Cap. 43 Trouble

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El camino hacía la casa de la abuela fue un poco largo, ya que tuvimos que detener el auto dos veces para que Dylan vomitara.
No me sentía segura cuando el conducía en ese estado.
Austin me llamó durante el transcurso del viaje y le dije que todo andaba bien e ibamos a llegar.
No le avisé a la abuela, porque quería darle una sorpresa.
Así que cuando llegamos, la sorpresa nos la llevamos nosotros.
—¡Jade! —tiré mi mochila y corrí abrazarla.
La casa que tenía mi abuela era muy grande y con un hermoso campo.
—¡Stevens menor! —gritó emocionada.
Nos abrazamos fuerte y es que esta vez la recordaba con claridad, es una prima que siempre vi de pequeña.
—¡Que linda estas! —me dijo.
—Gracias... También tú—miró hacía atrás
—¿Él es tu novio?
—Sí.
—Que guapo, Dios mío. —dijo y reí.
—Tuve mucha suerte de encontrarlo. —le comenté.
Él venía con las mochilas a paso lento.
Fui ayudarlo con Jade.
—Dylan ella es mi prima Jade, hija de mi tía Amy, hermana de mi madre. —le expliqué— Jade venía de visita, pero decidió vivir con la abuela y también se ocupa de ella.
—Mucho gusto. —estiró su mano.
—Bienvenido a la familia. —le dijo Jade.
Él sonrió.
—Vengan, les ayudo a desempacar. —nos dijo.
Cargó mi mochila y fuimos a la casa.
—¿Y la abuela? —pregunté.
—A veces pienso que es bruja. —comentó y río.
Miré a Dylan confundida.
—Te contaré; desde ayer por la noche estaba pensando en que cocinara hoy y yo le decía que cualquier cosa, pero ella como siempre se burlaba de mí y dijo que tenía que hacer un almuerzo especial porque sentía que tenía que hacerlo —contó— entonces ya empiezo a comprender todo.
—Ah... Espera. —interrumpió Dylan— ¿dices que ella sabía que vendriamos hoy?
Miré a Jade, ella asintió.
—Realmente me asombra todo esto... —comentó Dylan.
Jade río.
—Pues acostumbrate, que Stevens heredó esos dones.
Codee a Jade, de alguna manera es cierto lo que dice Jade, pero no quiero espantar a Dylan.
—¿Que...? —preguntó confundido.
Jade río aún mas que y entró a la casa.
Me miró esperando una respuesta, pero no dije nada más que sonreir.
Él se frustró y entro a casa.
—Así que la abuela ¿donde esta ahora? —le pregunté a Jade.
—En la plaza, dijo que compraría algunas cosas para adornar la sala. —contestó Jade.
—¿Si vamos a ayudarla? —preguntó Dylan.
—Pues... —miré a Jade— no lose...
—Pueden ir y yo voy avanzando con el almuerzo.
—Hmm... Esta bien. —acepté.
Entonces dejamos las cosas y fuimos a la plaza, las calles eran hermosas, se habían mejorado desde que me fui.
—Mira —señalé unas rocas— ahí soliamos jugar Austin y yo.
Él sonrió.
—Nos divertiamos mucho ahí... Ahora no lo encuentro nada de divertido.
—Es que los niños encuentran a cualquier cosa divertida. —dijo.
Y es cierto.
Seguimos caminando hasta poder llegar a la plaza, no estaba tan lejos de la casa así que con suerte alcanzariamos a la abuela.
—Estoy nervioso... —me dijo Dylan cogiendo mi mano.
—No debes estarlo, en absoluto. —dije tocando su mejilla— ella es una buena persona y así como eres... Le encantaras.
Él sonrió.
Era como si mis palabras le dieran seguridad.
—¿Le gustan las flores? —preguntó.
—Le fascina...
Entonces sacó su billetera y se acerco a la tienda de flores. Me quedé en shock mientras el caminaba hacia allá.
—¡Dylan! —corrí entre las personas.
—¿_________? —me dijo la persona con quien choque.
Lo ignore y entre a la floreria, Dylan ya había pedido un ramo de margaritas.
Y me dio una rosa de color café
—Es como el color de tus ojos. —dijo.
—Jamás había visto una rosa de este color.—le dije.
—En Londres encuentras todo. —reí a su comentario.
—Estamos en Londres... —susurre.
Es un sueño estar con el chico que amo en Londres, un sueño del cual no quiero despertar jamás.
—¡Estamos en Londres!  —exclamó
—¡ESTAMOS EN LONDRES! —le grité sonriendo.
—¡¡ESTAMOSSS EN LOOONDRESS!! —gritó y río.
La gente de nuestro alrededor nos miraban riendo y otras con cara de si están en Londres estúpidos.
Abracé a Dylan, es uno de los mejores momentos de mi vida a su lado.
Salimos de la tienda y fuimos a buscar a la abuela.
Pero enseguida recibí una llamada de Jade, avisandome que la abuela ya había llegado así que solamente nos tocaba ir a la casa.
—No se que decirle... —me detuvo en la puerta de entrada.
—Tú solo responde a las preguntas que te hará. —sonreí acariciando sus mejillas.
—No lose... ¿Podemos ir a otro lugar? Para prepararme mentalmente. —me dijo nervioso.
—Tuviste dos días para hacerlo. —le dije recordando que él me dio ese plazo de tiempo para explicarle a mi abuela sobre él.
En Ny, Dylan parecía estar muy tranquilo, pero realmente se siente muy nervioso ahora.
—Solo sé tu mismo ¿de acuerdo? —le dije.
—Que fácil suena... —bufo.
—Es que es fácil, cree en ti mismo. —fue lo último que le dije y le di un beso en su frente.
Él suspiró.
Sentía que alguien nos estaba observando, pero creo que solo son mis nervios y estoy imaginando cosas.
Así que tome valor y entramos a la casa.
Jade nos indicó que la abuela estaba en el establo, con los caballos.
Y es que el padre de Jade había hecho un negocio con un granjero y dijo que ahora tenemos tres caballos.
Fue la noticia más genial que me dio Jade.
—¡ABUELA! —la llamé desde la puerta trasera.
Ella estaba a varios metros de mí, así que corrí hacía ella.
Y cuando llegué me lancé y la abracé, la abracé muy fuerte.
—Mi niña... —dijo tocando mi mejilla
—Ahora lo recuerdo todo...
—Fueron días horribles, pero ahora estas mejor ¿verdad?
—Muchisimo mejor, te quiero. —dije.
Nos volvimos abrazar y llegó Dylan.
—Ah, abuela él es Dylan... —le presente.
—Que apuesto. —comentó.
Reí.
—Mi nieta me ha hablado mucho sobre ti... —dijo
—¡Abuela! —me queje.
Dylan me miró y sonrió.
Se estaba burlando de mí.
—A mi también me habló mucho sobre usted. —le dijo.
—Somos importantes en su vida. —se burló mi abuela.
Dylan sonrió, no se veía para nada nervioso.
—Me alegra que estén aquí —dijo mi anciana favorita— vayamos a la casa que ya debe estar el almuerzo.
—Tenía muchas ganas de conocerte Dylan. —Le dijo.
—Yo también señora. —le dijo Dylan.
Reí, mi abuela odiaba que la llamarán señora.
—Hijo, llámame abuela o anciana —el río— de todas maneras me dirás anciana a mis espaldas, así que prefiero que me lo digas en la cara.
Reí.
—__________ siempre me lo dice. —se quejó mi abuela.
—Y varias veces me atrapó. —le comenté.
—Esta bien... Abuela. —sonrió.
Dios es tan tierno.
Entramos a la casa y ayudé a Jade a servir el almuerzo.
Dylan le dio el ramo de flores a lo que mi abuela beso su cabello.
Era como ver a un pequeño niño con su abuela favorita.
—Muchas gracias hijo, me encanta las margaritas. —agradeció mi abuela.
—¿Como lo sabías? —le pregunté a Dylan.
Él alzó los hombros sin entenderlo.
—Solo seguí a mi instinto —fue sincero.
Reí y le indiqué que se sentará, ya en el almuerzo...
—¿Y como se conocieron? —preguntó Jade.
—Pues... Vamos a la misma universidad —le dije.
—Un día nos tocó hacer grupo y ella me pareció muy interesante. —dijo él.
—Nos detestabamos... —le dije.
Mi abuela río.
—Ella me detestaba, yo adoraba hacerle enojar.
—Nuestra relación no empezó de la mejor manera que digamos... Pero poco a poco nos dimos cuenta de lo sentíamos el uno por el otro. —expliqué.
—Sabes que... Así empezó la historia de tu madre con tu padre. —me contó mi abuela.
Me sorprendí al oír eso.
—¿Que...?
—Cuando tu madre llegaba de la escuela me decía que no lo soportaba y que estaba harta que la siguiera —sonreí— tú padre era muy egocéntrico y no admitía que estaba enamorado de tu madre.
—Él siempre fue orgulloso. —le dije.
—Ella también lo era, así que la historia se vuelve a repetir. —dijo mi abuela.
Dylan tomó mi mano.
—Dylan... ¿y tus padres saben que ustedes estan juntos? —preguntó Jade.
—Mi padre murió cuando era pequeño, pero mi madre, mi primo y mi hermanito saben que estoy con ella. —respondió.
—Lamento lo de tu padre. —dijo mi abuela.
—No se preocupe, __________ hizo que todo mi dolor cesará.
Mi abuela sonrió.
—¿Y tienen planes juntos? —preguntó mi abuela.
—Pues... Nuestro primer plan juntos era venir a verte —contesté
—Yo tengo muchos planes con ella, pero no se si estará dispuesta a hacerlos conmigo. —dijo Dylan.
—Te aseguro que sí cariño. —le dijo mi abuela.
Dios mi abuela me conoce tan bien.

Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora