PERCY PUNK - PERCABETH

El código de los Listos

- Si lo dices tú. - Sentencia con sus ojos enviándome una descarga eléctrica de adrenalina.  - Ha de ser cierto. -

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Percy tuvo que admitir internamente con frustración que a partir de este punto, ya todo escapaba de sus sudorosas manos. Miró hacia su estúpido amigo Luke con poca esperanza, este lo ignoraba completamente manteniendo un rostro imperturbable e inescrutable, se veía ridículamente relajado para su gusto, era casi imposible de adivinar las emociones que podrían estar arremolinándose a su alrededor.

¿De verdad, Luke estaba con estas personas? ¿Por qué estaba dándole la espalda? ¿Realmente había destruido la amistad de ellos por haber dicho que amaba a la chica que él quería? ¿En verdad, Luke lo estaba traicionando? Había un montón de preguntas que Percy había estado guardando en la punta de la lengua y ya le sabían agrio. ¿Por qué él
no podía entender que ellos eran felices juntos?

Percy estaba ansioso de poder acribillarlo a preguntas, desde hace un mes lo había estado buscado para arreglar las cosas, pero él simplemente se alejaba o se ocultaba. Nunca contestó ninguno de sus mensajes ni llamadas diarias. Parecía un novio despechado, lo sabía...  El padre de Luke, Hermes, le había dicho despreocupado que lo dejará en paz mientras las aguas aún estuvieran turbias.

Fue muy difícil para el testarudo de Percy seguir aquellas órdenes mientras tenía en cuenta las palabras dichas de su amigo no hace poco más de dos años. Luke le había prometido que jamás iba a ignorarlo como lo hicieron otras personas. Pero lo había hecho, y sin mostrar signos de culpa.

Muchas promesas se habían roto este año. Él también lo había hecho. Pero quería arreglarlo. Desde el punto de vista de Percy, Luke todavía era su amigo.

Tampoco dejó pasar por alto el tinte de celos que utilizó Luke cuando se refirió a Jason como su mejor amigo. Eso no era normal. En realidad, el comportamiento de Luke no había sido normal ni saludable últimamente con las personas cercanas de su alrededor.

Se estaban acercando, Percy distinguió a Cronos desde lejos, observó que había hecho unas extrañas señas con los dedos hacia su hijo Mike, este asintió en acuerdo con una sonrisa de oreja a oreja como si le hubieran dado un espectacular regalo de navidad.

- Caminen. - Habló Mike con una mezcla de impaciencia y diversión.  - Y por favor, ahorrense el teatro de fingir el papel de héroes porque solo resultará en una muerte muy vergonzosa para ustedes. -

Dicho esto, Percy sintió una vez más la dolorosa presión de los dedos de Trey detrás de su nuca, también sintió su otra mano libre puesta en la parte baja de su espalda empujándolo con impertinencia, sí, exactamente, justo encima de su trasero.

- Sé qué mis nalgas se ven muy tentadoras, Trey. Pero cuidado con lo que tocas. - Advirtió Percy en tono juguetón. - Todo eso es de mi novia y recalcó, es muy celosa. -

- ¡Percy! - Chasquea Annabeth en su dirección.

Luke dejó salir una mueca incómoda,  había dejado finalmente libre la garganta de Jason, pero aún tenía colocada la daga de bronce pulido, justo detrás de sus omóplatos en una zona muy peligrosa que podría liquidarlo en un santiamén si le daba de lleno. 

En un imprevisto, Mike zarandeo a Piper como para llamar su atención. Era un completo imbécil... como si Piper pudiera olvidarse de su asquerosa presencia pegada a ella y de sus manos casi arrancándole la mitad de su cabello.

Jason dio un respingo y apretó sus puños a sus costados, cualquier rastro de diversión se esfumó del rostro de Percy y a ninguno de ellos le importó un rábano estar en semejante posición en peligro de muerte por sus respectivos captores porque la creciente indignación hizo que olvidarán hasta de sus propias preocupaciones.