Madre mía.

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-¿Dónde dejaste tu vestido?- Dice como para cambiar el ambiente.

-En mi  habitación. Bien escondido y con perfume a nuevo. - Le respondo divertida.

-Ow. -Se lamenta soltando un largo sonido lastimero. - ¿Y sí me lo muestras? - Hace un mohín muy tierno con las labios, y casi caigo. Casi.

-¡Lo haría! Pero como me encanta llevarte la contraria, nop. - Le sonrió en tono confidencial. - Es sorpresa, tendrás que esperar como el resto.

-Qué mala eres listilla. - Me acusa negando la cabeza.

-La maldad nutre mi corazón. - Le respondo con dulzura.

-Y...- Empieza indeciso. -¿Ya tienes pareja para el baile? Se me están viniendo a la mente varias formas de torturas gregorianas.

Pienso en qué podría mentirle, y decirle que tenía como pareja a unos de esos chicos apuestos parecidos a los hijos de afrodita, peeeero como que la mentira tiene patas cortas y Percy las tiene muuuy largas...

-Estoy más sola que no sé qué. - Respondo simplemente despreocupada.

-¡Qué bien! - Suelta en un impulso. Me incorporó y lo fulmino con la mirada.

Él se pone colorado.

-Perdón, pero es que los tipos del colegio todos son de cuidarse la espalda. Los conozco Annabeth he convivido más tiempo con ellos que tú. Y no sabes la clase de conversaciones repulsivas y asquerosas que tienen sobre cada chica del instituto.-

-Son chicos siendo chicos Percy. Las mujeres lo hacen también y son más crueles.-

-Ya sé, pero es que de verdad  llega un punto en que se pasan de la raya. Nadie se les escapa. - Agarra una almohada y se tapa la cara con  ella.- No sabes las peleas que tuve acerca de eso.-

Momento de silencio.

-Bueno... No hay de qué preocuparse ya que estoy totalmente libre. - Confieso poniendo una mueca incómoda.

-También eso es malo. - La voz de Percy suena amortiguada por la almohada sobre su cara. -Estarás sola e indefensa.-

-Oye, no me ofendas. - Reprocho frunciendo el ceño. ¿Cómo que indefensa? Estaba segura que incluso yo terminaría salvando su trasero al final del día. 

Sus hombros rebotan y creo que es por una risa. - Oh sí, casi se me olvida la gran patada olímpica que diste a uno de esos imbéciles. Lo siento. -

-¡Y no lo olvides! - Le apunto con un dedo. - ¡Lo que faltaba!

-Aún así estarás sola. -Murmura de vuelta.

- No es como si me fuera por gusto. Había estado planeando quedarme en casa quemando las arañas que encuentre y gritando una que otra vez. - Tomo aire. - Estaré con Piper y Hazel. - Le tranquilizo finalmente.

-Piper estará besuqueándose con Jason y Hazel con Frank seguramente tratando de formar una relación clandestinamente. Cómo si no supiéramos nada de lo que traman. - Murmura poniendo los ojos en blanco.

-Oh, les deseo la más grande suerte. Ojalá cupido haya tomado su biberón y esté contento.-

-Igual, pero presiento que cupido es más que un lindo bebé Annie.- Golpea su pierna contra la cabecera del sofá.- Los bebés son más buenos.  -

-Jaaaa, nop. Algunos bebés son peores que el muñeco de chuky. - Digo teniendo un escalofrío.

-Volviendo al tema principal. - comienza.- No es bueno que estés  sola. Una linda rubia con quién sabe  qué clase de vestido puesto... ¿Piper lo eligió?  -

PERCY PUNK - PERCABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora