Papá no se enteró de nada sobre el castigo y le prometí a Austin que estaría más atenta en clases.
Hoy es último día de la semana por lo que escuche y vi algunos avisos de que mañana hay una fiesta en la casa de Dean.
Digamos que es popular, sí, pero no pertenece al grupo de los populares.
Así que las chicas han estado insistiendome para ir, aún no estoy segura ya que con lo que pasó, no creo merecer ir a una fiesta.
Sin mencionar que tengo malas experiencias con fiestas.
—Vamos! Nos divertiremos, además las finales ya se acercan, hay que aprovechar. —me dijo Claire.
Papá y yo hacíamos la cena, mientras que Clar vino a interrumpirnos.
—Yo creo que es buena idea. —dijo mi padre.
—¡Papá! —le llame la atención.
—Verdad que si, señor James. —le dio la razón.
—Se supone que debes negarte a que valla a una fiesta. —le dije.
El río.
—Cuando me niego, no me dejas en paz hasta acceder y ahora que estoy accediendo tú te niegas a ir. ¿Quién te entiende hija?
—Tu deberías hacerlo, eres mi padre.
—Pero eso no implica...
—Por favor Stevens... Claire esta aquí.—interrumpió Clar tomándose de tercera persona.
—Bien, no iré. —le dije.
—¡_________...! —se quejó Clar acompañado de un suspiro.
—Si irá. —le dijo papá.
—¡¿Que?! —lo miré sería.
—Claro que irás. —me dijo papá.
No puedo creer que este tomando decisiones por mi.
—No, no iré.
—¡Señor James! —se quejó Clar.
—Clar, ella si irá. Tenlo por seguro.
—¿Me dices desde cuando tomas mis decisiones? —le pregunté.
—Hija escucha, tienes que disfrutar de tu juventud, ve a divertirte, sal con tus amigas, distraete.
La juventud es corta y la vejez larga.
Suspire.
—Tu papá tiene razón __________.
Golpee mi frente contra la pared seguidas veces.
—Estoy segura que me voy arrepentir de esto. —le dije.
Clar pegó un grito e hizo algo extraño que supongo es de felicidad.
Abrazó a mi papá y luego a mí.
—Pasaré por ti a las ocho. —me dijo.
—Como sea... —me queje.
—Ahora... ¡A cenar! —exclamó.
¿Y quién la invito?
—Ve poniendo la mesa. —le dijo papá.—Y ahora... ¿Que me pondré? —me dije a mi misma buscando ropa dentro de mi armario.
No tengo nada que ya me allá puesto.
Así que supongo que tendré que combinar prendas.
Una falda negra con tacos negros y un pequeño top de color plateado.
(Imagen en multimedia)
Entonces... Estoy lista.
Prendí mi equipo de sonido y entre a ducharme.
La mañana se me paso volando, sin mencionar las llamadas que tuve de Clar y Janie.
Con suerte logré deshacerme de ellas con la excusa de "Iré alistarme".
En tres horas Claire vendría por mí y yo recién estoy duchandome.
Aún me queda lavar la ropa, darle de comer a Slinky y finalmente alistarme.
Rapidamente me duché y envolvi mi cabello con la toalla.
Me puse mi bata y fui a la cocina por la comida del pequeño perro.
Se lo puse en el plato y me fui por la ropa de Austin y de papá.
Lo metí a la lavadora del sótano mientras recogía mi ropa.
Austin había salido, según él fue a la biblioteca.
Pero, Dios, a quién engaña. Estoy segura que fue a buscar a Emma.
Mientras papá estaba en el trabajo, hoy tiene turno de madrugada, así que llegará mañana temprano.
Puse la ropa a secar y me fui a mi habitación.
Me cambié, me maquille, planche mi cabello y acomode mis anillos en mis manos al igual que mis aretes.
Una bocina proveniente del auto de Clar me hizo salir corriendo de la habitación.
En el camino llamé a Austin para avisarle que ya me estaba llendo.
Nos encontraríamos en la fiesta con Jane ya que fue a visitar a su tia que vive a unas cuadras de la casa de Dean.
Al llegar a la enorme casa del popular no pudimos evitar sorprendernos al ver tan gigante casa y a las personas que por cierto habían muchas.
—Que enorme es... —dijo Clar.
Llegamos a la puerta de la casa y oímos la alta música, habían personas fumando, bebiendo, besandose... Casi tenían sexo en la sala.
Dios.
—Entremos, busquemos a Jane. —le grité ya que la música era altísima.
—¡Esta bien!
—Hey... Chicas... —se nos acercó... Thomas.
—¡Hola! —le saludé.
—¿Recién llegan? —pregunta.
—¡Si! —contesta Clar.
—¿Has visto a Jane? —le pregunto.
—Claro, las estaba buscando hace un rato, creo que esta con Tyler.
—¿Enserio? —preguntamos a la vez Clar y yo.
—¡Sí! ¡Oye Stevens... ¿Te molesta si habló un momento con Claire?! —preguntó.
Miré a Clar.
—De acuerdo, ¡yo iré a buscar a Jane! ¡Los veo adentro!
Ellos asintieron y entré.
Las personas bailaban, saltaban, gritaban. Era tan divertido y energético.
—Hey! —puso su mano en mi cintura haciendome girar.
—Hey! ¡Hola! —exclame.
—¡Que bien que estes aquí! —me dijo.
Es Dean.
—Lo sé.
—Diviertete! —me dijo llendo a un grupo de amigos que recién llegaban.
Supongo que a darles la bienvenida.
Me di cuenta que en la casa de Dean había una barra de tragos.
Estaba llena por algunos chicos y chicas.
Me acerqué para buscar a Jane.
Pero no estaba, así que fui al jardín.
Había una piscina enorme y muchos adolescentes dentro de ella.
Como también había un gran campo con asientos de piedra.
Vi la pequeña cabeza rubia de Jane hablando con Tyler.
Estaban sentados en una de esas bancas de piedra.
No quiero interrumpir, así que mejor volví a la fiesta.
Bravo, ahora estaré sola.
Cada una de mis amigas se fueron con sus chicos.
Me fui a la barra de tragos a pedir agua, no quería tomar y no volveré a tomar.
—¿Me das un vaso con agua? —le dije al barman.
—¿Agua? ¿enserio? —preguntó burlandose.
—¡Si! —el río y fue por un vaso.
—¡Dame más vodka! —exclamó él.
Giré a mirarlo, estaba ebrio.
Se veía muy ebrio.
Él se dio cuenta de mi mirada.
—Hola. —le saludé.
Él bajo la mirada negando con la cabeza.
—Estoy tan loco por ella que hasta la veo en otras personas. —se dijo a si mismo.
—Dylan. —Lo llamé.
—¿Que? —preguntó.
—No tomes más. —le pedí.
—Aquí tiene su vaso de vodka señor. —le entregó.
Él estuvo apunto de recibirlo, pero lo evite.
Cogí el vaso y lo aleje de él.
—¿Que haces? Damelo.
—No, ya no tomaras ningún vaso más.
—¡Vamos! Damelo, lo necesito. —trató de acercarse al vaso pero lo único que logró fue caerse del asiento.
—Rayos! ¡Dylan! —exclame tratando de levantarlo.
—Eres linda... ¿Te lo dijeron? —me dijo tocando mi mejilla.
—Estas ebrio, te llevaré a una habitación para que duermas.
—¿Dormir? ¿Quién necesita dormir? —pregunto.
—Andando. —logré levantarlo y poner su brazo alrededor de mi hombro.
Empecé a caminar entre las personas para subir por las escaleras.
—¡Aquí esta tu agua, linda! —exclamó el barman.
—¡Oye solo yo la llamó linda! —le gritó Dylan.
—¡Dylan!. —le llame la atención.
Subimos al segundo piso y habían muchas habitaciones.
Abrí la primera y juro que me arrepentire de haberlo echo toda mi vida.
Encontré a una pareja teniendo relaciones.
—Perdón, perdón. —cerré la puerta y al hacerlo Dylan cayó.
—Rayos, lo siento.
—Lindas piernas. —dijo en el suelo.
—Nunca pierdes la escencia ¿verdad?.
El río.
Volví a sostenerlo y caminamos a otra habitación.
Esta vez estaba vacía, así que entré y cerré la puerta.
Lo tiré en la cama y lo cubri con una cobija.
—Te quedarás aquí mientras voy a buscar a Dean.
El asintió.
—Bien. —suspire.
Miré hacía la ventana que daba vista hacía el jardín.
Jane y Tyler aún permanecían ahí, seguí con mi búsqueda visual.
Pero no encontré a Dean.
No me queda de otra que bajar.
Rodee la cama para salir pero él sujetó mi muñeca.
—Acuestate conmigo. —susurró.
Tenía los ojos cerrados.
—Tengo que buscar a Dean.
—Él esta divirtiéndose...
Su rostro se notaba cansado y tenía algunas ojeras muy notorias y eso no es solo de una noche.
Sino de varias.
Su cabello estaba un poco desordenado y sus labios... Estaban rosados y semiabiertos.
Me acosté a su costado y él suspiró.
Tenía aliento a alcohol, mucho alcohol.
Lo único que se oía en el cuarto eran nuestras respiraciones.
Él cogió mi mano y entrelazo nuestros dedos.
Vi nuestras manos juntas, él acariciaba mis dedos.
Y luego yo también lo hice.
—Estas semanas eh estado volviendome loco. —soltó derrepente.
—¿Te confieso algo? —lo miré.
Él mantenía sus ojos cerrados, pero asintió.
—Te extrañe.
—También yo, mucho. —susurró.
No habría sus ojos por nada del mundo.
Él esta ebrio, no sabe lo que dice.
Los ebrios y los niños siempre dicen la verdad.
Recuerdo perfectamente que eso me decía mamá, la vez que "creímos" que papá la estaba engañando.
Pero no fue así, ella solo se dejo llevar por la gente mala que le metían ideas en la cabeza.
—Aunque no mucho ¿sabes? ...—lo miré— Siempre te eh observado, estabas mal, lo noté.
Un cosquilleo recorrió mi cuerpo al igual que algo en mi estómago.
Lo miré y tenía una pequeña sonrisa de lado en sus labios.
Como ya lo dije tiene muchos lunares en su mejilla.
De cerca se pueden apreciar más.
—Iré a buscar a Dean. —le dije.
—No. —contesto rápidamente.
—No te estaba preguntando. —él sonrió.
E inmediatamente fui contagiada por su sonrisa.
—Sigues de ruda ¿eh?
—Jamás deje de serlo.
—Esos días parecían terribles para ti, ¿que sucedió? —preguntó.
—No creas que soy de piedra. —comenté.
Enseguida la puerta de la habitación se abrió por un chico que besaba a una chica.
—Lo lamento —se disculpó rápidamente, me senté en la cama— ¿Enserio? Están durmiendo. —se burló.
La chica dejo de besar el cuello de su novio para mirarnos y sonreír.
—Es una fiesta, solo ¡alcohol, diversión y sexo! —dijo emocionado.
—Largense. —les dije levantándome de la cama.
—Que aburrida eres amiga. —me dijo.
—¿Estas sordo? —le pregunté.
—Relajate amiga.
—¡Llámame amiga una vez más y verás que arreglare tu nariz perforada! —me acerqué a él pero sentí unas manos que rodearon mi cintura y detener mi paso.
—Diviertanse. —nos dijeron ambos y cerraron la puerta.
—¡Vete... Cobarde! —le grité.
Escuché su risita detrás de mí y mi piel se erizo.
Acomodó sus manos y lentamente me hizo girar para quedar frente a frente.
Se supone que debo quitar sus manos de mi e irme de ahí ahora mismo.
—Relajate. —me dijo— ya se fueron.
—Acaso todos los hombres solo piensan en sexo. —le dije.
—No todos. —dijo mirandome a los ojos.
Nos estabamos acercando poco a poco hasta juntar nuestras frentes y nuestras narices se rozaran.
Como la primera vez.
—Tu eres igual que ellos. —susurre.
—¿Cómo estas tan segura de eso? —susurró.
—Porque eres hombre.
Y eso bastó para que nuestros labios se rozaran.
Estuvo a punto de capturar mi labio inferior pero mi teléfono interrumpió el acto.
—Hola..
—Pasare por ti en media hora. —me dijo mi hermano.
—Esta bien. —acepté.
Colgué y miré a Dylan.
—¿Estas bien? —preguntó.
Asenti y salí de la habitación sin decir ninguna palabra.
Baje a donde se encontraba la fiesta e inmediatamente se acercó Claire.
—¿Donde estabas? Estuve buscandote como loca.
—Fui al baño. —mentí.
Ella me miró y me di cuenta que no me creyó.
—Ven, ya encontré a Jane.
—También yo, solo que no quise interrumpir su charla con Tyler.
—Yo la encontré sola, nos separamos para buscarte.
Claro, menos mal y no subieron a las habitaciones del segundo piso.
—¡Jane! —la llamó.
—¡Hola! Stevens, ¿donde estabas? —preguntó ella.
—En el baño. —vi en su rostro la misma expresión que Claire.
No me creía.
—Bueno, chicas en un rato más vendrá Emma a recogerme, no me queda mucho tiempo en la fiesta. —avisó Jane.
—Si, también Austin vendrá en unos minutos más.
—¿Entonces me dejarán sola? —preguntó Clar.
—Le puedo decir a Brodie que te acompañe. —le dijo Jane.
Sonreí.
—No gracias Jane. —le dijo ella.
—Bueno, iré por unas piñas coladas. —dijo Jane y salió.
A lo lejos vimos que Thomas y Tyler se acercaban hacía aquí.
Hasta que Tyler hizo un baile raro viniendo hacía mí y cogió mi mano para bailar.
—A bailar, Stevens. —dijo.
Me hizo girar y empezamos a bailar una canción movida muy buena a decir verdad.
Thomas hablaba con Clar más no bailaban.
—¿Y Dylan? —preguntó.
—No lose. —respondí.
—Te vi llevándolo al segundo piso. —dijo.
—¿Que? Pero si tu estabas hablando con Jane.
—Si, después entré porque ella tenía sed. Y te vi con él.
—Tyler...
—Tranquila, no diré nada.
—Gracias. —le dije.
Él sonrió y nos unimos a Jane quién venía con las bebidas y nos la dio.
Luego se formo un pequeño círculo entre los cinco.
Bailando, hablando y riendo.
Sentí mi teléfono vibrar en mi estómago ya que la falda no tenía bolsillo.
—¡¿HOLA?! —grité— ¡Apenas te oigo Austin!
Robé la atención de los chicos y les indiqué que me alejaría de ellos.
Corrí hasta el segundo piso, donde la bulla era menos.
—Ahora si te escucho. —le dije.
—Estoy afuera. —me avisó.
—Enseguida salgo, iré a despedirme de las chicas.
—Ok, no tardes. —me dijo.
Colgué y volví a la fiesta.
Los chicos hablaban de algo que parece ser la anécdota de Thomas.
—Chicos, ya me tengo que ir. Austin esta afuera. —les dije.
—Esta bien, nos vemos mañana. —me abrazó Clar.
Abracé a Janie y luego a los chicos.
—¡Sigan divirtiendose! —les dije y salí.
—¡Cuidate! —nos dijo.
Habían muchas personas y tuve que pasar como sea sobre ellas para llegar hasta la puerta.
Hasta que logré salir, pero justo en la puerta choque con Dean.
—¿Ya te vas? —preguntó— ¿Tan pronto?
—Si, es que mi hermano esta afuera y...
Giró a ver.
Austin estaba en su auto esperandome.
—Ah claro, bueno, gracias por venir. —dijo.
—Gracias por invitarnos. —me despedí con un beso en la mejilla.
—Fue un placer. —Sonreí.
—Lo olvidaba, Dean... Espero que no te molestes pero es que... Llevé a Dylan a una de las habitaciones de arriba porque...
—Tranquila Stevens. —me interrumpió—Guardaré ese secreto. —sonrio.
—Gracias.
Finalmente caminé hasta el auto de mi hermano pero su voz me interrumpió.
—_____________... —dijo detrás de mí.
Creí haberlo dejado dormido.
Miré al auto de mi hermano, él estaba mirándome.
—No te vallas. —me dijo.
No quería girar, porque si lo hago sé que no quedre irme.
—¿Que esperas? ¿una invitación? —exclamó mi hermano refiriéndose que suba al auto.
—Por favor... —su voz me interrumpió.
—Austin....
Vi que puso sus manos en su rostro y ordenó su cabello para atrás.
—Te espero en casa. —me dijo— cuídate.
Arrancó el auto y se fue.
Escuche algunos pasos que sentí el calor de su cuerpo detrás de mí.
Me sentía debil a su lado, había echado de menos tenerlo cerca.
—¿Quieres caminar? —preguntó.
Asenti y dio algunos pasos, luego lo alcance.
—Creí que estabas dormido. —le dije.
—Desperté al no notarte. —me dijo.
—Dylan... Yo...—detuve mi paso y él también para mirarme a los ojos— Lo... Lo siento.
—¿Porque? —preguntó.
Su cabello estaba desordenado sin embargo aún se veía sexy.
—Por haber reaccionado como lo hice... Talvez fue nuestro error.
—Para mi no fue un error.
—No lo hagas difícil... —suspire.
—¿Porque te cuesta tanto admitir lo que sientes por mi? —soltó derrepente.
—Dylan...
—Leanna y yo no somos nada —lo miré— talvez tuvimos algo... Pero eso fue antes, ahora es a ti a quién quiero.
—Me haces sentir de una manera que... —susurre bajando la mirada.
—Es difícil para ti y lo sé... Pero podemos intentarlo—suspiro— Quédate conmigo —susurró poniendo su mano en mi mejilla.
Hizo que lo mirará a los ojos.
—¿Y si no funciona? —le pregunté.
—Lo intentamos de nuevo.
Sonrió de lado.
Talvez este cometiendo una locura, pero es tiempo de hacerle caso a mis sentimientos y dejarme llevar por ellos.
Asenti sonriendo.
—¿Sí? —preguntó él.
—Aja...—lo abracé— sí....
Me apretó muy fuerte sus brazos que me costaba un poco respirar.
—No estas ebrio ¿no? —le pregunté una vez que me soltó.
Él sonrió.
—Porque si lo estás juró que te mataré y...
Me dio un pequeño beso en los labios, callandome.
—Ven. —cogió mi muñeca y caminamos.
Los tacos que tenía puesto hacían bulla mientras caminaba.
Asi que me detuve en un sardinel de un jardín para desatarlos y quitarmelos.
—Si no los aguantas ¿porque lo usas? —preguntó.
—Simple, porque quedan muy bien con la ropa, además me hace ver de casi tu tamaño. —finalmente me los quite y quedé descalza.
—Definitivamente jamás comprendere a las chicas. —reí.
—Andando. —le dije.
Él me derivó e hizo que suba en su espalda.
Me estaba haciendo caballito.
—No puedes andar sin zapatos.
—Eres conciente que mi casa aún esta lejos ¿no? —le dije.
—¿Quién dijo que caminariamos hasta tu casa? —preguntó.
No logré entender así que el solo soltó una pequeña risa y camino.
Me incline y le di un beso en su mejilla en forma de gracias por lo que esta haciendo por mí.
—Las calles están muy vacías. —me dijo.
—Será porque son más de media noche. —dije con sarcasmo.
—Que lista. —dijo con el mismo tono.
—Hey! —golpee su hombro.
—Es una broma, loca. —río.
Me entraron unas enormes ganas de besarlo.
Pero debo controlarme, él talvez piense que enrealidad soy una de esas chicas fáciles y lanzadas.
¡Al diablo!
Me bajé de su espalda y él giró a verme rápidamente.
Me acerqué y me puse de puntitas para tomar sus labios.
Él realmente no se lo esperaba por eso después de unos segundos reaccionó y puso sus manos en mi cintura, atrayendome a su cuerpo.
—No más, pueden haber niños. —le dije poniendo mi mano en su pecho.
—¿A media noche? —dijo y siguió besandome.
—Dylan... —me queje.
Él se alejó y ordenó su cabello para atrás.
—Lo siento. —dijo.
—No importa.
Y después de esa vergonzosa situación seguimos caminando hasta llegar a una casa.
Una grande casa.
Él frío estaba horrible y ya me empezaba a congelar.
Porqué no traje mi casaca.
—¿Me esperas? Traeré mi auto. —dijo.
Asenti mirando la gran casa.
Entonces esta es su casa, hermosa.
—Ten. —me tendió su casaca negra.
—Gracias. —lo recibí.
—Enseguida vuelvo.
Deje mis tacos en el piso y me puse la casaca del idiota.
Sonreí.
Hace tanto que no le decía idiota.
Cerré la cremallera y me quedaba super suelto, es tan cómoda y huele tan rico.
Podría dormir, morir y despertar con este aroma.
—¿Huele rico? —preguntó.
Giré y lo vi en el auto, no lo había sentido.
¿Que pasa conmigo?
—¿Que? ¡no! Solo...
—Sube ya, loca.
Río.
Susurre un "Idiota" subiendo al auto.
—Te oí. —me regaño.
Reí.
El camino a casa no fue tan silenciosa como creí que sería.
Dylan encendió la calefacción y al hacerlo noté que tenía muchos cds.
Cogí algunas y encontré mis debilidades, Katy Perry, Coldplay, Kesha, Lady Gaga y ¿One Direction?
Reí mirando el disco y luego lo miré a él.
—¿Enserio? —le dije enseñandole el disco y riendo.
—¿Que? —preguntó— Me gustan...
—¿Así? Y... ¿quién es tu debilidad? —le pregunté guardando los demás discos y quedandome con el de 1D.
Él río.
—Tú. —dijo.
Reí.
—¡Hablo enserio! —le dije riendo.
—Yo también.
—Veamos... el mío es... Zayn. —le dije mirando el disco.
Era el segundo disco que sacaron "Take Me Home".
—¿Enserio? ¿Y que le vees? —me miró— no es tan atractivo... Enrealidad pienso que Harry es más sexy.
Reí.
—Bueno si lo es, pero a mi me gusta Zayn. —el río.
—A mi Harry.
Volví a reír.
Él fue contagiado por mis constantes risas.
Hasta que me calme y reproduci el disco.
Me sabía casi todas las canciones pero la que cantamos juntos muy fuerte en plena autopista fue Live While We're Young.
Fue tan divertido, es como estar con mi mejor amigo.
Dylan es increíble.
—And Live While We're Young.... —finalizó la canción.
—Bien, llegamos... —dijo estacionando el auto.
—Esto fue muy divertido. —le dije.
—Si y yo que no quería ir a la fiesta. —confesó.
—¿Y que pasó? —pregunté.
—Tyler y Thomas. —dijo.
—Yo tampoco quería ir. —le dije.
—¿Clar y Jane? —preguntó refiriéndose a quién me animó, mejor dicho me obligó.
Pero debo agradecerles.
Asenti.
—Y también mi padre. —él río.
La luz de la habitación de papá se encendió.
Seguro Austin esta ahí, porque papá no llega hasta mañana.
—Tengo que irme. —le dije— ¿que hora es?
—Dos de la madrugada. —contestó.
—Díos, es bastante tarde. —dije.
—Así es. —dijo de lo mas tranquilo.
—Dylan... —lo miré— gracias por una increíble noche.
Él sonrió.
—Gracias a ti. —puse mi mano en su mejilla.
—Eres un idiota. —sonreí.
Él acercó su rostro al mío para capturar mis labios.
—Estas tan rica... —susurró en mis labios.
—¡Dylan! —exclame riendo y separandome de él.
—Lo siento... —dijo y beso mi mejilla.
—Como sea.. —abrí la puerta del auto y cogí mis tacos.
—Ah espera tu casaca. —deje mis tacos en el asiento y me lo quite.
—Ten.
—Quedatelo. —me dijo.
—Y ¿no pudiste decirmelo antes de quitarmelo? —le dije poniéndome otra ves.
—Quería apreciarte un momento. —sonrió de lado.
—¡Idiota! —le grité.
—¡Loca! —me gritó.
Reí.
Finalmente cogí mis tacos y me los puse para entrar a casa.
Papá y Austin seguían dormidos así que saque la llave de repuesto que estaba en una de las masetas.
Esta noche a sido la mejor, pienso que si Dylan y yo decidimos intentarlo nadie tiene que enterarse.
Aún que para él será difícil y también para mí.
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Esta vez no tarde eh o sí?😬
Como sea, intentaré bloquear mi fb para concentrarme plenamente en esta fic.
¿Les gusta😕?
A.❤ xx
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Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y Tu
FanficHabía pasado meses sin volver a verlo, extrañaba pasar tiempo con él. Pero creo que él no amaba eso, simplemente se fue.. Sin despedirse y sin decirme a dónde iba. Esta vez estaba segura que no tendría a un nuevo amor. Porque desde que él se f...