Los códigos de la amistad

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Sentía mi cara calentarse y una loca adrenalina que impulsaban a mis pies a querer correr en un maratón hasta mi casa. Estaba extremadamente inquieta que incluso no podía quedarme sentada sin que mis pies reboten una y otra vez

Observé como Percy subió encima de los asientos de su moto negra con gran estilo rezumbando sensualidad cada poro de su ser, traía puesta una sonrisa ladeada y con una patada, arrancó con estruendo la motocicleta llamando la atención de casi todos los estudiantes del lugar. Tal vez, eso era lo que quería, ser el objetivo de atención de todos los alumnos y especialmente de las alumnas bonitas de cortas faldas.

Intercambio algunas palabras con Nico di Angelo un momento, quien estaba parado cerca suyo, hasta que un todoterreno de color negro majestuoso, se detuvo en la vereda cerca de ellos.

Un hombre de edad media de piel muy blanca, con un traje puesto que parecía importada de Italia misma. Bajó del auto y abrió la puerta trasera esperando pacientemente. Nico se despidió de Percy con un gesto vago de su cabeza y apuntándole el pecho con un mirada seria, luego se subió de manera elegante dentro del auto que venia a recogerlo.

Parecía un mafioso, teniendo en cuenta que era italiano, tal vez no estaba muy lejos de la verdad, Tal vez sea hijo del Padrino de esas películas viejas. ¿Tal vez le gusten los gatos?

¿En serio, Annabeth? Estaba delirando, hasta mis pensamientos se encontraban en un revoltijo dentro de mi cabeza.

Estaba mirándolo aún, y entonces los ojos de Percy giraron hacia mí, di un pequeño respingo al ser atrapada de curiosa.

Una calle nos separaba, pero la intensidad de sus peculiares ojos era suficiente para hacerne sentir cohibida.

_¿Te llevo; Anni?_ Gritó. En el acto haciendo que murmullos se levantaran entre nosotros interesados repentinamente entre nuestra interacción.

No podía aceptar la invitación. Sería demasiado indecente de mi parte para un primer día encima.

_Gracias, pero tomaré el autobús.

_Está bien, nos vemos por allí entonces. - Me guiño un ojo e ignorando a todos, se puso un casco negro que ocultaba todo su rostro, y se largo del estacionamiento chirriando las ruedas.

_Qué apresurado. _ Murmure entre dientes. Siendo franca había esperado una conversación más larga con él. Me gustaba su voz. Era cadenciosa, baja... Y, Dios mío, noté lo donde iban mis pensamientos, qué patética. Supéralo, Annie, es solo un chico demasiado apuesto para ser justo, y que te salvo de ser violada solo la noche anterior.

Miré con pena donde había desaparecido el chico punk, y arrastrando los pies, me dirigí en la parada esperando que mi suerte empezará a cambiar.

A lo lejos desde mi asiento, podía ver a Drew subirse al auto de un chico apuesto de pelo castaño. Le dio un beso en la mejilla y una mirada que... ojalá no hubiera visto para mi salud mental. Qué molesto era todo esto, y apenas empezaba el año.

A lo lejos podía ver a los Stoll's moviendo papeles al aire, y una que otra vez intercambiando dinero sospechosamente. ¿Pero de qué se trataba todo eso?

No obstante, sentía demasiada flojera para acercarme y preguntar.

_¡Hey Annie!_Salté del susto. Era Piper quién se acercó manejando un bonito convertible amarillo con Hazel en el asiento copiloto.

_¿Tendrás un poco de acción para hoy? _ Sonrió ella, con voz juguetona. - Qué placeres oscuros gozan las rubias, siempre tuve curiosidad de saberlo. - Sonreí de vuelta, apartando un mechón rubio detrás de la oreja.

PERCY PUNK - PERCABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora