Ni bien el avión aterrizó, Dylan bajo corriendo y vómito en la autopista.
Lejos del avión y de los pasajeros.
Cogí las mochilas que estaban sobre nosotros y fui hacía él.
—¿Estás bien? —pregunté tirando las mochilas.
—Perfecto... —dijo con sarcasmo.
Le di papel para que se limpiara su boca y agua.
—Bien, vayamos al hotel.
Cogí las mochilas y camine con él.
—Me hubiera gustado pasear por la noche, pero debido a tu estado, mejor tomemos un taxi directo al hotel.
Él asintió.
—Gracias por entender. —me dijo apenas.
Al salir del aeropuerto pare un taxi quien nos llevó directo al hotel.
Dylan aún no estaba en su 100% así que no podía exigirle que salgamos a pasear por las calles de London, aun que a mi me encantaría, pero no puedo dejarlo solo en la habitación.
—Puedes descansar ahí. —le dije señalando la cama.
Él asintió y se echó.
—Iré a recepción a pagar lo que resta y reservar nuestra cena.
—Esta bien. —respondió.
Salí de la habitación y fui a pagar todo, aproveché en llamar a mi padre y avisarle que ya habíamos llegado a la ciudad.
Mañana por la mañana iremos a Bradford con la abuela.
Alquilaremos un auto que Dylan conducirá ya que aún no tengo licencia.
Papá tiene a un conocido así que me dijo que el auto estará aquí en la mañana.
Son las tres de la tarde, que se supone que voy hacer con un novio mareado y mal en la habitación.
Aprecio tu esfuerzo Dylan, pero el avión es su debilidad.
No me quiero ni imaginar como nos irá en el regreso.
Guardé mi teléfono y fui a la habitación.
Dylan estaba dormido, lo tape con la colcha y le di un beso.
No me sentía tan cansada como en los demás viajes que hacía con mi padre.
Así que tomé una ducha caliente y relajada.
No tardé mas de media hora, me puse mi ropa interior y envolvi mi cabello y mi cuerpo con una toalla.
Busqué entre mis cosas mi crema para el cuerpo, y terminé encontrando mi libro favorito.
Las ventajas de ser invisible.
Como es que llegó esto aquí.
—Claire... —pensé.
Me puse un short y un polo de Dylan.
Me senté en la silla que había al costado de la cama y me puse a leer.
Es la tercera vez que lo leo y es que me encanta.
Me encantaba la química que tenían Sam y Patrick, a pesar de ser hermanastros.
Si yo tuviera un hermanastro, no se que haría, pero lo primero que no haría es convertirme en su amiga.
Me gusta mucho el nombre de Charlie, no lose, suena atrevido, seguro y a la vez confiable.
Si algún día tengo un hijo estoy segura que elegiría ese nombre.
Dos horas después...
—¿Donde estamos...? —preguntó Dylan.
—En el hotel... —conteste sin despegar mi mirada del libro, estaba solo a una página de terminar el libro por tercera vez.
—Agua... —pidió.
—Al costado hay una botella. —le dije.
Él me miró extraño y luego se dio cuenta que estaba leyendo mi libro favorito, así que no interrumpió mi lectura.
—Me dieron ganas de salir. —me dijo acercándose.
—Que bueno...
Él me quitó el libro.
—Hey!
—¿Salimos? —preguntó sonriendo.
—¿Ya te sientes mejor? —pregunté.
—Pues sí, quiero ir a comer y luego a tomar un poco... —me dijo cogiendo mi cintura.
—Bien, entonces duchate, cambiate y nos vamos. —le dije.
Él sonrió.
—Te lo ganaste. —me devolvió mi libro y me dio un beso.
—Termina de leer mi Ángel y luego nos vamos.
Se fue a la ducha mientras yo sacaba algo que ponerme, la verdad es que no empaque un vestido para salir esta noche.
Así que saque algo casual, un jean negro, zapatillas negras, con las que vine, un polo de tiras suelto y deje mi cabello suelto.
Dylan tardaba en salir así que continue con mi lectura.
Pero me interrumpió su teléfono.
—¿Porque rayos no apagaste tu teléfono? —le grité.
—¡Solo responde y di que estoy ocupado! —me dijo.
—¿Hola...? —atendi, es un número desconocido.
—¿Dylan...? —respondió, es una mujer.
—Ahmmm... Dylan ahora no puede responder ¿de parte de quien? —pregunté.
—¿Tú eres su novia? —preguntó.
—Si, ¿y tú quien eres? —pregunté.
—Dígale que soy Sophia, Adiós.
Y colgó.
¿Quien rayos es Sophia? Y porque tenía que estar llamando a Dylan.
—¿Quien era? —preguntó saliendo de la ducha.
Una toalla estaba atada en su cintura, tenía todo el cuerpo mojado.
—Aghh... ¿Puedes secarte? —me queje.
Él río.
—Antes no te incomodaba verme así. —sonrió.
—Ahora sí —le dije enojada.
—¿Que pasa? Dime quien era...
—Una tal SOPHIA. —le dije seria y tire su teléfono a la cama.
—Ah... —sonrió— ¿Y que te dijo?
—NADA, solo quería hablar contigo...
—¿Y por eso te enojas? —preguntó sonriendo.
—No seas idiota.
—Vamos... —se acercó a mí— no te enojes...
—Sueltame... —puse mis manos en su pecho para que no se acercará más a mí.
—¿Porque eres tan celosa Stevens? —preguntó riendo.
Odiaba que hiciera eso, se estaba burlando de mí.
—Te espero en recepción. —me safe de su agarré y salí de la habitación.
—¡LOCA! —me gritó desde adentro de la habitación.
¿Pero quien rayos se ha creido? ¿Porque no me decía quien demonios era Sophia? ¿Y porque lo tiene que estar llamando por la noche? ¿Y porque Dylan no tenía guardado su número? ¿Y como sabía que yo era su novia?
Demonios!
—¿Todo bien? —preguntó.
Gire a ver, el chico de recepción me habló.
Asenti.
—Parece ser lo contrario... —sonrió.
—¿Porque los hombres son tan idiotas? —le pregunté frustrada
—No lose. —dijo.
Me sorprendí con su respuesta, esperaba que me dijera no todos o no generalices.
—Hay veces que son tiernos y lindos y otras donde son completamente idiotas —me queje— como si les pagaran para portarse y verse como idiotas.
Él río.
—Es cierto, hay veces que no saben lo que quieren o te ocultan cosas...
—¡Exacto! —afirme.
—Piensan que no queremos saber cada detalle de ellos, pero es falso, nos interesa todo. —siguió.
—Se supone que deben confiar en nosotros ¿verdad?
—Si, pero solo les importa sus malditos amigos. —ok él se esta saliendo del tema.
—Vaya... No pensé encontrar a alguien que piensa como yo —sonreí— y menos un hombre
Él río.
Como si lo que hubiera dicho fue un chiste para él.
—No te diste cuenta ¿no? —preguntó.
—¿A que te refieres? —pregunte confundida
—Amiga, soy gay. —me dijo.
Me quede totalmente asombrada, es un chico guapo y jamás creí que sería gay.
—No me di cuenta... —le dije.
—Esa esa idea, no lo hago notar pues este empleo tiene ciertas políticas y ya sabes...
Asenti.
—Debe ser muy duro para ti. —comenté.
—Pues al principio sí, ahora tengo algunos compañeros que son mis amigos.
—Me alegró por ti.
—Soy Louis. —se presentó.
—_________ —reí— ¿Sabes? Mi segundo nombre es Louise.
—¿Enserio? —reí— ¿te molesta si te llamo Louise?
Me pones en aprietos Louis.
—O almenos Lou. —sonrió.
—Claro, esta bien.
—Ya estoy aquí ¿nos vamos? —preguntó Dylan.
—El susodicho —dijo Louis.
Asenti y reí.
Dylan lo miró confundido.
—Adiós y suerte. —le dije y salí del hotel.
Dylan venía detrás de mí y es que aún me sentía un poco enojada.
Él cogió mi mano y acarició mis dedos, siempre hacía eso cuando se sentía culpable.
—¿Quien era él? —preguntó.
—Louis. —respondí.
—¿De donde lo conoces?
—¿De donde conoces a Sophia? —pregunté.
Él sonrió.
—¿Enserio, Harás esto? —preguntó.
—No es una broma Dylan, ¿porque no quieres responderme?
—Pues... Porque no debo.
—¿Porque? —insistí.
Él suspiró.
—Solo es una persona con la quien estoy haciendo un negocio. —dijo.
¿Negocio?
—¿Que tipo de negocio?
—Stevens... —se quejó.
—¿Desde cuando te guardas secretos Dylan?
—Mi amor, te juro que te lo diría para evitar una discusión contigo, pero por ahora no puedo —me miró a los ojos— quiero que lo entiendas por favor... Y no te enojes conmigo.
Suspire.
—Te amo y quiero que confies en mí como yo lo hago en ti.
—Dylan...
—Por favor... Te lo diré, te lo prometo. Pero no ahora ¿si?
Dios, sus ojos me convencían, me decía que no era nada malo y que tengo que confiar en él.
—Está bien. —le dije.
Él sonrió y me abrazó
—Esa es mi chica.
—¿A donde iremos? —pregunté.
—Pues tu conoces la cuidad, llevame a donde quieras... —dijo— soy tuyo esta noche.
Sonreí y le di un beso.
—Pero aún quiero una explicación de ese tal Louis. —se quejó.
—No te lo puedo decir, no ahora ¿si?. —lo imite.
—Oye! —reí y seguimos caminando.
Entramos a una cabina telefónica, solo porque Dylan nunca lo había echo.
Y la verdad es que yo tampoco, a pesar de venir muchas veces aquí.
Fue una nueva primera experiencia juntos. Luego caminamos cerca de una playa, para poder llegar al big bang.
Dylan quería verlo de cerca y quería una foto para que se lo enseñará a Dan.
La noche cada vez se volvía mágica, encontramos a un chico con su guitarra cantando una canción de Ed sheeran.
—This feels like falling in love
Falling in love, We're falling in love —cantó Dylan en mi oído.
(es como si me enamorara
Me enamorara, nos enamoramos)
—Settle down with me
And i'll be your safety, You'll be my lady
(quedate conmigo
Y sere tu guardián, tú serás mi princesa)
Sonreí y le di un beso.
Sacamos algunas monedas y le pusimos en el estuche de su guitarra.
Seguimos caminando hasta llegar a nuestro destino y finalmente irnos al hotel para descansar.
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Escuchen la canción en multimedia, es hermosa 😍
A💕
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Mi Ángel Sin Alas Dylan O'Brien Y Tu
FanfictionHabía pasado meses sin volver a verlo, extrañaba pasar tiempo con él. Pero creo que él no amaba eso, simplemente se fue.. Sin despedirse y sin decirme a dónde iba. Esta vez estaba segura que no tendría a un nuevo amor. Porque desde que él se f...