei-chan ha estado muy pensativo estas últimas semanas" pensó el pelinegro viendo de reojo al uno setenta y tres.

-¿Qué pasa Reo? ¿Tengo algo?-preguntó Akashi haciendo que el otro se asustara tan sólo un poquitín.

-Solamente has estado actuando raro-comentó "restándole" importancia al asunto, cuando en verdad se moría por saberlo... Y como estamos hablando de Akashi Seijuro, pues él sabe lo que Mibuchi quiere escuchar.

-Me gusta alguien-le fue directo. Vaya que no tenía problemas al contar ese "tipo" de cosas.

-Ahh... Te gus--el mismísimo Reo se interrumpió abriendo sus redondos ojos de la sorpresa.

"Uno... Dos..." contó mental el pelirrojo fresa.

De un tirón, Mibuchi tomó al pequeñín por los hombros y agitándolo bruscamente gritó:

-¿¡Tú estás qué!? ¿Cómo fue eso posible? ¿De quién? ¿La conozco? ¿¡Estudia acá!? ¿¡Dónde está!?-preguntó una tras otra volteando y viendo por los pasillos, logrando hacer un escándalo llamando la atención.

"Tres"

-Me gusta alguien, todo es posible, sí lo conoces, no y estudiando-respondió a todas, exceptuando responder quién era.

"Espera... ¿Dijo "sí lo conoces"? ¿¡Es un él!?"

Akashi le vio serio, un tanto apenado y queriendo decir "Quita tus manos de mi, plebeyo" sabiéndolo como por arte de magia, Mibuchi lo soltó y no perdieron más tiempo para entrar a esa cafetería y comer.

El receso pasó un tanto incómodo, Kotaro y Nebuya se miraban entre ellos preguntándose qué pasaba con el ambiente, pues al ser Reo Mibuchi de quien estamos hablando es raro que esté tan callado. Además, el pequeño Akashi andaba perdido en sus pensamientos, otra vez.

-Akashi, ya baja de esa nube, ¿qué te pasa?-preguntó Kotaro bebiendo un jugo de caja.

Mibuchi soltó una risa picara, y aplaudiendo contestó:

-¡Mi Sei-chan se ha enamorado!-gritó emocionado.

-¿Akashi enamorado? Es un chiste, ¿no?-dijo Nebuya sin creerlo.

-¡Claro que no es chiste! Él me lo dijo, aunque el muy malvado no me ha dicho quién es el afortunado... Haber picaron, ¿quién es?-preguntó.

"¿¡Él!?" pensó tanto Nebuya como Kotaro.

-Reo, por favor, no molestes con eso-contestó Akashi algo -ni tanto- sonrojado, ya que al traer el rostro de su persona especial a la mente, le hizo avergonzarse.

El rubio y el mastodonte no evitaron escupir comida sorprendidos. Jamás es sus cortas vidas desde que conocieron a Seijuro (sabiendo cómo es él) imaginaron verlo en ese estado.

-Es un milagro-dijo Kotaro.

-¿Un milagro? De por sí ya lo es-le contestó Nebuya.

Akashi se colocó bastante serio, estaba dudando si contar su secreto de amor era lo correcto o no.

"Que pase lo que Dios quiera" pensó.

-Lo conocieron en la Winter Cup-dijo.

-No me digas que es uno de la Generación-afirmó Nebuya.

-Sería muy obvio-apostó Kotaro sacando a flote su parte deductiva.

Akashi sonrió y Mibuchi lo notó, enseguida un nombre con rostro se le vino a la mente, y vaya que su amigo pelirrojo fresa tenía razones para gustar de semejante fiera llena de luz.

Reo somató sus manos sobre la mesa, haciendo sobresaltar a sus amigos.

-¡Es Kagami! ¡Te gusta la luz de Seirin!-gritó parándose de su lugar y señalar al pelirrojo. Seijuro sólo pudo asentir apenado viendo hacía otro lado.

-¿¡Kagami!?-gritaron el mastodonte y el rubio.

-¿¡Te gusta la persona que nos ganó!? En serio que no te entiendo, Akashi-le comentó Kotaro bastante confundido.

-No molesten a mi bebé, se está haciendo grande-dijo Reo limpiándose una lagrimita falsa.

-No es para tanto, Reo-regañó Akashi tratando de darle poca importancia al asunto. "Tratando".

-¿¡Qué no es para tanto!? ¿Qué dices? ¿Sabes qué? Mejor cuéntame qué fue lo que te atrapó del chico-dijo en un suspiro de muchacho enamorado.

-¿Qué me gusta?-dijo al aire rascando su nuca.

Por segunda vez, Kotaro escupió su jugó de caja y el moreno no evitó atragantarse con su comida, mientras tanto Reo... Bueno él sonreía como madre orgullosa viendo a su único hijo crecer.

-Oh Sei-chan, cuenta ¡quiero saber!-dijo eufórico.

-Sí me sigues hablando así, olvida de saberlo-le dijo retomando su rol "absoluto".

Reo sonrió nervioso y se recostó en el respaldo de su silla esperando las palabras de su capitán. Los otros dos se vieron cómplices, ya que no aguantaban las ganas de reír.

Akashi suspiró, el pobre no encontraba la mejor manera de decir por qué rayos le gusta Kagami, es decir... ¡Le tomó mucho tiempo en darse cuenta de lo que siente! Ahora le es difícil pensar exactamente qué fue ese wou que le hace sentir el uno noventa.

-Tal vez fueron sus impulsos... Aunque eso me enfadó al principio, o tal vez su amabilidad, su altanería, la forma en que enfrenta a los problemas... Uhm, sus ojos-dijo en voz bajita. Akashi pudo sentir como sus pómulos se calentaban y las miradas de sus amigos no podían estar más que sorprendidos.

-Tienes que decirle.

-Y eso es lo que voy a hacer.

Yo sólo estaba de másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora