El dolor de cabeza fue inevitable el día siguiente, mi abuela solo se burlaba de nosotros por las caras que traiamos, nos dio café y una pastilla para el dolor de cabeza.
Recuerdo cuando llegamos en la noche, todo el camino estuve cantando Yellow con Dylan, fue maravilloso.
Dylan se cayó en la escalera jajaja, y hasta ahora me burlo de él.
—No soporto mi cabezaaa —se quejó Dylan.
—Ya, baja la voz que la mía aún esta sensible —se quejó Jade.
—Eso les pasa por beber en exceso, quien les manda chicos... —les dijo mi abuela
—Abuela son cosas de adolescentes... —le dije.
—Y mira adolescente la cara que traes Dios mío —río.
—Abuela ¿puedo ir a la casa de Ethan? —le preguntó Jade.
—Jade, ya te dije que no tienes que pedir permiso hija, solo avisar si te demorarás. —ella sonrió.
—Entonces me voy a cambiar. —salió de la sala.
—¿Que les parece salir al jardín? Talvez los rayos del sol les haga bien un poco.
Asentimos.
Salimos al jardín mientras mi abuela arreglaba sus flores.
Puse mi cabeza en las piernas de Dylan mientras el estaba echado en el gras con unos lentes negros.
Parece que esta durmiendo.
—Hey... —lo llamé
—¿Hmmm...? —preguntó.
—¿Estas durmiendo? —pregunté.
—Eso intento...
—No duermas... —levanté mi cabeza de sus piernas.
—¿Porque?
—Ya se me esta pasando el dolor de cabeza... ¿porque no salimos? —le pregunté.
—Ahora no... —se quejó
—Por favor... —le pedí.
—Vaya muchacho, no seas aburrido. —le dijo mi abuela.
—Dylan... Please...
—Hoy aperturan los juegos de la plaza. —comentó mi abuela.
—¿Enserio? Creí que sería en dos semanas. —le dije.
—Es hoy amor. —me contestó mi abuela.
—Abuela ¿aún tiene más de esas pastillas? —le preguntó Dylan.
Mi abuela sonrió y asintió.
Estaba aceptando ir a la plaza.
—¿Vamos abuela? —le pregunté.
—No hija, vayan ustedes, diviertanse.
—Vamos abuela, no sea aburrida. —le dijo Dylan.
—Esta bien... —aceptó ella— me voy a cambiar.
—También yo. —dije.
—Yo me quiero bañar, así les doy más tiempo, especialmente a Stevens.
—Estas insinuando que me demoro mucho —le dije.
—No... —río.
—¡Abuela! —la llamaron.
Giramos los tres y era un chico montado en un caballo que venía desde lejos.
—Vayan alistandose, ahorita entro —nos avisó la abuela.
Me levanté y luego ayudé a Dylan hacerlo.
—Solo ponte algo ligero, no quiero que mi chica robe miradas. —me dijo Dylan.
—No traje un vestido como el que tiene tu "amiga" Leanna —reí— así que no te preocupes.
—Muy graciosa... —se quejó— hablo enserio...
—También yo... —contesté.
Él suspiró.
—Me duchare, no espies por favor. —me dijo y reí.
Dylan a veces es tan insoportable.
—Te quiero. —dijo desde la ducha.
—Ya bañate, estaré abajo. —le dije y escuche su risita.
La abuela nos había dado dos habitaciones.
Dylan dormía solo en el segundo piso, donde antes era la habitación de Austin y yo dormía con Jade en una habitación.
A veces la tía Amy venía a quedarse por varias semanas entonces consiguieron otra cama, para que Jade duerma con su madre.
Y mi abuela dormía sola.
La habitación de papá estaba intacta y cerrada.
Entre a mi habitación y saqué algo de ropa que traje, un short hasta más arriba de las rodillas con mis zapatillas negras, un polo ligero y estaba lista.
Até mi cabello al costado. Mi teléfono sonó, seguro es Austin.
—¿Hola...? —atendi, es un número desconocido.
—¿Austin...? —pregunté
—No... —susurró.
—¿Con quien hablo...? —pregunté.
—_________...
—¿Como demonios sabes mi nombre?
—...
Colgué.
¿Como rayos sabía mi nombre y porque no me dijo quien era?
—Hija ¿ya estas lista? —preguntó mi abuela entrando a la habitación.
—¿Pasa algo? —volvió a preguntar.
—No, no, nada...
—Te ves consternada...
—Nada abuela, solo me quedé pensando en papá.
—Bueno, ¿me ayudas a elegir algo para ponerme?
—Claro.
Fuimos a su habitación y busqué en su armario para ver que podía ponerse.
Pero aún no salía esa llamada de mi cabeza, no es la primera vez que me hacen esto.
De echo solo lo hacían en NY, pero aquí, aquí no tendría sentido.
No creo que sea en quién estoy pensando, porque enrealidad sería imposible.
Ya todo se acabo y no tiene caso que empiecen las llamadas anónimas.
Empecé a tomar atención lo que la abuela me contaba y le escogí un vestido suelto y sencillo, para el sol que hace esta tarde esta bien.
Dylan bajó duchado y cambiado para irnos.
Caminamos hasta la plaza, mi abuela y Dylan hablaban plácidamente.
Recibí una llamada de Jade en el camino.
—¿Como estás? —preguntó.
—Mejor, estamos yendo a la plaza para ver la abertura de los juegos.
—Esta bien, yo salí a comer con Ethan y unos amigos, avísale a la abuela porfa.
—Se lo diré, cuidate.
—Ok también ustedes.
Colgó.
—Jade saldrá a comer con unos amigos, abuela.
—Esta bien mi niña, que disfrute ya que ustedes estan aquí.
—¿Ella no sale con frecuencia? —le preguntó Dylan.
—La verdad es que no, se la pasa ayudándome y yo quiero que disfrute de su juventud, no quiero que se sienta presionada de cuidar a una anciana. —dijo.
—Ella la cuida porque la quiere. —le dijo Dylan.
Sonreí.
—Y no se siente presionada, porque lo hace con cariño, ella siente que debe hacerlo porque quiere verla bien, no porque sienta presión.
—Aparte de apuesto, muy sabio. —dijo mi abuela y reí.
Dylan sonrió.
—Compraré algo para comer. —les dije.
Ellos aceptaron y me fui. Se me antojaban muchas cosas, algodón dulce, manzana dulce, ponche, helados... Etc.
Amaba los helados de Londres.
Así que compre primero algodón dulce.
—Stev... —me llamo.
Su voz... Es su voz, la voz del karaoke.
Él que cantó la canción.
Giré a verlo, es él.
Todos mis recuerdos con él se llenaron en mi mente, pero ahora no sentía cariño ni amor, sentía rabia, ira por haberme mentido cuando perdí la memoria.
Por intentar que olvide a Dylan y lo elija a él.
Todo lo que hizo, me hizo daño, provocó mi accidente, perdí la memoria, olvidé y traté mal a Dylan, no recordé a mis amigos, a mi familia, pero él solo pensaba en si mismo, al igual que cuando se fue y me dejó.
—Will... —susurre.
Apenas podía pronunciar su nombre.
—__________... ¿que haces aquí? —preguntó.
—¡Que haces tú aquí!, acaso me estás siguiendo.
Él sonrió.
—No, no pienses eso... No soy un psicópata.
Cambie mi mirada.
—Solo... —se detuvo, lo miré— sé que te debo muchas explicaciones... Y estoy dispuesto a dartelas todas.
—Ya no me interesa saber porque te fuiste DOS veces.
—Stev por favor... —pidió— necesito explicarte.
—Will...
—Quiero que seas felíz y quiero dejarte ir... Sé que me equivoqué, pero quiero remediarlo.
—No hay nada que remediar, todo se acabo.
Admito que me da curiosidad saber la razón por la que se fue, apareció y me volvió a dejar pero mi orgullo no me permite escucharlo.
Después de todo el daño que me ha causado no se que espera de mí.
—Tengo que irme. —salí de ahí pero el estaba siguiendome y llamandome.
—¡Stev solo escuchame! —me dijo.
—¡Dejame en paz!
—Yo sé que quieres saber lo que paso y estoy seguro que te lo explicaré y... Te dejaré en paz.
Suspire
—Por el amor que un día me tuviste... —pidió
—No te atrevas a decir eso que me enfurece más. —Giré a verlo molesta.
—Dejame explicarte por favor... No ahora... Pero dejame hacerlo...
Lo pensé por unos segundos, él ancioso esperaba una respuesta.
Pero no estaba segura de lo que iba a decir, talvez esto traiga más problemas o finalmente se termine todo y pueda estar tranquila con Dylan.
De alguna manera esto afectará a nuestra relación.
—¿Donde...? —finalmente acepté.
—Ten... —me dio un papel.
Lo abrí y tenía una dirección.
—Si te hace sentir mejor puedes llevar a Dylan. Te esperare...
Se giró para irse.
—William... —lo llamé él giró sonriendo.
—Solo me llamas así cuando estas enojada.
—¿Tú fuiste quien me llamó? —pregunté.
Recordé la llamada de hoy y tenía que sacarme esa espina.
Asintió.
—Quería asegurarme que la linda chica que chocó ayer conmigo fueras tú.
Sonrió y se fue.
Seguí mi camino en busca de Dylan y la abuela, realmente estoy muy desconcertada.
No puede ser lo que estoy viviendo ahora.
Se supone que vine a Londres para relajarme y presentar a mi novio a la abuela.
Pero como siempre, Will es tan inoportuno.
—Hey! Demoraste mucho... —me dijo Dylan
—Si, esque no encontraba lo que buscaba...
—¿No encontrabas? ¡pero si aquí hay de todo! —dijo emocionado.
—Vi unos carritos chocones que te gustarán, ¡porque a mi me encantaron! ¡Tenemos que subir ahí!
—Mi niña, ¿donde estabas? —se acercó la abuela.
Solo quería irme a casa y estar sola.
Mi abuela se dará cuenta de que algo me pasa al igual que Dylan y no sabré que responder.
—¿__________ estas aquí? —preguntó él.
Lo miré.
—Quiero ir a casa... —le dije.
—Pero acabamos de llegar... —me dijo.
—No me siento muy bien... —menti.
Mi abuela me miró.
—Bueno... —suspiró— entonces es mejor ir a casa.
Sé lo contento que le ponía a Dylan los juegos y la comida de la plaza, pero estaba haciendo un esfuerzo por mí y es que el sabe como enamorar cada vez más.
—¿Que te parece si mejor vamos a ver a tu madre? —preguntó mi abuela.
No lo había pensado.
—Es cierto... —susurre.
—No la veo hace dos semanas. —dijo.
—Entonces vamos a tu madre —dijo Dyl— no quiero regresar a casa aún.
Salimos de la plaza y tomamos un taxi hasta el cementerio.
Afuera habían varias florerias así que compramos dos ramos.
Entramos y buscamos la tumba de mi mamita.
La extrañaba tanto...
—Hace unos días la soñé —dijo mi abuela— estaba muy linda con un vestido rosado pastel, me decía que ya es hora de dejarla ir...
—¿Aún lloras por ella? —pregunté.
—Siempre la pienso y rezó en las noches por ustedes y por ella.
—Hace mucha falta ¿no? —dije sonriendo y viendo su lápida.
—Fue una buena chica, hija, hermana y madre.
—Y... Esposa y amiga. —complete.
Dylan cogió mi mano.
—Lo importante es que ahora las cuida desde donde está. —dijo Dylan.
—Yo la vi en mis sueños... —solté— cuando estaba en coma...
Ambos me miraron sorprendidos.

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Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y Tu
FanfictionHabía pasado meses sin volver a verlo, extrañaba pasar tiempo con él. Pero creo que él no amaba eso, simplemente se fue.. Sin despedirse y sin decirme a dónde iba. Esta vez estaba segura que no tendría a un nuevo amor. Porque desde que él se f...