Cap. 51 Noches de desvelo

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Pov's Dylan
Que inoportuno fue la llegada de Charlie.
No puedo creer que me haya echo viajar de Londres a New York.
Estabamos en plena presentación de la película hasta que Thomas me dijo que Stevens iba a dar a luz.
Mi reacción fue salir de ahí, al salir los periodístas me llenaron de preguntas.
Pero para todas ellas, había una sola y convincente respuesta.
—Disculpen, pero tengo que volar a NY —les dije sonriendo— mi hijo nacerá.
Todos despejaron mi camino y pude tomar el taxi camino al aeropuerto.
Una vez que llegué a la clínica, Stevens aún estaba en una habitación.
Estaba con las malditas contracciones que la hacían sufrir mucho, pero mi mujer es valiente.
—¡Mi amor! —entré corriendo y la abracé.
—Dios, viniste. —me dijo sorprendida
—Como no, tuve que salir como sea de allí.
—Creo que ya viene —soltó un grito— ¡Llama al médico!
Salí de la habitación y me choque con Claire y su bebé en brazos.
—Lo lamento.
—¡Dylan viniste! —se sorprendió también
—Stevens ya dará a Luz. —le dije.
—El doctor esta por allá —señaló con la mirada— ya avisé al padre y a la abuela de Stevens.
—Perfecto —corrí por el pasillo para alcanzar al doctor.
Dios esta situación contiene demasiada adrenalina, más que Maze Runner.
—¡Doctor, mi esposa ya va dar a luz!
—Oh.. Ahí vamos, enfermera alista a la paciente por favor.
Y dentro de unos minutos llegaron la familia de Stevens y mi madre.
Dani se quedó con Luke y Jade.
El momento más feliz de mi vida, fue cuando desperté de mi desmayo al ver a mi hijo en brazos de esa enfermera.
—Buen trabajo hija —le dijo el médico— es un hermoso niño.
Sonreí y miré a ___________, estaba sudando y llorando de alegría igual que yo.
—Te amo. —le dije.
Ella lloró aún más y le di un beso.
Ahora Charlie ya tiene un par de semanas y es muy tranquilo.
Todos en la familia lo aman y ¿quien no lo haría?
Es adorable.
—Amor, ¿cuidas un rato al bebé?, voy a bañarme —me dijo Stev
—Sí cielo. —respondí.
Vi a mi hijo que dormía plácidamente en su cuna.
—Ojalá tengas la sonrisa de tu madre. —le dije.
Le tomé una foto y lo guardé.
Al principio no creía para nada en el amor, nisiquiera pensé que existía.
Hasta que conocí a Stevens, pero el nacimiento de Charlie me hizo creer aún más que el amor es verdadero y si existe hasta en el corazón más frío que exista.
La otra semana retomaria la gira, pero no quiero separarme de ellos.
Ahora que Charlie esta con nosotros no quiero separarme de él.
Le tengo un amor infinito
Por ahora solo duerme en las mañanas y pocas veces tiene sus ojitos abiertos.
Y es porque recién esta pequeño.
—¿Que quieres hacer hoy? —pregunté entrando a la habitación.
—¡Dylan estoy cambiandome! —me regaño
Reí.
—Ya te he visto desnuda cariño. —la abracé por la espalda.
—Pero no después de dar a luz —giró a verme— seguro debo estar horrible.
—Oye —cogí sus mejillas— eres la mamá más hermosa que he visto —ella sonrió— eres una mamacita.
Soltó una carcajada y puso sus manos alrededor de mi cuello.
—Lo dices solo porque soy tu esposa.
—Hmmm... Sí, pero también porque estoy loco por ti. —empecé a besar su cuello.
—Dylan... —rio, ese era su punto débil.
—Amor... No hemos tenido una noche juntos hasta ahora...
—Jajaja —río
—Que te parece sí...
El llanto de Charlie nos interrumpió.
Suspire.
—¿Mejor vas a ver al bebé? —completó— si, de acuerdo.
Contesto y río.
Le di un último beso y fui por él.
—Veamos campeón —lo saque de la cuna— ¿que sucede?
Lo acomode en mi brazo y empecé a caminar alrededor del cuarto.
—Cariño, tienes que guardar silencio... Para que mami y papi puedan estar solos por un momento —le pedí— cuando seas grande me entenderás.
Sonreí y bese la frente de mi hijo.
Aún tenía un pequeño hoyuelo en su cabeza, lo que todos los bebés tienen de echo y se siente demasiado gelatinoso.
Hasta tengo miedo de apretarlo y deformar su linda y pequeña cabezita.
—¿Como están mis hombres de la casa? —preguntó ella entrando a la habitación.
Gire a verla con Charlie en brazos.
—Tenemos una charla de padre e hijo. —le dije.
Ella sonrió y me abrazó por detrás.
—Te ves tan hermoso así... —dijo.
La miré sorprendido, ella jamás había me había dicho hermoso.
Aun que sabía que lo pensaba.
—Que bueno que sepas apreciarlo —le dije ella río.
—Mejor me voy a preparar la cena... —dijo saliendo de la habitación.
—¿Que te parece si salimos esta noche? —pregunté saliendo detrás de ella con el bebé en brazos.
—¿Hablas enserio? —preguntó incrédula— ni loca dejo a mi bebé solo.
Stevens se había vuelto una loca mamá.
—No lo dejaríamos solo... Podemos decirle a mi madre que lo cuide. —le di una idea.
—No quiero incomodar a tu madre, Dylan. Además estará trabajando.
—Amor, también esta tu padre, tu abuela, Claire y Thomas...
—Ellos deben estar ocupados con su bebé.
—Jane y Tyler... —lo pensó
—No lo se Dylan, no quiero alejarme de él.
—Solo serán un par de horas...
—¿Solo un par de horas...? —sonrió de lado.
Oh no, esa es una sonrisa malvada.
Se le estaba ocurriendo algo que me daba miedo.

Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora