Cap. 40 ¿La extrañas?

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El gran día se acercaba y también el viaje a Bradford.
Mañana es la graduación de Austin y la de Emma es la otra semana, así que asistirá.
Después de la gran pedida de mano de Austin a Emma ambos se fueron felices de casa, mientras las chicas y yo nos quedamos viendo una película.
Hace mucho que no pasábamos tiempo solo las tres, sin los fastidiosos.
Dylan me invitó a cenar a su casa con su madre, Dan y Luke.
La verdad es que no la pasamos nada mal, entre las constantes discusiones de Luke el pequeño Dan por debatir quien era el más listo de la familia salió "ganando" Dylan.
Hasta ahora no entiendo como paso.
Luke contó que hoy tuvo un mal día ya que se perdieron algunos documentos de la compañía donde trabaja y el dueño dijo que le iban a cortar los bonos por un mes.
La madre de Dyl me pidió que me quedará a dormir ya que mañana saldría muy temprano y no confía en que Dylan y Luke cuiden a Dan.
Así que llamé a papá y le avise, el aceptó sin ningún problema.
—Bueno, me iré a dormir... —dijo la madre de Dylan.
Luke estaba sentado en el sillón, mejor dicho durmiendo.
Su tía lo cubrió con una manta.
—Buenas noches. —nos dijo.
—Que descanse. —le dije
—Buenas noches ma. —se despidió Dylan.
—Dan, vamos te voy acostar. —le dijo al pequeño.
Él aceptó y se despidió de nosotros.
Nos quedamos mirando una película hasta que los ronquidos de Luke no nos dejaban escuchar.
—Luke ahora no por favor. —se quejó Dylan.
Sus ronquidos eran más fuertes, así que Dylan le tiró una almohada a lo que el despertó.
—¡Yo no robé esos documentos! —se levantó asustado.
Al parecer le había chocado mucho el problema de la compañía.
—¿Estas bien? —le pregunté.
Él asintió.
—Mejor ve a dormir a tu cama. —le dijo Dylan.
Él lo miró y se cubrió su rostro.
—Bien —se levantó— me voy, pero no hagan cosas malas.
Reí.
—Ya vete. —se quejó Dylan.
—Y eso va para ti primo. —le dijo.
—Buenas noches Stevens.
—Sueña con los angelitos. —le dije.
Él se fue sonriendo.
—Hey, no le digas eso. —se quejó Dylan
—¿Porque?
—Porque soñará contigo. —no entendí.
—¿Conmigo?
—Tú eres el angelito. —dijo.
Sonreí y le di un beso.
—Mejor dame una pijama que pueda usar esta noche. —le dije.
Él se levantó.
—Esta bien.
Dylan subió a su habitación mientras yo me quedé arreglando el sillón para poder dormir.
Después de discutir quien dormiria en el sillón, porque Dylan quería hacerlo y es obvio que yo no se lo iba a permitir, quedamos de acuerdo en que ambos dormiriamos ahí.
Así que ambos saliamos ganando.
Su madre estuvo de acuerdo después de aclarar que la casa se respeta y yo lo tenía muy claro, mi padre también siempre nos decía eso.
—Bien aquí tienes. —me dio un pantalón super grande de color gris con un polo de manga larga azul (como esta en la foto) él estaba vestido exactamente de los mismos colores.
—Iré a la cocina, puedes cambiarte aquí.
Asenti y él salió.
Me puse el buzo rápidamente y la bluza, me quedaba casi bien, era mi talla.
Pero ¿porque Dylan tendría ropa de mujer?
—Bien, te queda casi perfecto. —me dijo entrando a la habitación.
—¿Casi...?
Él se acercó y ató mi cabello al costado.
—Ahora si, perfecta. —sonreí— y si te preguntas por el polo, es de la amiga de Luke.
Explicó.
Amo tanto cuando me da explicaciones sin siquiera haber preguntado.
—Porque a veces se quedaba a dormir cuando no estaba mamá.
Asenti.
—¿Y porque me dices eso...? —pregunté.
—Quiero evitar tu escena de celos, sin mencionar que me encanta. —me guiño.
—¿Escena de celos? Por favor Dylan, eso no suena a mí.
—¿Ya olvidaste todas las escenas de celos que me hacías cuando nos encontrabamos con Leanna? —preguntó.
Lo miré seria.
—En mi defensa, ella siempre encontraba el momento perfecto para arruinar mi humor.
Él río y me abrazó.
Luego me dio un beso y nos acomodamos en el sillón para ver una película.
Habíamos quedado en un acuerdo y es que teníamos que respetar la casa de Dylan, así que nada de cosas pervertidas.
—Preparare palomitas... —se levantó y se fue a la cocina.
—¿Dylan...? —preguntó una vocesita.
—Hola... —le dije y el vino a mí.
—___________ —me abrazó— Creo que hay algo en mi habitación —me dijo.
—¿Porque dices eso?
—Porque hay ruido y me da miedo.
—No hay nada pequeño... A veces nuestra mente juega con nosotros.
—Esta vez no, yo siento que hay algo.
Lo miré a los ojos, tenía temor en ellos.
—Dios. —susurre— vamos a tu habitación.
—¡No! —se exalto— me da miedo
—Si hay algo nos atacará a los dos.— traté de ayudarlo.
—Eso me asusta más —sonreí.
—La verdad es que no soy buena ayudando con los temores, vamos Dan... O sino, Luke saldrá de su habitación y se burlará de nosotros por no enfrentar lo que hay en tu habitación. Nos llamará cobardes.
—Preferiría que él vaya a ver mi habitación. —reí.
—Verás que no pasará nada...
—Mejor que vaya Dylan. —dijo.
Dylan iba entrando a la sala comiendo palomitas.
—Hey ¿tú no estabas dormido? —le preguntó al pequeño.
Él negó.
—¿Puedes ir a la habitación de Dan? —pregunté.
—¿Para qué? —preguntó.
Tan típico de él, responder con preguntas.
—Dan cree que hay algo en su habitación. —le conté.
Él suspiró y se puso a la misma altura que el pequeño.
—Bien, escucha. No hay nada en la habitación, ni monstruos, ni fantasmas, ni duendes ¿de acuerdo? Ahora quiero que vayas a tu cama, dejes la luz prendida e intentes dormir.
Él negó.
Dylan me miró.
—Es solo parte de tu imaginación, no hay nada... —le dijo Dylan.
—Yo sé que hay algo ahí dentro Dylan. —respondió fuerte y claro el pequeño.
—Entonces no seas cobarde y enfrentalo. —le dijo.
Vaya forma de alentar al pequeño.
—Dylan... —lo llamé.
Él solo me miró, le pedí con la mirada que lo ayudará e intente comprenderlo.
—¡Esta bien! Iré a ver... —se levantó y fue a la habitación de Dan.
—Verás que no hay nada dentro... —le dije.
Él solamente me miró y recosto su cabeza en mi brazo.
—Cuando papá estaba en casa... Siempre se quedaba hasta que durmiera, nunca me dejaba ___________.
—Desde donde esta él, te sigue cuidando Dany.
—Mamá siempre me lo dice...
—Porque es así, a ti a tu madre y a Dylan, siempre los observa y los cuida... Igual que mi madre lo hace conmigo.
Él me miró.
—¿La extrañas?
—Muchisimo.
—Yo también extraño a mi padre.
Lo abracé, a pesar de tener apenas seis años sabe expresarse muy bien y es muy inteligente.
A muy temprana edad perdió a su padre al igual que yo.
Sé lo que siente y ve en Dylan una imagen paternal que él aún no se da cuenta.
Talvez es buen hermano, pero no un buen padre como Dan quisiera que sea.
Y no lo culpo porque Dylan apenas es un adolescente y no sabe nada de ser padre y cuidar de un pequeño.
Nadie nace sabiendo.
—¿Porque Dylan tarda tanto? —preguntó.
—No lose...
—¡_________! —me llamó Dylan.
Me levanté y miré por el corredor.
—Quédate aquí... —le dije a Dan.
Él asintió asustado.
La noche estaba muy callada y oscura, empezaba a asustarme.
—¿Dylan...? —lo llamé.
No respondía.
Seguí caminando hasta entrar a una habitación que efectivamente es de Dan.
—Dylan.. ¿estas aquí? —pregunté— Oye esto ya no es un juego, Dan esta muy asustado...
Sentí unas manos en mi cintura y solté un pequeño gritó.
Dylan rio.
—¡Idiota! Me asustaste...
—Jajaj fue muy divertido... —dijo apegandome a su cuerpo.
—Dylan...
—Vamos a ver la película —susurró en mi cuello.
—Basta, no hagas eso.
Río y levantó la cara para darme un beso.
—¿Y que era lo que tanto asustaba a Dan?
—Nada, Dan siempre ha tenido esas reacciones... —contó.
—Pero estaba convencido de que había algo...
—Amor, a veces él suele tener esos ataques de miedo y mamá es quien lo controla y lo acompaña mientras duerme. Yo no.
—Lo noté.
—Es que él... Se acostumbró mucho y... No lose —suspiró
—Dylan... Es tu hermanito y extraña mucho a su padre.
—Lose...
—Deberías de pasar más tiempo con él, disfrutalo que ahora esta pequeño... escuchalo y trata de entenderlo.
—¿__________? —llamó el pequeño.
Me aleje de Dylan para darle el encuentro en el pasillo.
—Aquí estoy Dany.
—¿Estas bien? —preguntó.
Asenti y lo llevé a su habitación.
Dylan estaba acomodando la cama para que se echará.
—Bien, hora de dormir. —le dijo Dylan.
—¿No hay nada? —preguntó.
—Había un pequeño ratoncito pero ya lo saqué. —mintió.
Subió a su cama y Dylan lo cubrió.
—¿Quieres que veamos la película juntos? —le pregunté a Dan.
Dylan me miró sorprendido.
—Sí.
—No, tú tienes que dormir —lo señaló— y tú también —me señaló.
—No quiero estar solo. —le dijo Dan.
—Yo a tu edad estaba solo. —le regaño Dylan.
Se sentía molesto y no era solamente por el echo de que Dan interrumpiera nuestra noche juntos, estoy segura.
Algo le pasa a mi chico y lo voy averiguar.
—Tú eres tú. —le contestó Dan.
—¡Escuchame bien...!
—¡Dylan!¿Vienes un momento? Claro que sí —le jale de su brazo hacía afuer.
—¿Que rayos pasa contigo? —le regañe.
—¡Que rayos pasa con Dan! —se quejó— él no se porta así.
—Pues entiendelo, esta asustado.
—Yo también lo estuve y no sabes cuanto. —quitó su mirada de la mía.
—Es solo un niño, Dylan.
—Yo a su edad, tuve que acostumbrarme a estar solo, mamá nisiquiera tenía tiempo para mí.
Cogí su rostro.
—Vamos... No te enojes con él, es tu hermano.
—Ya sé, y no tienes que repetirmelo.
Suspire.
—¡Bien, no lo haré!  —solté su rostro.
Pero sería en vano enojarme con él, cuando solo quiere que lo escuche y sobre todo necesita mi apoyo.
Yo muchas veces traté mal a Dylan cuando estaba enojada y él nunca me dejó sola, todo lo contrario, se quedaba conmigo.
Él se giró, dándome la espalda.
Suspire y me acerqué a él, abracé su cintura y recoste mi rostro en su brazo.
—Veamos la película con él, solo hasta que duerma y luego vamos a dormir juntos al sillón ¿si?
Él giró la cara, parecía molestarle la idea.
—Vamos Dylan... —le pedí— hazlo por tu madre, ella no quisiera encontrarse con esta situación.
Suspiró.
—Odio cuando eres así. —sonreí.
Me puse alfrente de él.
—Te amo renegon. —le di un beso en su mejilla.
Él me abrazó y besó mi cabello.
—Te espero y por favor cambia esa actitud que asustas al niño —le di un beso en su mejilla y fui con Dan.
Acomode la cama para poder entrar los tres pero al parecer era imposible ya que Dylan y yo somos pesados, aplastariamos a Dany.
—¿Dormirás conmigo? —preguntó.
—Sí y Dylan también.
—Pero él esta enojado. —me dijo.
—No, él no esta enojado cariño... Solo está un poco cansado y estresado que lo hace ver como enojado.
Él río.
Tenía casi la misma sonrisa que Dylan, era contagioso.
—Bien, aquí estoy —entró— ¿Te cepillaste los dientes enano? —le preguntó Dylan.
Dan negó.
—Anda a cepillarte. —le dije.
Él bajó de la cama y fue al baño.
—¿Estas mejor? —le pregunté.
—Gracias a ti. —me dijo.
Sonreí.
—¿Ahora me vas a contar porque te exaltaste?
Cambió su mirada, parecía haberse pérdido en sus pensamientos.
Como si todos los recuerdos que tuvo estuvieran presentes ahora mismo en su mente.
—¿Dylan...?
—Mejor acuestate. —me dijo y se levantó para poner la película.
Dan llegó y apagó la luz cosa que nos sorprendio ya que tenía miedo, pero su respuesta me pareció tierna con ustedes aquí, estoy a salvo.
Nos echamos en la cama que logramos entrar todos.
Dylan en el centro y echado sobre mi brazo, mientras abrazaba a Dan.
Le susurraba algunas cosas y él reía.
Me gustaba tanto que se llevará bien con su hermano.
Se veía muy tierno.
Al avance de la película, Dany se quedó dormido y Dylan también pero luego despertó y empezaron las preguntas de parte mía.
—¿Porque me dijiste que eras hijo único? —le susurre.
—¿Yo dije eso? —preguntó.
Flashback
—¿Tienes un hermano? —preguntó.
—Si...
—Creí que eras hija única. —dijo.
—Ya quisiera.. —sonreí, era sarcasmo, no me arrepiento de tener a Austin conmigo.
—Yo soy hijo único. —dijo con orgullo.
—Eso explica todo. —dije.
El río.
Fin flashback

—Quería hacerme el interesante. —sonrió mirandome.
Reí bajito.
—¿Hablas enserio?
—Me encantabas, Stevens. Y no sabía que hacer para conquistarte y con Leanna encima mío no me ayudaba mucho que digamos
—Es cierto, te detestaba cuando estabas con ella.
—Yo odiaba verte con Dean.
—Pero a comparación de Dean, yo no andaba besandome con él.
—Ella es quien me besaba, siempre te lo decía y no me creías.
—Pues yo solo beso a mi novio, ¿que querías que pensará?
—No todas piensan como tú, por eso me encantabas.
—Te encantaba, ¿ya no?
—Ahora también pero aún más.
—Yaaaaaaa, me harás sonrojar —le dije acariciando su cabello.
—Jajaja
—Dylan... sabes que puedes confiar en mí ¿verdad? —le dije.
Él asintió.
—En este poco tiempo, hemos pasado muchas cosas... Ambos y...
—Esta bien, te voy a contar. —dijo acomodandose.
—Ok...
—Esto no lo sabe nadie y quiero que solo se quede en ti.
—Esta bien...
Suspiró.
—Cuando apenas tenía nueve años, papá tuvo un accidente y me sentía mal viendo a mi mamá llorar tocando su estómago todas las noches... Yo no entendía porque... Pero me dolía verla así.
Acaricie su cabello.
—No sabías que estaba embarazada...
—No lo sabía, y tú debes saber que el embarazo cambia a las mujeres —asenti— mi madre me regañaba cuando no hacía lo que me pedía.
Ella me trataba mal y yo no entendía porque... Incluso de la más mínima cosa me regañaba a veces no tendía mi cama, me gritaba y me decía palabras hirientes. Hasta que un día vino mi tia Helen, ella me dijo que iba a tener un hermanito y yo me senti terrible.
Salí de la casa y lloré, lloré mucho.
Detuvo el relato e intentó controlar sus lágrimas.
—Entonces empecé a odiar a Dan y... —sollozo— me arrepiento tanto...
—Eras solo un niño que no pensaba con claridad... —le dije
—Cuando Dan nació planeaba deshacerme de él. —sonrió.
—Él no tenía la culpa de nada.
—Yo creía que sí, por culpa de él mi madre me odiaba. Empecé a guardar rencor a Dany.
—Dylan...
—Por eso es que me enfurece cuando tiene esos ataques de miedo, a su edad yo tuve que enfrentar todos mis miedos solo.
—Porque eras solo, ahora él te tiene a ti.
—Él prefiere a papá.
—¿Como dejaste de odiarlo? —pregunté.
—Cuando papá salió de la clínica, le conté y me desahoge con él. Papá me aconsejó y me dijo varias cosas de lo que él había pasado con su hermano. Entonces yo no quería tratar mal a Daniel, porque es mi hermano y debería quererlo. Papá me hizo entrar en razón... Así que él nació y todos estaban felices de su llegada, menos yo.
Lo miré.
—Papá se dio cuenta de eso e intentaba que yo cargue y cuide de él, pero solo lo hacía por darle el gusto, así que un día mamá estaba cansada y no hizo de cenar, él salió con el auto para traernos algo de comer... Me dijo que lo acompañe pero su última palabra fue... Mejor quedate ayudando a mamá con Dany, enseguida vuelvo... Después de media hora mamá recibió una llamada —se le resbaló una lágrima— era la policia... Dijo que el señor O'Brien había tenido un accidente del cual no había resistido y murió en el acto.
Mamá destrozada cogió el teléfono y llamó a la Tía Helen para que venga a cuidarnos mientras ella iba con papá—acarició mis dedos— Desde entonces me prometí que cuidaria a Dan con mi vida, pero no puedo evitar los impulsos que me dan sus comportamientos...
—Lo siento tanto... —cogí su mano.
—Pero eso ya pasó... Ahora soy felíz contigo y sé que mi padre te puso en mi camino para que mis dolores reprimidos al fin cesarán.
Sonreí.
—Sabes que cuentas con todo mi apoyo, me encanta que confíes en mí, me encanta escucharte.
Sonrió y beso mi mano.
—Te amo. —me dijo.
Abrazó mi cintura y suspiró.
No sabía esa historia de Dylan y mucho menos lo mucho que había sufrido de pequeño.
Él parecía ser uno de esos chicos que lo tuvo todo y que apesar de ello seguía siendo el egocéntrico que no le falta nada y no sabe nada de sufrimiento, que todo lo obtiene fácil.
Pero no es así, todos tienen un concepto diferente del que se habla.
Y esque ellos solo juzgan sin conocer, sin saber que ha pasado en su vida pasada.
Ahora tengo muy claro que Dylan no es como los demás, es diferente igual que siempre me lo dice a mí.
No es el popular rico, con muchas chicas y creído por tener todo ello.
Todo lo contrario, agradece a la vida por tener lo que tiene y solo crea una imagen egocéntrica que cubra su dolor reprimido.
Definitivamente uno nunca deja de conocer a las personas.

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Espero q les haya gustado 💜
Siento la demora 😌.
A💕

Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora