Esto lo decido yo.

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Me encontraba sentado en la orilla de la piscina. Con el agua casi alcanzado mis rodillas. Este lugar era uno de mis favoritos, venía cada que podía y me hundía hasta el fondo donde nada ni nadie pudiera alcanzarme, o lastimarme a mi alrededor. Luego un día solo deje de venir...

Estaba sin remera, y había pedido "prestado" uno de los trajes de baño de Jason.

Había momentos en que solo me sentía... "sucio". Como a veces no podía ir al puerto, me contentaba con la piscina del colegio. Especialmente en estos momentos donde ya nadie estaba en la alberca, ni niños chillones saltando por el trampolín de adultos y rompiéndose la madre por caer en mala posición.

Estaba esperando a Annabeth, debió haberse entretenido con alguien pues ella había salido mucho antes que yo del examen. Bufó, pienso en eso y quiero ahogar a Drew aquí mismo.

Estúpida niña entrometida.

Oigo que las puertas se abren y viro mi cuerpo hacia el sonido de pasos pesados. Pero rápidamente sé que no es ella, la voz enérgica del profesor Hedge retumba por todo el lugar, a su lado caminaba un hombre de mediana edad alto y fortachón. 

- ¿Señor Jackson? - El profesor Hedge se me queda mirando atónito, y el hombre a su lado no entiende su sobresalto repentino. Trae puesto un elegante traje gris y poseía los ojos tan azules que parecían lentillas.., combinaban con los azulejos de la piscina también.

- Profesor. - Asiento en modo de saludo. - Quería hablar con usted. - Digo alternando la vista entre ambos velozmente.

- Hace tanto que no lo veo por aquí. - Dice Hedge rascándose la barba de chivo.

- He.., - Suspiro. Ya lo meditado por tres días. - He cambiado de opinión, quiero presentarme en las competencias de natación profesor. -

Los ojos del profesor brillaron emocionados y sujeto de improviso el brazo del hombre trajeado a su lado sobresaltándolo.

- ¡¿Qué te dije, amigo mío?! - Chilla extasiado. - Este será una de las competencias más emocionantes, y tendrás la suerte de presenciarlo. -

- Señor Hedge, no sea exagerado. - Trato de detenerlo, el bochorno inundando mi rostro.

El hombre de traje gris, empezó a mirarme con interés, sin que tuviera la más mínima idea del porqué. ¿Quién era acaso este tipo?

- Ahora regreso, iré a preparar los papeles para que firmes inmediatamente antes de que cambies de opinión, muchacho loco. - Me mira de vuelta con una gran sonrisa, se acerca a mí y empieza a revolverme el pelo a diestra y siniestra.

- ¡Oiga noo! - Me quejo, pero me estoy riendo al mismo tiempo. Al final, me tiro al agua para poder escaparme de sus manos. El profesor Hedge se tambalea un poco y casi se cae de bruces.

Hubiera sido un gran espectáculo de no haberlo sujetado el hombre de la parte de atrás de su camiseta.

- Ya vuelvo. Te encargo a este buen amigo mío, director de instituciones renombradas de natación con jerarquía olímpica. - Me apunta con un dedo velludo al enderezarse.

- Es un largo nombre Hedge. - Dice irónico su amigo.

-Pórtese bien con este buen hombre ¿quieres? Puede ser de gran ayuda para tu futuro. -  Me guiña un ojo.

Se da vuelta tambaleándose un poco y se aleja trotando teniendo cuidado con los charcos de agua del suelo.

Rápidamente salgo del agua impulsándome con mis brazos. El agua chorrea de mi cuerpo, pero cuadro mis hombros, y con las manos detrás de mi espalda, me paro delante de él con seriedad y rigidez. Con el presentimiento de que era alguien que no aguantaba ni la más mínima broma inofensiva.

PERCY PUNK - PERCABETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora