Mi mejor Amigo, dice shhh.

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Annabeth Chase era hermosa cuando sonreía, cuando hablaba, cuando me miraba sólo a mí de reojo, sonreía apenas curvando sus labios como si guardará un secreto, como si no le gustará sonreír demasiado.

Annabeth Chase era la mujer perfecta a mis ojos. Si ella supiera, todo lo que amo de ella. Estoy seguro que sacaría una orden de restricción.

Hermosa, inteligente, y dulce.
Simpática. Decidida. Emprendedora.
Todo lo opuesto al fracaso que soy yo. Tal vez por eso estaba tan encantado hacia ella. Era todo lo que buscaba en alguien exitoso.

-Una vez mi madrastra me puso una araña de plástico en mi cama. Dijo que pensó que ayudaría con mi trauma.- Narra a su madre, quién abre los ojos de par en par. -No sé, pero yo creo que quede aún más traumatizada. -

- ¡Esa mujer!- Hace un ademán de levantarse. - Va a escucharme ahora mismo. ¡Y ese dominado de tu padre, apuesto que solo de echó a reír!-

-Noooo, mamá solo comete la pizza. Siéntate de eso hace años. Ya lo habrán olvidado-

Echo una carcajada. Ambas parecían muy cercanas, pero cuando veía el brillo en los ojos de Annabeth. Algo me decía que está era la primera vez que convivían tan relajadamente.
Cada que su madre se dirigía a ella. Annabeth la miraba con suma atención y parecía que fuera capaz de  construir edificios por ella con solo un martillo si le pedía.

-Percy, come más. - Me alienta su madre. -Si no comes, lo comeré todo yo, y eso no ayuda a mis caderas jovencito. Así que ayúdame. -

Annabeth se echa a reír. - ¡Rápido Percy! Qué mamá Godzilla se traga todo. -

-Yo te voy a ganar. - Exclamo masticando rápidamente.
Annabeth se ríe de mis mejillas infladas. Y se tapa la boca para no escupir la papilla de pizza de su boca.

Mechones de pelo se pegan a sus labios rosas y remilgados.
Si supiera lo mucho que quiero susurrarle que me entregará todo lo que era. Mirarla entre mis brazos y decirle que se entregará a este maldito tonto enamorado.

-Qué bueno que compraste un vestido. - Comenta su madre a Annabeth. - Espero que hayas elegido bien. No queremos que Percy se escape con otra chica a mitad de la noche. -

Ambos Annabeth y yo empezamos a toser sin parar. Si supiera su madre que quería ponerla una caja de cristal.

-Mamááá. - exclama Annabeth con las mejillas rosas.

-Vamos a llevarte a una buena peluquería. Para que no desentones con este niño bonito. ¿Verdad jovencito? De la mano orgulloso estarás toda la noche de mi hija. Espero, "cuidándola". -

Me rio simplemente, esperando que mi cara no esté tan roja como la siento. - No se preocupe señora, voy a tener una navaja, listo para esos pervertidos. -

La señora Chase me apunta con su tenedor. - Así me gusta, sin miedo. Si quieres te muestro la parte exacta que debes cortar cerca de la yugular para que agonice antes de morir. -

Annabeth alza sus dos cejas sumamente turbada. Y tomando un vaso de coca para apaciguar la tos.

Yo la miro con respeto y temor en igual medida. - Si señora. Cuando usted tenga tiempo. -
Ella asiente en aprobación. Y luego nos mira entrecerrando sus ojos, un momento después se echa a reír y yo me uno a ella.

-Dios mio.- Suspira Annabeth. Me mira con esa mirada tierna y divertida de siempre. Y yo no puedo más que aguantar las ganas de ir con ella y abrazarla por ser tan perfecta.

Quisiera tanto que ella fuera mía, tanto, tanto, que sintiera lo que yo siento día y noche sin control. Pero ella no me pertenecía. Pertenecía a otro. A él...

PERCY PUNK - PERCABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora